El reto inmediato de Carlos III: apuntalar la monarquía en plena gran crisis económica británica

Rey Carlos III
Carlos III llega a Backingham. (AFP)

El gran reto del Rey Carlos III es hacer pasar la monarquía británica al siglo XXI y apuntalarla. Porque su madre supo mantener a la Corona fuerte frente a todos los problemas del país, pero su hijo Carlos llega al trono en medio de una de las mayores crisis económicas y políticas de Reino Unido, con la inflación por las nubes y el temor restricciones energéticas en invierno. Todo ello agravado por las serias consecuencias del Brexit.

Al menos un tercio de la población británica cree que Carlos III no será un buen rey y el 66% prefería que Guillermo, su hijo, fuera quien ocupara el trono. Hoy mismo, muchos de los ciudadanos a los que preguntaban los miles de periodistas que han llegado a Londres, admitían que «Carlos lo tendrá difícil para gobernar».

El fallecimiento de la Reina Isabel II este jueves marca, sin duda, un antes y un después en la sociedad británica. Hay que tener en cuenta que más del 80% de la población, la práctica totalidad no ha conocido a otra monarca que a Isabel II. Londres va a vivir unos días frenéticos con los actos previstos por el protocolo Puente de Londres que engloba el plan marcado para el fallecimiento de la Reina Isabel II.

Tras estas frenéticas jornadas hasta el entierro de Isabel II y la entronización del Rey Carlos III, Reino Unido volverá a la realidad que puso en stand by la tarde del jueves 8 de septiembre la muerte de su monarca en Balmoral.

Reino Unido volverá a mirar la fluctuación de los mercados, volverán a las portadas de los medios el miedo a las restricciones energéticas en un invierno británico largo. Una crisis común en toda Europa por la invasión de Rusia en Ucrania, agravada en el caso británico por las serias consecuencias del Brexit. Eso leerá el Rey Carlos III todos los días en los periódicos.

Y no solo la crisis económica ahoga a Reino Unido. Las graves acciones del ex premier Boris Johnson durante el Covid ha enturbiado la vida política que ha llevado a dimitir al polémico primer ministro tras provocar una situación insostenible en el Gobierno y en el Parlamento.

De hecho, sólo dos días antes de la muerte de Isabel II, la nueva primera ministra, Liz Truss, se reunía por primera vez con la soberana. Murió con las botas puestas, no cabe duda. Isabel II sirvió a su país durante 70 años y hasta el mismo momento de su muerte. De hecho, en las imágenes de la reunión de ambas se observa un gran moratón en su mano, signo sin duda de la típica marca morada que deja una vía en la mano por la que se introducen medicamentos o suero en el cuerpo.

Por lo que respecta a la corona, se dice que con él, la monarquía británica entra en el siglo XXI. Lo que se preguntan en el país es si Carlos III mantendrá una línea continuista y férrea como la de su madre o se aventurará a romper con los estamentos más consolidados y reaccionarios de Backingham. Este viernes ha dado una ligera pista en su llegada a palacio. Cuando ha llegado a la sede real, junto a Camila, su reina consorte, ha sido mucho más cercano que su madre, la Reina Isabel II, ya que ha habido mucho menos espacio entre los cuerpos; sin olvidar que su madre siempre saludaba con los guantes puestos.

 

 

Lo último en Internacional

Últimas noticias