Puigdemont usó fondos de Aigües de Girona para comprar una colección de arte por 3,9 millones

Puigdemont
El ex presidente de la Generalitat y ex alcalde de Gerona Carles Puigdemont.

Cuando ya habían comenzado a salir a la luz todas las irregularidades en la gestión de Aigües de Girona (AGISSA), el entonces alcalde Carles Puigdemont firmó una prórroga de siete años en el contrato de esta empresa concesionaria,  para financiar la compra de una colección de arte privada por 3,9 millones de euros. La Guardia Civil investiga ahora esta operación en la causa que instruye el Juzgado número 2 de Gerona.

Carles Puigdemont quería que su paso por la Alcaldía de Gerona dejara huella, y encontró la oportunidad cuando le ofrecieron el legado del crítico de arte Rafael Santos Torroella (1914-2002), que había sido amigo personal de Dalí. El Ayuntamiento presidido por Puigdemont inició en 2012 una larga negociación con los herederos del coleccionista, hasta que se puso precio a su legado: 3,9 millones de euros.

Sin embargo, los principales partidos de la oposición (PSC, ICV y CUP) rechazaban este gasto, cuestionaban la calidad de las obras incluidas en el catálogo y su tasación. Además de su biblioteca y archivo personal, la colección Santos Torroella incluye diez lienzos de Miró, nueve de Dalí, ocho de Tapies y cinco de Picasso. Aunque no se corresponden, ni de lejos, con lo mejor de la obra de estos artistas.

Ante el rechazo que provocaba su propuesta, Carles Puigdemont (hoy huido de la Justicia) anunció que el Ayuntamiento no tendría que endeudarse para comprar la colección de arte: la operación se financiaría a través de la empresa concesionaria Aigües de Girona, que él mismo presidía en aquel momento en su calidad de alcalde. Y todo ello, aseguró, sin que los vecinos de la ciudad tuvieran que pagar ni un céntimo más en el recibo del agua.

Bocetos de Dalí, Miró y Picasso

Ocupando al mismo tiempo ambos cargos, Puigdemont firmó en febrero de 2013 una prórroga del contrato de Aigües de Girona por siete años, hasta 2020. La cláusula octava del contrato establece que la empresa concesionaria pagará a los tres ayuntamientos a los que da servicio (Gerona, Salt y Sarrià de Ter) 3,7 millones de euros en concepto de «canon», distribuido a lo largo de tres años.

Este falso «canon» era en realidad un préstamo, que sirvió para ayudar al Ayuntamiento de Gerona (presidido entonces por Puigdemont) a financiar la compra de la colección de arte. El socio privado de Aigües de Girona (Girona SA, que posee el 80% de las acciones) adelantaba el pago de los 3,7 millones, y ahora la empresa concesionaria debe devolverle esta cantidad con intereses en varias anualidades hasta el año 2020.

De este modo, Puigdemont prorrogó sin concurso el contrato de Aigües de Girona en siete años, para poder cumplir su promesa electoral: enriquecer el patrimonio cultural de la ciudad con una colección de arte que incluye algunos bocetos de Miró, Dali y Picasso de dudosa calidad. Tan dudosa, como la tasación realizada para justificar el precio de 3,9 millones de euros.

Aigües de Girona
La cláusula octava de la prórroga del contrato regula el préstamo encubierto como «canon».

La prórroga del contrato fue aprobada por los tres ayuntamientos que se reparten el 20% del accionariado de Aigües de Girona: Gerona (cuyo alcalde era el propio Puigdemont), Salt (cuyo primer edil era el convergente Jaume Torramadé) y Sarrià de Ter , cuyo alcalde era Roger Torrent, que acaba de ser elegido presidente del Parlament por los independentistas.

Usaron cuadros para pagar impuestos

La compra de la colección Santos Torroella fue aprobada por el Pleno de Girona un año después, en febrero de 2014. Debido al rechazo de los grupos de la oposición (salvo el PP, que se abstuvo), Puigdemont tuvo que utilizar su voto de calidad como alcalde para sacar adelante la propuesta.

El entonces regidor anunció que, tras esta compra, los herederos de Santos Torroella planeaban pagar con varios cuadrados el Impuesto de Sucesiones a la Generalitat, que luego cedería los lienzos a su Ayuntamiento. Otro cambalache del ex presidente de la Generalitat huido de la Justicia.

El juzgado número 2 de Gerona, la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción investigan ahora este operación, en la causa abierta a raíz de las irregularidades detectadas durante los últimos 15 años en la gestión de Aigües de Girona.

Los investigadores cuestionan que Puigdemont prorrogara el contrato de la concesionaria sin convocar un concurso público, y lo utilizara para un fin (la compra de una colección de arte) completamente ajeno a la finalidad de la empresa: el suministro de agua potable a los tres municipios mencionados.

Un desfalco de 10 millones

El juez ya ha imputado en la causa al ex consejero delegado de la empresa mixta, Narcís Piferrer, al ex director técnico Xavier Ballell y a dos ex concejales del PSC (Manuel Serra Pardas y Tomàs Sobrequés) que participaron en la primera etapa de la gestión de la concesionaria. La investigación avanza ahora hasta la etapa de Carles Puigdemont como presidente de Aigües de Girona (entre noviembre de 2011 y julio 2013), cuando se aprobó la polémica prórroga.

Como ha informado OKDIARIO, un informe de la Agencia Tributaria señala que, durante 15 años, los gestores de Aigües de Girona han falseado las cuentas de la empresa concesionaria y han utilizado facturas falsas para desviar ilícitamente a sus socios cerca un millón de euros anuales.

De este modo, Aigües de Girona ha acumulado pérdidas por importe de 7 millones de euros, mientras los tres ayuntamientos y el socio privado (Girona SA) saneaban sus cuentas repartiéndose los ingresos procedentes de la factura del agua (10 millones de euros en los 15 últimos años). Estas irregularidades comenzaron a salir a la luz en 2013, cuando Carles Puigdemont presidía la empresa de aguas.

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