LOS PAPELES DE TWITTER

Twitter encubrió el espionaje saudí a más de 6.000 cuentas de disidentes en su plataforma

Uno de los trabajadores de la red social Abouammo recibió 300.000 dólares y un reloj de lujo de 42.000 dólares de agentes saudíes a cambio de acceder al sistema interno de Twitter

Los ejecutivos minimizaron el impacto de la red de espionaje saudí dentro de la empresa y no informaron a los usuarios afectados

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El reino saudí utilizó a Twitter para acabar con la vida del disidente Jamal Kashogi
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Un nuevo reportaje de los Papeles de Twitter ha revelado que la red social (ahora X) colaboró con una red de espías saudíes para identificar y silenciar a las cuentas que criticaban al gobierno dictatorial de Arabia Saudí. Según el artículo, los ejecutivos de la red social anteriores a Elon Musk intentaron ocultar el papel de la empresa en la operación, que supuestamente condujo a la tortura de disidentes. El reportaje se basa en correos electrónicos exclusivos obtenidos por el periodista Lee Fang.

Fang explica que el gobierno saudí intensificó su represión en las redes sociales tras las protestas y críticas que surgieron durante la Primavera Árabe. El objetivo principal fue Twitter, muy popular en Arabia Saudí. Para ello, contó con la ayuda de SMAAT, una empresa de relaciones públicas de redes sociales, que sobornó a los empleados de Twitter.

Uno de los empleados sobornados fue Ahmad Abouammo, que trabajaba como responsable de conseguir acuerdos con usuarios influyentes en Oriente Medio y África del Norte. Abouammo recibió 300.000 dólares y un reloj de lujo de 42.000 dólares de agentes saudíes a cambio de acceder al sistema interno de Twitter y proporcionar información sobre dos usuarios que criticaban al régimen de Mohammed bin Salman. Entre los datos que entregó estaban las fechas de nacimiento y los números de teléfono. Aunque Abouammo dejó de trabajar para Twitter en 2015, siguió presionando a la empresa para que verificara cuentas saudíes o eliminara publicaciones del gobierno saudí.

No actuó solo

Abouammo no fue el único empleado implicado en el caso. Otro empleado, Ali Alzabarah, también fue acusado de espiar para Arabia Saudí, pero logró escapar de Estados Unidos antes de ser detenido. Alzabarah habría accedido a los datos personales de más de 6.000 usuarios de Twitter, incluyendo activistas, periodistas y disidentes. Entre ellos se encontraba el asesinado Jamal Khashoggi, un periodista fue brutalmente asesinado en el consulado saudí en Estambul en 2018.

El reportaje también acusa a los ejecutivos de Twitter de encubrir el escándalo y restarle importancia a la gravedad de la infiltración saudí. Según los correos electrónicos exclusivos, los ejecutivos minimizaron el impacto de la red de espionaje saudí que operaba dentro de la empresa y no informaron adecuadamente a los usuarios afectados.

El escándalo del espionaje saudí en Twitter ha puesto en evidencia la relación entre la empresa tecnológica y el reino árabe. La empresa saudí Kingdom Holding Company y el príncipe Alwaleed bin Talal son los segundos mayores inversores de Twitter después de que la compañía fuera adquirida por Elon Musk.

El reportaje también revela la influencia de SMAAT, la empresa de relaciones públicas saudí que sobornó a los empleados de Twitter. Según capturas de pantalla de un correo electrónico interno de Twitter, SMAAT estaba «conectada a una red de 93.000 cuentas que actuaban de manera coordinada para promover contenido favorable al Príncipe Heredero Saudita». Además, SMAAT era «un importante socio publicitario» y había gastado 4 millones de dólares en anuncios de Twitter en poco más de 10 meses.

«Twitter puso en peligro vidas humanas»

El escándalo del espionaje saudí en Twitter ha puesto en evidencia la relación entre la empresa tecnológica y el reino árabe. La empresa saudí Kingdom Holding Company y el príncipe Alwaleed bin Talal son los segundos mayores inversores de Twitter después de que la compañía fuera adquirida por Elon Musk. Esta conexión ha despertado la sospecha del gobierno estadounidense, que está investigando a los inversores de Twitter y el acceso a los datos privados.

Por recomendación de varios ejecutivos de Twitter, incluido el exjefe de Confianza y Seguridad Yoel Roth, Twitter fue vago en su declaración pública sobre el escándalo. «La divulgación pública de Twitter, publicada el mes siguiente, ocultó muchos detalles críticos», escribió Fang . “La ‘manipulación de la plataforma’ simplemente ‘se originó en Arabia Saudita’, decía el comunicado. No se mencionó la red de espionaje que Twitter sabía que era fundamental para el esfuerzo». En su comunicado, Twitter también se refirió a «una red más grande de más de 88.000 cuentas» en lugar de las 93.000 que había afirmado internamente.

Fang señaló que la negligencia de Twitter supuestamente puso en peligro vidas humanas. «Los espías de Twitter supuestamente identificaron a Abdulrahman Al-Sadhan , un crítico anónimo del gobierno en las redes sociales. La policía le rompió el dedo y se burló: ‘Esta es la mano con la que escribes y tuiteas’», escribió Fang . «Saud al-Qahtani, autor intelectual del asesinato del periodista Kashogi, se coordinó con los espías de Twitter”, señaló . «SMAAT también movilizó su red de robots para encubrir el asesinato de Khashoggi», concluyó.

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