Cómo conseguir una casa sostenible cambiando pequeños hábitos y sin hacer un gran dispendio económico
Es posible que muchos de ustedes estén buscando una vivienda y vean en el anuncio de venta que el parque inmobiliario posee certificados de eficiencia, y si no lo tiene, están en procesos. Del mismo modo, si ustedes ya tienen un hogar, estarán muy pendientes de algunas de las novedades o las formas disponibles que harán bajar el consumo de energía y, por ende, bajará también la presión sobre su bolsillo.
Uno de los trucos de este momento, además de saber las horas más económicas para poner la lavadora, el lavaplatos o la calefacción, también hay otros avances como, por ejemplo, la domótica –que controla los tiempos de manera remota–, la apuesta por energías alternativas o la inversión en movilidad sostenible. Pero, ¿cómo consigo que mi casa sea eficiente y sostenible sin hacer un súper dispendio?
Bien, los expertos abogan por algunos trucos sencillos en los que a veces no caemos, pero que nos puede ayudar a rebajar la factura de la luz y el gas. Un hecho que es una de las principales preocupaciones de la sociedad, junto con el elevado coste de los combustibles.
Por ejemplo, podemos reducir la electricidad o el gas para calentar nuestra casa usando los electrodomésticos de la vivienda con cabeza, bajar un grado la temperatura, apagar la televisión y el portátil cuando no lo usemos en lugar de dejarlo en hibernación, como es lo más lógico, todos lo hacemos.
Calefacción monitorizada
Otra recomendación, sobre todo de los arquitectos del Norte de Europa, vanguardistas en materia de sostenibilidad, es aislar la casa de manera adecuada. Uno de los problemas más comunes es que el suelo no está aislado, de modo que requiere tener los radiadores a una temperatura de un 60 grados para tenerlos a 20 grados ambiente.
Importante: es recomendable regular la calefacción con unos horarios. Es decir, si pasas mucho tiempo fuera de casa, no dejes encendida la calefacción todo el día o por el día, es mejor programarla una hora antes de llegar. Así la casa estará caliente. Y, ojo, los radiadores que funcionan con agua hay que purgarlos al menos una vez al año antes de que el frío haga presencia.
La renovación de la iluminación: mejor LED que bajo consumo
Con respecto a la iluminación, no cabe duda de que renovar todas las bombillas clásicas por LED. Y, ojo, los expertos avisan de que no es lo mismo las LED que las de bajo consumo. Debemos tener en cuenta, además, que otras bombillas como pueden ser las incandescentes o las halógenas, un clásico de todas las casas hace años, no se venden desde 2012 y 2018, respectivamente, por lo mucho que contaminan, así como el elevado coste ecológico.
Las tiras LED también son una alternativa muy elegante para dar ambiente a varios espacios de la casa. Pero, además de estéticamente bonitas, las luces LED en tiras son bastante económicas: 1 metro de tira LED cuesta alrededor de los 10 euros.
También destacan una limpieza importante electrodomésticos como, por ejemplo, la campaña extractora, los filtros del aire acondicionado y la calefacción para un buen funcionamiento que, además de ahorrar energía, eleven su vida útil.
Más madera, menos plástico
Con respecto a los materiales, los arquitectos y los especialistas en diseño sostenible, defienden la presencia de la madera en los hogares por varias razones. Una de ellas es que, además de bonitas, son sostenibles, biodegradales y también se pueden reparar en un momento dado.
Es decir los materiales del interior de las casas también nos ayudan a ser más ‘eco’, por lo que también, en muchos casos, rechazan el mobiliario de plástico porque requieren de procesos químicos y su vida es bastante limitada, por lo que generamos residuos.
Rehabilitación y reciclado de materiales
En este sentido, los especialistas defienden regresar una vez más a lo tradicional, aunque con toques de diseño y actualizados para conseguir que la decoración o el mobiliario dure años y años en las casas. De hecho, cada día son más los estudios de interiorismo que abogan por el uso de la madera, así como por los tejidos naturales y longevos como el cuero. Éste, además, es sencillo de conseguir en España, en Ubrique, uno de los puntos donde esta industria es muy fuerte a nivel nacional e internacional.
También abogan los arquitectos por la rehabilitación de la vivienda antes de la demolición, ya que la reforma permite usar materiales que hayamos quitado de la vivienda anterior, podemos usar materiales locales y de cercanía, lo que hace que haya un menor impacto del transporte en el medio ambiente, mientras estimulamos el comercio local.
Ambientes abiertos con puertas correderas
Los espacios abiertos que pueden regularse gracias a la presencia de puertas correderas son una opción estupenda para ahorrar. El hecho de tener todo diáfano permite que los conductos de calor, ya sea estufa, radiadores o conductos de aire, puedan calentar toda la casa, algo que sí es más complicado si tienes la casa totalmente compartimentada en habitaciones.
Este tipo de organización interna permite también llevar a cabo una ventilación más adecuada que ayuda también a que el ahorro energético sea real. Los interioristas explican que gracias a las puertas correderas, a poder ser en madera, que en invierno puedan crear estancias un poco más pequeñas.
Alertan también que, aunque el uso del cristal es positivo porque ilumina de manera natural, también tiene un sobrecalentamiento en verano que hace que el aire acondicionado esté altísimo. Cuidado con el uso del vidrio, puede acabar siendo un invernadero.
Casas prefabricadas, ¿por qué no?
Las casas hechas en módulos y prefabricadas son mucho más sostenibles que las construcciones tradicionales, según los arquitectos más vanguardistas. Se ahorra tiempo y dinero, pero también se reduce la huella de carbono que deja el proceso de construcción.
Se estima que al llevar a cabo la construcción en una fábrica, se puede reducir el desperdicio de la construcción en un 60% en comparación con los métodos de construcción de toda la vida.
Se trata, en definitiva, de tener en cuenta que muchos de los materiales naturales usados en los módulos podrán tener una segunda vida si un día abandonamos ese hogar para irnos a otro. Estamos ante un nuevo paradigma arquitectónico e inmobiliario donde debemos mirar más allá de lo meramente estético, debemos tener en cuenta que la lucha contra el cambio climático pasa por cambiar muchos hábitos y hacer una pequeña inversión.