Ana Romero, que va de azote de Villarejo, lisonjeaba así al comisario: “Eres súper pop, una celebrity”

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Manuel Cerdán

Ana Romero, la periodista que en un libro y en entrevistas señaló a varios compañeros de profesión de trabajar en diferentes medios como “infiltrados” de José Villarejo y de pertenecer a “una red mafiosa” dirigida por el comisario, en realidad mantenía desde las sombras unas excelentes relaciones con el megaimputado policía como se demuestra en la cinta que hoy reproduce OKDIARIO.

El estrecho vínculo entre ambos queda patente en la conversación telefónica que Romero cruzó con Villarejo en la mañana del 7 de mayo de 2015, en la que la periodista se muestra muy cercana y da muestras de haber mantenido con anterioridad otras conversaciones y encuentros con él. Romero utiliza un lenguaje muy afectivo y se dirige a él como “comisario súper pop” y “celebrity”. Además, en un momento de la conversación, le dice: “Me encantaría verte” y se citan para cuando ella regrese de un viaje.

Pero en 2017, tan sólo dos años después, lo señalaba como el máximo exponente de las cloacas del Estado y líder de una organización mafiosa en la que daba órdenes a profesionales de la información. En su libro El Rey ante el Espejo escribía: “Villarejo ha forjado una red de periodistas, empresarios, jueces y políticos a los que unas veces ayuda y otras le ayudan a él. Un imperio del networking (redes) mafioso que él dirige durante dos décadas desde Torre Picasso antes de acabar en la cárcel”.

Las cintas que recogen los encuentros de Villarejo con Ana Romero y la grabación que hoy reproduce OKDIARIO demuestran algo muy distinto: que la periodista mantenía unas excelentes relaciones con el comisario, de quien también se benefició como fuente informativa en sus etapas profesionales en El Mundo y El Español. Todo ello queda reflejado en la conversación telefónica entre Romero y Villarejo que OKDIARIO reproduce:

-Ana Romero (AR): Sí, dígame.
-José Villarejo (JV): Sí. Buenos días ¿Ana?
-AR: Sí.
-JV: ¿Cómo estás? Soy José Villarejo. Me alegro mucho de oírte.

(La periodista de manera entusiasta reacciona como si la llamara Barak Obama, que entonces era presidente de los Estados Unidos).

-AR: ¡Hombre! El comisario. ¡Súper pop! ¿Qué tal? ¡Qué sorpresa! Es que El Calvo (Por Pedro J. Ramírez) no me había dado. ¿Cómo era? El ‘canuto’.

(La periodista se refiere al teléfono -al número de su móvil- en el argot policial).

-JV: ¿No te dio el canuto? Será malvado.
-AR: ¡Qué bien! ¡Qué bien! ‘El Neveras’… Pero ahí uno debe ser discreto.

(“El Neveras” es como Villarejo se refería a Pedro J. Ramírez y, por las palabras de Romero, ella también lo sabía).

-JV: Yo le dije que te lo diera.
-AR: Ya… Pero tú sabes que la gente se cuida. Te lo he cogido de casualidad. Pero como te has convertido en celebrity.
-JV: Era sólo para decirte que magnífico libro.

(Se refiere al libro Final de partida. La crónica de los hechos que llevaron a la abdicación de Juan Carlos I, escrito por Ana Romero, que acababa de salir al mercado editado por la Esfera de los Libros, en abril de 2015. La conversación fue registrada por Villarejo el 7 de mayo de 2015, unos días después de ponerse a la venta).

-AR: ¿Lo has visto? ¿Te ha gustado?
-JV: Con el boicot que te han hecho me lo tienes que dedicar. Tenemos que quedar a tomar café y pegar un firmazo.
-AR: ¿Has tenido la oportunidad de echarle un vistazo?
-JV: Todavía no lo he terminado. Lo estoy hojeando.
-AR: Échale un vistazo y me encantaría verte. Y comentarte. ¿Cómo te has dado cuenta? Yo le llamo un silencio prudente.

(Villarejo se ríe)

Cuando habla de “silencio prudente” se refiere a ese supuesto boicot al que estaban sometiendo al libro.

Ana Romero se muestra muy interesada en que el comisario lea su libro para que le aporte su opinión, sobre todo para disponer de feedback sobre los datos que Villarejo le hubiera podido facilitar para engendrar su obra. Sin embargo, en su siguiente libro sobre el Rey Felipe VI, El Rey ante el espejo, Romero escribe sobre el comisario: “Con Villarejo uno nunca sabe cuándo se trata de una verdad, una mentira, una media verdad, una media mentira, un rumor, un infundio o una calumnia pura y dura”. Sólo había necesitado dos años para cambiar de opinión sobre su comisario “súper pop”.

Con Ana Romero uno nunca sabe cuándo miente como cuando afirmaba en su libro: “Todos los caminos en torno a la supuesta fortuna oculta de Juan Carlos llevan al mismo sitio: Villarejo y sus periodistas…. En estos momentos no hay ninguna posibilidad de que los miembros de la familia real que aparecen en la página web de Zarzuela (los reyes eméritos, los reyes Felipe y Letizia y los dos menores) tengan dinero fuera de España, sin declarar, según fuentes oficiales”.

La diferencia entre Romero y esos supuestos periodistas “infiltrados” quedaba marcada por la veracidad informativa. Ellos sí lograban desvelar la existencia de ese dinero en el extranjero, mientras ella escribía al dictado un libro fake.

Las agendas de Villarejo también han dejado constancia de sus relaciones con la periodista. En la hoja correspondiente al 7 de mayo de 2015, anotaba: “Ana Romero: quedar en llamar, lunes, martes, para tomar café. Muy contenta por mi llamada. Comprar libro para releer…”.

Villarejo, al utilizar el verbo “releer”, da a entender de que alguien le ha pasado antes una copia de su contenido o parte de él.

En la página 194 de su libro El Rey ante el espejo, Romero reconoce que se ha entrevistado con Villarejo en varias ocasiones. En una de ellas, en la primavera de 2015 -puede referirse al mes de mayo de aquel año- afirma que el comisario puso una pistola encima de la mesa. Pero en ninguno de los pasajes de su obra fake -como ha podido demostrar este diario con documentación- destaca sus excelentes relaciones con el comisario “súper top”, según sus propias palabras.

Tras la detención de Villarejo en noviembre de 2017, Romero siguió con su línea de distanciamiento del ex comisario. En una conferencia organizada por la Asociación de Periodistas de Investigación (API), de la que era miembro, en la Universidad Rey Juan Carlos, afirmaba lo siguiente: “La mayoría de exclusivas y de casos que hemos visto publicados en los últimos años han sido fruto de un periodismo de filtración interesado, para conseguir algo oscuro, tanto de la parte que filtra como por la del periodista”.

Resultaba sorprendente que Romero se atreviera a pronunciar públicamente esas palabras porque en la mesa redonda estaba rodeada por dos periodistas de investigación de la API que también habían disfrutado de unas estrechas relaciones con Villarejo: Antonio Rubio y Javier Chicote.

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