Los testaferros Canonica y Fasana: expertos en la creación de offshores
Los abogados Dante Canonica y Arturo Fasana, los testaferros del Rey Juan Carlos, son dos profesionales expertos en la creación de sociedades offshores (empresas utilizadas para evadir impuestos en paraísos fiscales).
Los abogados Dante Canonica y Arturo Fasana, los testaferros del Rey Juan Carlos, son dos profesionales expertos en la creación de sociedades offshores (empresas utilizadas para evadir impuestos en paraísos fiscales). Canonica es un afamado abogado suizo por cuyo despacho han pasado importantes hombres de negocios. Entre sus clientes se encontraban Camilla Crociani, Princesa de Borbón y Dos Sicilias, su hermana Cristina y el egipcio Al Fayed, el propietario de los grandes almacenes Harrods de Londres.
El abogado suizo tiene ubicado su despacho en una de las zonas más exclusivas de Ginebra, en la Rue Pierre Fatio. En su web oficial de su bufete Canonica Valticos de Preux + associés se reflejan cuáles son sus especialidades: «Derecho de sucesiones, derecho bancario, derecho de sociedades y empresas, derecho de contratos de empresas y mandatos y ayuda mutua judicial internacional».
Canonica trabajó durante años para el despacho Rhône Gestion del intermediario suizo Arturo Fasana. Éste es el otro testaferro del Rey emérito, según confesó Corinna Sayn Wittgenstein al comisario José Manuel Villarejo, y desveló OKDIARIO en las cintas de la princesa alemana grabadas de manera subrepticia por el ex agentes de policía.
Fasana, es un viejo conocido de las autoridades españolas, estuvo imputado en la trama de corrupción Gürtel acusado de los delitos de cohecho, tráfico de influencias, fraude fiscal, asociación ilícita, blanqueo de capitales y falsedad. Este abogado montó para Francisco Correa y otros defraudadores españoles una vasta y compleja trama societaria a través de offshores de paraísos fiscales.
Canonica –que trabajaba en el despacho de Fasana– se vio obligado a declarar como testigo ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, cuando el juez Antonio Pedreira se hacía cargo del sumario de la Gürtel. Según el TSJ, el abogado se encargaba de enviar y recibir dinero fuera de España a las órdenes de su jefe (Fasana).