Santiago, Patrón de España

Santiago Apóstol

Nuestro queridísimo Patrón, el Apóstol Santiago el Mayor. Decir el Patrón de España, al igual que la Patrona de España, la Virgen de la Inmaculada, o la Patrona de la Hispanidad, la Virgen del Pilar, significa ni más ni menos que el resumen en el que se basa el pasado, el presente y el futuro de nuestra historia, y de nuestra nación, pero también el pasado, presente y futuro de la historia universal y desde luego de una parte enorme, trascendental y única de esa historia. De esa historia, y de la esencia y bases fundamentales del progreso de la humanidad.

España constituye el timón y el rumbo de nuestra civilización cristiana y occidental, en donde otras naciones han tenido su parte, pero ha sido España desde los tiempos más remotos hace veintidós siglos, quien la encabeza, con la heroica Numancia, origen de la libertad, incorporando el legado de Roma y Grecia, para lograr expulsar durante ocho siglos la invasión musulmana, todos los reinos cristianos unidos, y desembocar en el descubrimiento de América y de otras partes del mundo con los Reyes Católicos, impulsores de los derechos humanos y de la dignidad de la persona y junto a sus sucesores a lo largo de casi cuatro siglos, vanguardia en todos los avances y saberes de la humanidad, inspirados por la fe católica y la defensa de la cristiandad.

Según la historia, el Apóstol Santiago, hermano de San Juan Evangelista, que fue elegido para llegar a la finis terrae en Hispania, llega a España en el año 33 d.C, y es a su paso por Zaragoza donde se le aparece la Virgen, siendo esta, además, la primera aparición de Nuestra Señora, en vida aún de la Virgen María. Su aparición sobre una columna a modo de pilar, significando la fortaleza de la Fe en Hispania, y convirtiéndose la Virgen en Patrona de España y de la Hispanidad al descubrirse América el 12 de octubre de 1492 y poniéndose bajo su amparo dicho descubrimiento y la evangelización del Nuevo Mundo.

Siendo España tierra de María, como nos recuerda San Juan Pablo II, hemos defendido siempre el gran dogma universal mariano y por ello tenemos, así mismo, en la Virgen de la Inmaculada a la Patrona de España, y de la Infantería, y el 8 de diciembre se celebra aquel milagro acaecido en 1585 con la aparición de la Virgen Inmaculada, a los Tercios, en Empel, excavando una trinchera, y cambiando esa misma madrugada de forma incomprensible nuestra suerte.

Es tan innumerable el testimonio mariano en toda España iniciado desde la aparición al Apóstol Santiago, para animarle en las dificultades para anunciar a Cristo en Hispania, que tras su muerte decapitado por el rey Herodes en Jerusalén y ser devuelto su cadáver a la Hispania Romana y según la tradición llegar a Galicia, surgiendo así la tradición de la peregrinación a lo que hoy es Santiago de Compostela, desde toda la península y la Europa cristiana.

Esta profunda raíz cristiana española y de Europa, cómo nos recordó San Juan Pablo II en su inolvidable viaje a Santiago de Compostela, ha de ser revivida diariamente reafirmando nuestros verdaderos orígenes cristianos y al pedirnos el Papa Santo a los europeos ser fuertes y ser nosotros mismos, sin renunciar nunca a nuestros orígenes, sin renunciar jamás a nuestras profundas raíces cristianas.

Nuestro Patrón y la ofrenda anual, que bien significa la celebración y la honra que le profesamos los españoles, han de ayudarnos en estos tiempos recios para perseverar, si cabe, con más fuerza aún, en los valores más importantes y más profundos que atesora España, fuera de egoísmos y luchas malsanas y sólo pensando en la fuerza conjunta de la que disponemos todos, por mucho que pensemos distinto, pero sabiendo el tesoro que nos amalgama con el crisol de los siglos, hecho este que no significa más que el bien y una vigorosa moral que jamás podrá arrebatarnos nadie, por mucho que se empeñen los enemigos.

Nuestra fe y nuestra cultura cristiana nos unen inseparablemente a creyentes y no creyentes, por simple lógica de hechos inapelables.

Quienes profesamos la Fe, además, rezamos todos los días el Rosario como viene haciéndose públicamente en Ferraz, desde hace 260 días, y que nos dirige Jose Andrés Calderón, al que se unen cincuenta ciudades de España y cuarenta países en el mundo, en bien de la salvación de España y del mundo, y justo en el día del Patrón de España, vamos a pedir en el Santuario del Inmaculado Corazón de María, de Madrid, de forma muy especial a Santiago, nuestro Patrón, para que España recupere su dignidad y el ejemplo que debe dar al mundo. Para que España recupere el firme timón de la verdad y con ella, la libertad.

¡Viva Santiago!

¡Viva España!

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