Los 2.600 millones del extremeño Vara

Vara
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Guillermo Fernández Vara con su carita de novicio recién rasurado parece haber dejado a su sustituta popular al frente del Gobierno autónomo extremeño la friolera de 2.600 millones de agujero en aquella entrañable y maravillosa tierra.

Ha costado mucho a los exégetas y consejeros de la presidenta María Guardiola tabular la morterada de millones porque en el traspaso de papeles cuando, se produjo el cambio, los salientes se fueron a toda prisa y sin dejar las llaves de la santabárbara.

Ya me dirán los lectores el papelón de la corajuda presidenta con esas cuentas heredadas cómo tiene que enfrentar los problemas de financiación de Cáceres y Badajoz; cómo meter mano a la necesidad de incentivar la llamada «economía productiva» y, además y básicamente, atender los servicios públicos en una tierra que necesita esos recursos como agua de mayo.

Extremadura, sobre todo, la comarca donde está ubicada la central nuclear de Almaraz se bate día sí y noche también para mantener una central que nutre de energía no sólo a la comunidad autónoma, sino a otros puntos de España. Representa el pan y la alforja de muchas familias de la zona que no pueden quedar al pairo para que una ministra ultra y que jamás gestionó una mercería vaya presumiendo por Europa de haber firmado una sinrazón. Todos, salvo los ultras de la nada, quieren salvar una de las  principales nucleares españolas. Un combate en el que España no puede dejar a su albur a los extremeños en modo alguno: en ningún caso se merecen esa mala suerte y mucho menos la mala sombra de una Ribera acaudalada y con sus denarios (y los de su enchufado marido) a buen recaudo.

La presidenta Guardiola, que ha demostrado ser persona razonable pero determinada, tiene que saber que cuenta con el soporte de millones de españoles, entre ellos muchos influyentes socialistas (hoy generalmente antisanchistas), como el prestigioso economista y profesor universitario José Carlos Díez. No pasa ni un sólo día sin que el antiguo redactor del programa económico del PSOE no ponga blanco sobre negro la brutal desfachatez que supondría cerrar Almaraz.

Definitivamente, con 2.600 millones de agujero en las cuentas y sin central a pleno rendimiento y con amenaza de cierre, ¿qué se puede hacer en una tierra, Extremadura, que muchos años lleva tratando justamente por encontrarse a sí misma?

PD. Lo de la chorroborrez de Junts diciendo que el SMI tiene que ser más alto en Cataluña que en Extremadura podría habérsele ocurrido al desquiciado Rufián. Lo peor es que los del gobierno de «progreso» (sic) asumen este despropósito como propio.     

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