«Al jefe de gabinete de Tomás Gómez le llamábamos el mochilero porque el dinero no cabía en sobres»

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“Le llamábamos el mochilero. Porque el dinero que llevaba no cabía en sobres, necesitaba morrales”. Es la descripción que hace el exconcejal de Economía y Sanidad de Parla Noel Villanueva sobre Antonio Borrego, que fue jefe de gabinete del alcalde de dicho municipio hasta el pasado mes de mayo. Esta acusación de recaudar y repartir sobornos la plasmó en su denuncia en Anticorrupción y la ratifica en la tercera entrega de su entrevista en exclusiva con Okdiario.

Villanueva soltó la bomba en la declaración que hizo ante Anticorrupción en junio pasado: “Borrego era la persona de confianza entre los años 2000 y 2003 de Tomás Gómez y del señor Fraile, y él era el que hacía las funciones de ir a cobrar [a los empresarios]”. Los pagos, según detalló en la Fiscalía, procedían de dos vías: la concesión de viviendas en las que estaba el exalcalde de Cartagena José Antonio Alonso y la mercantil TPC (“Marjaliza y Granados); o a través de la organización de eventos Friends Group.

En la entrevista, Villanueva es más descarnado: “A Borrego le llamábamos el mochilero; porque el dinero no cabía en sobres y necesitaba morrales”. Esta labor de repartir los sobornos le dio un poder infinito en el Ayuntamiento de Parla, explica su excompañero de corporación.

Pero en este trasiego de sobres con sobornos, o mochilas como ironiza Villanueva, no sólo intervino Borrego. A tenor de sus declaraciones a este diario, en esta labor también intervino un arquitecto colaborador del Ayuntamiento, Ramón Navarro Conde, que no sólo era un arquitecto colaborador del consistorio, sino también de las empresas adjudicatarias, según Villanueva.

El arquitecto, afirma Villanueva, tenía un papel todavía menos digno que el doblete de asesorar a las dos partes a la vez, Ayuntamiento y constructoras: “Era el encargado de llevar los talones. Lo sé porque fue el que llevó el talón de Ramiro Cid y después de entregarlo [a Tomás Gómez y a sus lugartenientes] me dijo: ‘Ni me han mirado a los ojos’».

Quienes recibieron este talón, “sin dar las gracias», según Villanueva, fueron Gómez y sus lugartenientes José María Fraile y Wilfredo Jurado.

Villanueva también relata en su denuncia en Anticorrupción el papel ilegal de este arquitecto: “Hay otra empresa, Obras y Vías, de la que está detrás Francisco Granados, pero que el conseguidor era Ramón Navarro Conde, que era un colaborador del Ayuntamiento de Parla cuya función era el asesoramiento urbanístico y el pago de los servicios prestados se hacía a través de las adjudicaciones a la empresa Obras y Vías, en las que el propio Navarro era el arquitecto. Los funcionarios que estaban en el área de Urbanismo del Ayuntamiento siempre eran relegados de las funciones que tenían encomendadas”.

Los sobornos procedentes del constructor y contratista local David Marjaliza, según el exconcejal delator, fueron entregados por José Antonio Alonso, exalcalde de Cartagena. Villanueva sostiene que Marjaliza, más que cerebro de la trama, fue «un tonto útil». A su juicio, la trama de financiación de Púnica fue en un 90% PP y el resto PSOE por una sola razón: Granados, como consejero y secretario general del PP madrileño, dominaba todo Madrid, mientras que Tomás Gómez sólo dominaba Parla.

Villanueva ha vivido de cerca una realidad mafiosa: “Los políticos empiezan pidiendo dinero para el partido, pero al final el 80% va para lucro personal. La financiación de los partidos es la gran excusa».

 

 

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