¿Y ahora qué? ¿Quién repara el daño causado?
Seguro que lo recuerdan, porque su figura atrabiliaria sirvió de munición durante muchos meses a las terminales de la izquierda mediática. Se trata de Marcos Benavent, el ex gerente de Imelsa, más conocido como el yonki del dinero. Pues bien, el personaje que lanzó su dedo acusador contra el PP de Valencia ha acudido, a petición propia, a prestar declaración en el Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia. Y lo que ha señalado Benavent -OKDIARIO ha tenido acceso al audio de su declaración- puede cambiar el curso de la causa, porque el arrepentido del caso Taula desvela que manipuló las grabaciones aportadas.
Y es que ha reconocido que las grabaciones las hizo él mismo «de forma malintencionada, provocando al interlocutor lo que yo quería saber, provocando la conversación que a mí me interesaba en cada momento y sin conocimiento, por tanto, de la otra parte de lo que yo estaba haciendo». Y añade algo que convierte en todavía más grave su declaración: el yonki del dinero asegura que se filtraron estas grabaciones manipuladas a los medios de comunicación y señala a la persona responsable: la ex diputada de EUPV (Esquerra Unida del País Valencià ) en la Diputación y consejera de Transparencia Rosa Pérez. Benavent afirma que ella «filtró las grabaciones para sacar rédito político, de hecho lo saca porque en el año 2015 se presenta a las elecciones y las gana el Partido Socialista» y ella es designada vicepresidenta cuarta de la Diputación Provincial de Valencia.
Benavent, que ha pedido perdón al ex ministro del PP Eduardo Zaplana y a otras personas a las que ha hecho «mucho daño», confesó que testificó falsamente porque se sintió presionado y que «el caso contra Zaplana fue un montaje». Tras esta declaración la pregunta es obvia: ¿Y ahora qué?, ¿Quién restituye el honor de todos aquellos a los que Benavent acusó falsamente? La causa puede dar un giro inesperado, pero a la espera de acontecimientos no estaría de más que aquellos políticos de la izquierda que intentaron sacar rédito político apoyándose en un personaje que ha reconocido que manipuló y falseó la realidad pidan perdón. No lo harán, porque dirán que la palabra de Benavent no vale nade. Pero en su día les valió, vaya que sí les valió.
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- Caso Imelsa