Trudeau dice que no pedirá perdón a Arabia y los saudíes ordenan desinvertir en Canadá
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha querido dejar claro este miércoles que su Gobierno no va a «pedir perdón por defender los Derechos Humanos» después de que el ministro árabe de Esteriores exigiera al país norteamericano que corria su «error» para zanjar la crisis iniciada este fin de semana.
«Los canadienses siempre hemos esperado que nuestro Gobierno hable firme y respetuosamente sobre la necesidad de respetar los Derechos Humanos en todo el mundo. Seguiremos defendiendo los valores canadienses y los Derechos Humanos. Es algo que siempre haré», ha dicho en una rueda de prensa desde Montreal.
Al mismo tiempo, ha indicado que su Ejecutivo «seguirá comprometido política y diplomáticamente con el Gobierno de Arabia Saudí». En este sentido, ha confirmado que la ministra de Exteriores, Chrystia Freeland, y Al Jubeir hablaron por teléfono el martes y desde entonces los canales de comunicación están abiertos.
Trudeau ha subrayado que no quiere unas «relaciones pobres» con Arabia Saudí. «Es un país que tiene importancia en todo el mundo, que está haciendo progresos en lo que se refiere a los Derechos Humanos, pero nosotros tenemos que hablar sobre los desafíos allí y en cualquier lugar», ha recalcado.
Detonante de la crisis
La crisis bilateral tiene su origen en una declaración publicada el pasado 3 de agosto por el Ministerio de Exteriores de Canadá en la que dice que «está gravemente preocupado por las detenciones en la sociedad civil y los activistas por los derechos de las mujeres en Arabia Saudí».
Entre los detenidos se encuentra la hermana de Raif Badawi, un bloguero saudí que está detenido desde 2012 por apostasía e insultar al islam. La mujer de Badawi y sus tres hijos viven en Quebec desde 2015. Freeland expresó en un ‘tweet’ su preocupación por el arresto de la hermana de Badawi.
Arabia Saudí respondió expulsando al embajador de Canadá en Riad, Dennis Horak, y congelando las relaciones económicas y comerciales por «interferir en asuntos de Estado». Al Jubeir avanzó entonces que su Gobierno respondería «con toda la firmeza».
Como primeras medidas, la aerolínea estatal Saudia ha suspendido todos sus vuelos con origen y destino en Toronto y se han suspendido también los programas de intercambio académico entre ambos países y los de tratamiento médico que permitían a pacientes saudíes viajar a hospitales canadienses.
Desinversión en Canadá
Además, el Financial Times ha revelado este miércoles que el Banco Central y el fondo estatal de pensiones de Arabia Saudí han ordenado a sus filiales en el extranjero que se deshagan de sus activos canadienses «sin importar el coste». Por su parte, la Organización de Granos del país árabe ha indicado que ya no aceptará más grano canadiense.
Reuters reveló el martes, citando a fuentes diplomáticas, que Canadá busca ayuda de sus aliados, en concreto de Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos, para resolver la crisis con Arabia Saudí. Sin embargo, Al Jubeir ha respondido este miércoles que «no hay nada que mediar»: «Se ha cometido un error que debe corregirse».