Opinión

Árbitros en el foco

Si a los que están dentro se les hace «muy difícil seguir creyendo en esto» (Arrasate, entrenador de Osasuna), imagínense a los que estamos fuera. El llamado caso Negreira no solamente la he hecho, le está haciendo, un roto a la imagen del Barça, de momento sólo eso, no es menor el que le causa a la clase arbitral que, inútiles y vacías ruedas de prensa aparte, es el objetivo de un foco cegador de críticas que no logran apagar debido a sus discutidas y discutibles actuaciones.

La jornada de este fin de semana ha sido nefasta. Empezó con el canario Hernández Hernández al señalar un penalti contra el Cádiz rebasado el tiempo de prolongación, nada menos que de 10 minutos, que él mismo había ordenado. Lo arregló con una redacción del acta que el club local ha calificado de falsa. Al día siguiente Javier Iglesias Villanueva, que nadie entiende por qué ascendió y sigue en primera división, expulsó a dos jugadores de Osasuna en Mestalla, decisiones que tuvieron que rectificar desde el VAR.

En Palma, Martínez Munuera anuló a la Real Sociedad un gol por presunta falta de Le Normand que habría sido muy protestada por el público si la misma infracción se la hubieran pitado, por ejemplo a Raillo, en el área visitante. Por descontado que en San Sebastián aun se preguntan el por qué ya que el otro Iglesias Villanueva, Ignacio, guardó silencio al imperar el criterio del colegiado alicantino. La guinda la puso Gil Manzano en San Mamés al atender la indicación de González González en cabina, llamando la atención de una mano de Muniaín nada clara por si misma y en su intención, en el arranque de la jugada que terminó con un gol de Iñaki Williams que suponía el empate. Sin duda una perversión de la norma que reserva tal intervención para corregir acciones «claras y meridianas», no las dudosas. Que el beneficiado fuera precisamente el Barça aventa las brasas.

Conviene que el Comité de Designación extreme el cuidado con las nominaciones. No pondremos en solfa la imparcialidad de sus colegiados, pero si lamentamos el funcionamiento de la Organización. Arbitros que se inscriben en comités ajenos a su lugar de nacimiento y/o residencia, descensos de Primera con cuentagotas cuando tal vez deberían bajar tres, cuatro o cinco, prolongación de sus carreras más allá de la edad reglamentaria de retiro, trabajo reservado en el VAR para los jubilados o descendidos, opacidad de sus puntuaciones y en los requisitos para cambios de categoría. Demasiados argumentos que exigen un cambio radical del sistema porque la Fiscalía apunta a un club, el Barça, pero el rebote de esta primera piedra alcanza otras direcciones.