Gran preocupación entre los expertos: «Si este animal desaparece, el ser humano estará al borde de la extinción»


El abejorro colorado (Bombus ruderatus), también conocido como abejorro rojo o abejorro del cardo, es un insecto que mantiene la diversidad floral y sostiene la cadena alimentaria. Con un cuerpo robusto, cubierto de un característico vello rojizo y negro, una sola colonia puede polinizar miles de flores al día. Sin embargo, su población ha disminuido drásticamente, y los expertos alertan de que su desaparición tendría consecuencias devastadoras no sólo para los ecosistemas, sino también para el futuro de la humanidad.
«Sin él, muchas plantas no podrían reproducirse y otros animales, desde aves hasta mamíferos, perderían sus fuentes de alimento», advierten. Las cifras son especialmente preocupantes: en algunas regiones, su presencia ha caído más de un 70 % en las últimas dos décadas debido al uso de pesticidas, la pérdida de hábitat natural, el cambio climático y la competencia con especies invasoras. «Los monocultivos extensivos eliminan las flores silvestres que los abejorros necesitan para alimentarse. A eso se suma el uso intensivo de insecticidas y herbicidas, que no sólo eliminan las plagas, sino también los polinizadores».
El animal que está al borde de la extinción
El cambio climático afecta directamente a su ciclo vital. Los veranos cada vez más calurosos y secos alteran la disponibilidad de flores y acortan la temporada de reproducción. La preocupación de los científicos no se limita a la biodiversidad: según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cerca del 75 % de los cultivos alimentarios del mundo dependen en parte de la polinización animal, y los abejorros son uno de los principales polinizadores.
El impacto de los pesticidas
Uno de los enemigos más letales del abejorro colorado son los neonicotinoides, un grupo de insecticidas que afecta el sistema nervioso de los insectos. Aunque varios de estos productos han sido prohibidos en la Unión Europea, sus residuos persisten en el suelo y el agua.
«El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictaminado que los Estados miembros no podrán autorizar el uso de semillas tratadas con neonicotinoides, sustancias activas insecticidas cuyo uso al aire libre está prohibido desde 2018 por sus efectos tóxicos sobre las abejas. Desde entonces, Bélgica ha concedido autorizaciones excepcionales al uso de productos fitosanitarios a base de clotianidina y tiametoxam para el tratamiento de semillas de determinados cultivos, incluida la remolacha azucarera, así como para la comercialización de estas semillas y su siembra al aire libre», según recoge Phytoma.
Los estudios muestran que incluso dosis muy pequeñas de estos pesticidas reducen la orientación, la capacidad de vuelo y la reproducción de los abejorros.
La competencia de especies invasoras
Otro problema del que advierten los expertos es la introducción de abejorros comerciales en ka agricultura intensiva. Aunque son eficaces para polinizar en invernaderos, muchas veces escapan al medio natural y compiten con especies autóctonas como el abejorro colorado.
«Es una invasión silenciosa. Los abejorros foráneos no solo roban el néctar, también alteran los ecosistemas. El resultado es una pérdida progresiva de diversidad genética y un debilitamiento de las especies nativas».
Un indicador del estado del planeta
Los científicos consideran al abejorro colorado un bioindicador: «su declive nos está diciendo algo muy claro: el planeta está perdiendo resiliencia. El problema no es sólo ecológico, sino económico y social. Si los polinizadores desaparecen, no hay tecnología que pueda reemplazarlos de manera eficiente o sostenible».
Medidas urgentes para protegerlo
La desaparición progresiva del abejorro colorado ha encendido las alarmas entre la comunidad científica. Aunque la situación es crítica, todavía hay margen para revertirla si se actúa con decisión y rapidez.
- La primera medida, y quizá la más urgente, pasa por limitar el uso de productos químicos en la agricultura, ya que afectan su sistema nervioso, reducen su capacidad de orientación y provocan la muerte de las colonias. Los expertos proponen sustituirlos por alternativas naturales de control de plagas, como extractos vegetales, enemigos biológicos o técnicas de rotación de cultivos.
- La pérdida de hábitat es otro de los grandes enemigos del abejorro colorado. Los expertos recomiendan recuperar la flora silvestre autóctona, plantando especies que florezcan en distintas estaciones. Además, impulsan la creación de corredores ecológicos: franjas de vegetación natural que conectan distintas zonas, permitiendo que los abejorros y otras especies se desplacen y se reproduzcan con mayor facilidad.
- Otro punto clave es regular el uso de abejorros comerciales, muy comunes en la agricultura intensiva bajo invernadero. Estas colonias, importadas desde otros países, pueden escapar al entorno natural y competir con especies locales, como el abejorro colorado. Por ello, solicitan que los gobiernos establezcan controles sanitarios más estrictos y promuevan el uso de abejorros criados localmente.
- La conservación de los polinizadores pasa necesariamente por un cambio en el modelo agrícola. Los expertos insisten en fomentar prácticas sostenibles como la rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos, la siembra diversificada y la reducción del laboreo intensivo.