El CNI abre una investigación para descubrir las fuentes de OKDIARIO

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El ex director del CNI, Félix Sanz Roldán. (Foto: EFE)
Manuel Cerdán

El CNI ha abierto una investigación interna para descubrir las fuentes de OKDIARIO. La dirección del Centro ha dado la orden para que se detecte a los funcionarios que, según la teoría del servicio secreto, habrían facilitado a este diario las informaciones sobre la retirada del complemento de peligrosidad a sus agentes en el País Vasco y Navarra.

La Dirección del espionaje español también está convencida de que las mismas fuentes están detrás de lo publicado sobre los traslados forzosos de muchos de sus agentes del País Vasco a otros destinos. Esos cambios suponen el abandono del área de ETA y su dedicación a las pesquisas sobre redes yihadistas.

El departamento de Seguridad de La Casa ha enviado a Vitoria, donde se halla la Jefatura de las marcas vascas –una por cada provincia– un grupo de agentes para que investigue y descubra el origen de las filtraciones. El equipo investigador se trasladó desde Madrid a la capital alavesa y, desde allí, a San Sebastián, marca desde donde consideran se produjo la fuga de información.

El CNI dispone de un departamento especial desde el que se investiga las filtraciones a la prensa, a políticos o a grandes empresas. El hermetismo ha sido siempre una de las características comunes a todas las etapas, sobre todo, a raíz del ‘caso Perote’. Sin embargo, un ex funcionario de los servicios de información, experto en seguridad, aseguró a OKDIARIO que los directores del Centro son los que más deslices cometen con los periodistas, políticos o empresarios.

Los agentes se enteran por OKDIARIO

Las medidas del CNI, adoptadas por las dirección del Centro al considerar que ETA ya no es un peligro para sus agentes, fueron conocidas por la mayoría de los funcionarios del CNI gracias a las informaciones de OKDIARIO.

La cúpula del CNI, según fuentes de la Seguridad del Estado, no ha tenido en cuenta que la peligrosidad también puede estar condicionada por los grupos radicales de la izquierda abertzale. Últimamente los herederos de la banda terrorista llevan a cabo una campaña para importar al País Vasco el proceso independentista catalán, promoviendo una organización similar a la ANC, pero en versión vasca.

Según publicó OKDIARIO, el CNI aprobó que, tras el cese de las armas de la banda terrorista ETA, sus cerca de 200 agentes desplegados en el País Vasco y Navarra dejarían de percibir de manera paulatina en los próximos cuatro años el complemento salarial por destino en Zona Conflictiva como se define desde hace años a las cuatro provincias vasco-navarras por el terrorismo de ETA.

Los funcionarios de los servicios secretos recibían un plus salarial de poco más del 30 % de su nómina. La medida aprobada por la Dirección del Centro provocaba que los agentes de La Casa –como se conoce a la sede del espionaje español– destinados en el Norte dejarían de percibir unos 600 euros mensuales, afectando a su nivel de vida en dos comunidades autónomas en las que la mayoría de los agentes residen desplazados con sus familias.

Una decisión de la dirección

La revocación del complemento salarial, que los espías obtenían desde hace más de 20 años, era una decisión personal de la cúpula del CNI y del departamento de Recursos Humanos. Nadie del Gobierno –los servicios secretos dependen de la Vicepresidencia– había recomendado ni impuesto tal medida, como aclaraban a OKDIARIO fuentes gubernamentales.

Así mismo, este diario informó de que el CNI había recortado la plantilla de agentes secretos destinados en el País Vasco y Navarra. La medida estaba encuadrada en la nueva estrategia de los servicios de información y afectaba a un número importante de los 200 espías que están desplazados en la conocida como Zona Conflictiva por los estragos de la organización terrorista ETA. El nuevo destino era la lucha contra el yihadismo.

Los analistas del espionaje español consideraban que, ante la nueva situación en el País Vasco, tras el alto el fuego de ETA hace ya más de seis años, una parte de la dotación del Norte debía ser desviada a otros puntos de España. Tal medida contemplaba que los agentes expertos en Inteligencia Humana -HUMINT, acrónimo en inglés- del antiterrorismo etarra fueran reconvertidos en operativos antiyihadistas.

Los espías destinados al Área de Islámicos deberán ahora dedicarse a la captación, manipulación y control de fuentes humanas en los círculos magrebíes como mezquitas y comunidades musulmanas.

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