Los talibanes empiezan a quitarse la careta de moderados: prohíben la música en Afganistán

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Zabihulá Muyahid, portavoz de los talibanes. Foto: EP
Iñigo Artola
  • Iñigo Artola
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Los talibanes comienzan a abandonar la fachada de moderación que quisieron vender al mundo los días inmediatos a su toma de Kabul. Este jueves, el portavoz de los talibanes Zabihulá Muyahid, ha trasladado que la música estará prohibida en Afganistán por ley.

Lo ha dicho en la primera entrevista concedida a un medio internacional, ‘The New York Times’, desde que tomaron el control del país asiático. El portavoz talibán ha asegurado que intentarán «convencer» a la gente en lugar de obligar pero ha dejado muy claro que «en el islam, la música está prohibida». La realidad que encierra la palabra «convencer» en boca de los talibanes es la que debería aterrar a los afganos y a la comunidad internacional. De esta forma, el grupo extremista comienza a descubrir la verdadera naturaleza de sus políticas bajo la ‘ley Sharia’.

En sucesivas comparecencias desde que, el pasado 15 de agosto, tomaran Kabul, los talibanes han querido vender una imagen de moderación al mundo. Su intención no era otra que desmarcarse del terror que llevó a la población afgana su interpretación de la ley islámica durante su anterior gobierno entre 1996 y 2001. Durante esos años la represión fue extremadamente violenta, sobre todo contra las mujeres, que tenían prohibido incluso salir a la calle solas.

A pesar de sus promesas, nadie cree que se vayan a hacer efectivas y por eso cientos de miles de afganos luchan por salir del país a cualquier precio. Colapsan las fronteras y los accesos al aeropuerto de Kabul con la esperanza de no tener que vivir bajo el yugo de los talibanes.

Durante la entrevista, Muyahid ha prometido que los traductores e intérpretes locales que han trabajado para las potencias extranjeras que ahora se afanan por evacuar el país contrarreloj, estarán seguros en Afganistán y ha reprochado a los países occidentales sus esfuerzos por sacar a «trabajadores cualificados» del país.

A su vez, ha vuelto a prometer que las mujeres no sufrirán una total anulación de sus derechos y ha declarado que podrán salir solas de casa para  «ir a la escuela, a la universidad o al hospital», y que la necesidad de ir acompañadas de un hombre solo se aplicará a viajes de más de tres días. Un vago apaño para disimular sus políticas contrarias a la libertad de la mujer.

Sin embargo, a pesar de haber prometido esto, el propio portavoz pidió a las mujeres afganas que no salieran a la calle «por su propia seguridad». Y les instó a esperar unos días hasta que todo se tranquilizara ya que no podía garantizar su integridad física en presencia de los combatientes talibanes. Es decir, que esperan a que el foco de atención mediática se aleje de Afganistán para poder llevar a cabo sus políticas sin supervisión internacional.

Buenas relaciones internacionales

El portavoz de los talibán ha asegurado que esperan tener buenas relaciones diplomáticas con la comunidad internacional una vez establezcan su gobierno en el país, apoyándose en áreas como la lucha contra el terrorismo o la migración. Mientras tanto, cada vez más naciones occidentales anuncian el final de las evacuaciones de ciudadanos y personal afgano desde el aeropuerto de la capital, Kabul, a medida que crece el miedo a un posible ataque terrorista en la zona.

Bélgica y Países Bajos han anunciado que este jueves saldrán sus últimos vuelos desde Kabul, y tanto Alemania como Francia pondrán fin a las evacuaciones el viernes. Todos dependen de la protección del Ejército de Estados Unidos para asegurar el aeropuerto. Está previsto que los militares del país norteamericano abandonen el país antes del 31 de agosto.

La decisión de los estadounidenses de retirar a sus militares después de 20 años en Afganistán propició la caída del Gobierno afgano y la toma del poder por parte de los talibán, que apenas encontraron resistencia a su entrada a la capital a mediados de la semana pasada.

El ex presidente a merced de cualquiera

Los talibán han dejado sin efectivos de seguridad al expresidente de Afganistán Hamid Karzai y al responsable del Consejo para la Reconciliación Nacional, Abdulá Abdulá, figuras políticas clave en las negociaciones que ya están en marcha para conformar supuestamente un Gobierno inclusivo, según fuentes citadas por CNN.

Estas fuentes han asegurado que los talibán incautaron las armas del equipo de seguridad de Karzai el lunes, lo que llevó al ex presidente a mudarse con Abdulá. Dos días más tarde, la redada llegó también a casa de este último, que se ha quedado igualmente sin vigilancia armada.

Sin seguridad, Karzai y Abdulá estarían a merced de lo que dicten los talibán, con quienes precisamente han mantenido contactos en estos últimos días para tratar de llegar a algún acuerdo que solvente el actual vacío político. Ambos líderes encabezan este proceso de diálogo tras el exilio del presidente, Ashraf Ghani.

Pese a los posibles riesgos, tanto Abdulá como Karzai han seguido dando cuenta en sus redes sociales de los encuentros mantenidos, entre los cuales hay reuniones con la sociedad civil y representantes de gobiernos extranjeros.

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