Ayuso es otra historia

Ayuso, conferencia de presidentes, Patricia Rodríguez
Patricia Rodríguez

En la Conferencia de Presidentes, Isabel Díaz Ayuso volvió a hacer algo insólito en la política española: decir que haría una cosa… ¡y hacerla! Rechazó el uso del pinganillo cuando otros presidentes autonómicos optaron por intervenir en sus lenguas cooficiales, y se levantó con la misma naturalidad con la que uno abandona una obra de teatro en la que no entiende el guion, ni quiere fingir que sí.

¿La razón? De lo más sencilla: si todos en la sala hablan español ponerse unos cascos para entenderse es como usar Google Translate para leer el menú del bar de tu barrio. Absurdo.

En un momento en el que hasta la Commonwealth —más de 50 países, cinco continentes, cientos de culturas— puede mantener sus cumbres en inglés sin mayores traumas, resulta cómico que en España, un solo país con una historia, una Constitución y un idioma oficial común, tengamos que recurrir al multilingüismo teatral para lo que debería ser una reunión de coordinación y no Eurovisión. El presidente de Asturias se arrancó en bable, mientras que su homólogo gallego lo secundaba en su lengua. El mensaje al final queda diluido en giros localistas y el ciudadano medio, armado con subtítulos mentales y santa paciencia, se pregunta si no sería más eficaz gobernar en castellano.

Ayuso, fiel a su estilo (ese en el que uno dice que va a hacer una cosa ¡y la hace!), se levantó y dejó claro que, al menos para ella, este teatrillo es ridículo. Que un vasco hable en euskera a un gallego que le responde en gallego, mientras ambos dominan el castellano, tiene tanto sentido como que dos españoles se manden notas de voz en swahili y usen el traductor para entenderse.

España, esa tierra mágica donde hablar claro es un acto de rebeldía y entenderse sin intérpretes despierta sospechas. Aquí, cuanto más confuso, más inclusivo. Y claro, Ayuso va y rompe el hechizo: habla para que se la entienda. ¡Qué escándalo! Lo próximo será exigir que las reuniones sirvan para algo. Y eso ya sería pasarse…

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