Un íntimo del emérito confesó por email a Corinna que Sanginés era el ‘asesor financiero’ de Juan Carlos

Juan Carlos I
José Fanjul.
Manuel Cerdán

El rey del azúcar José Fanjul comentó en 2014 por correo electrónico a Corinna Sayn-Wittgenstein que el empresario mexicano Allen Sanginés- Krause era el nuevo asesor y responsable de la estructura financiera de Juan Carlos I. El ex monarca había explotado al máximo la función de pantalla de su primo Álvaro de Orleans y necesitaba otro testaferro para repartir el riesgo y asegurar la opacidad de sus movimientos bancarios.

La confesión a Corinna del multimillonario de ascendencia cubana, que mantiene una estrecha amistad con Juan Carlos I desde hace décadas, se producía a primeros de noviembre de 2014, unos meses después de su abdicación. El ya Rey emérito había iniciado un sinuoso proceso para recuperar los 65 millones de euros que había donado a la princesa alemana. Pero Juan Carlos I se negaba a cumplir la primera exigencia que le imponía Corinna: reconocer que el dinero de la donación había sido suyo y depositado en una cuenta bancaria de la offshore panameña Lucum de Ginebra, a espaldas de la Agencia Tributaria de España.

En ese proceso para recuperar el dinero de la donación, Juan Carlos I usó como intermediarios a Fanjul, Sanginés y al abogado suizo Dante Canonica, que había gestionado en 2012 todos los movimientos legales para traspasar a Corinna el dinero regalado por la monarquía saudí.

El email de José Fanjul coincide con las fechas en las que el rey el azúcar y Sanginés se reunieron con Corinna en el hotel Claridge de Londres, el 2 de noviembre de 2014. Ambos pretendieron convencer a la princesa alemana para que llegara a un acuerdo con su ex pareja sentimental. La respuesta fue la misma: «Hay que hacerlo todo legal, si no incurriremos en un delito de blanqueo de dinero».

Días antes, se había producido otra reunión entre Corinna y el testaferro suizo Canonica, a la que también acudió Juan Carlos I. En ese encuentro el letrado suizo le explicó a su cliente cuál era la situación: la donación era irrevocable y sólo se podía revocar si el dinero, con el permiso de Corinna, retornaba a una cuenta a nombre de Juan Carlos I. Si no, el otro testaferro de Ginebra, Arturo Fasana, Corinna y el Banco Mirabaud podían incurrir en un delito de blanqueo de capitales.

El email remitido por el amigo del Rey emérito a Corinna está incorporado en una de las causas judiciales que sigue en curso fuera de España contra Juan Carlos I. Así mismo, ese documento podría ser de gran utilidad para el titular del Juzgado de Instrucción de Barcelona que investiga a Sanginés y otros amigos del ex monarca por blanqueo de dinero. Podría demostrar la vinculación financiera entre el testaferro mexicano y el Rey emérito.

Las relaciones de Juan Carlos I y Sanginés alcanzaron notoriedad pública cuando el ex monarca visitó al mexicano en su castillo de Irlanda. La visita, en agosto de 2017, era de contenido privado y Juan Carlos I asistía acompañado de la que había sido su pareja sentimental, Marta Gayá. El mexicano había conocido al Rey emérito en España cuando era el director de la firma Goldman Sachs en Madrid. Después, fijó su residencia y sus negocios en Londres, donde adquirió la nacionalidad británica.

El comentario de José Fanjul en su correo electrónico no era gratuito. Pronto se descubrió, tras una investigación de la Fiscalía Anticorrupción, que Sanginés, además de asesor financiero, actuaba de testaferro de Juan Carlos I en el caso de las tarjetas black, que obligó al Rey emérito a regularizar su situación con el fisco español abonando 300.000 euros.

El ex monarca, como ya había hecho con su primo Álvaro de Orleans y Zagatka, se sirvió de unas tarjetas bancarias, conocidas por su color como black, que pertenecían a unas cuentas controladas por el coronel del Ejército del Aire Nicolás Murga, que había sido asistente del Juan Carlos I en La Zarzuela. Las cuentas eran nutridas con fondos transferidos por el mexicano Sanginés-Krause. Todo ese dinero procedía de supuestas comisiones que beneficiaban al Rey emérito o era compensado indirectamente por otros testaferros del ex monarca. El procedimiento era similar al utilizado con la Fundación Zagatka. Con los fondos del empresario se sufragaron los gastos de las infantas, doña Sofía y sus nietos, entre 2015 y 2018.

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