La Policía de Hong Kong ahoga las protestas con violencia y agua teñida para identificar a los activistas

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La Policía de Hong Kong está usando gases lacrimógenos y cañones de agua teñida de azul contra grupos de manifestantes que han respondido con cócteles molotov en las protestas más violentas de las últimas semanas en el territorio, alimentadas por las detenciones previas de varios activistas prodemocráticos. Esta es la 13ª semana consecutiva de protestas.

Las protestas se están concentrando en la sede del Gobierno hongkonés, que ha recibido los impactos de varias de estas bombas flamígeras. La marcha, convocada inicialmente por el Frente Civil para los Derechos Humanos, fue suspendida después de que la Policía se negara a conceder los permisos necesarios.

Los manifestantes también están lanzando piedras y otros objetos contundentes a los agentes y los asistentes a la ilegalizada marcha, que está recorriendo el barrio del Almirantazgo, que acoge a la mayoría de las instituciones, se cuentan por miles, según el ‘South China Morning Post’.

El resultado ha sido un escenario de caos y violencia con barricadas en llamas, lanzamiento de cócteles molotov y cargas de los antidisturbios. El primer objetivo de los manifestantes ha sido la comisaría central de Wan Chai y luego han realizado acciones diseminadas contra otros objetivos gubernamentales y contra el sistema de transporte, en particular las estaciones de metro. A medianoche cinco e las diez líneas de metro estaban suspendidas.

Ante la caótica situación, la Policía ha decidido emplear agua teñida de azul para identificar mejor a los sospechosos de estos actos violentos. «Tras repetidas e inútiles advertencias», ha explicado la Policía en un comunicado, «los agentes han empleado gases lacrimógenos y la fuerza mínima imprescindible para dispersar a los manifestantes, a los que recomienda que cesen su actividad y se vayan inmediatamente del lugar».

Al parecer los agentes han llegado incluso a realizar al menos dos disparos al aire en el parque Victoria antes de lograr definitivamente la dispersión de la protesta, ya bien entrada la noche, después de diez horas de intensos enfrentamientos.

Detenidos

Al menos seis activistas fueron detenidos en las últimas 72 horas, en lo que supone una escalada de represión de las autoridades de Hong Kong, que actúan por orden del Gobierno chino, contra los manifestantes. Entre las fuerzas de seguridad están los temidos «raptors» o «aves rapaces», comandos de élite chinos expertos en infiltraciones y detenciones que han perseguido a los manifestantes que se han enfrentado a las fuerzas de seguridad y han derribado y detenido a algunos de ellos.

Entre los detenidos destacaban principalmente Joshua Wong y Agnes Chow, ambos por «participar en una reunión ilegal» al rodear una comisaría de Policía durante protestas anteriores, y fueron liberados horas más tarde.

Wong y Chow aseguran que no están implicados en esta nueva ola de manifestaciones en Hong Kong, que describen como un movimiento «sin cabecillas». En realidad, ambos figuran como fundadores de un movimiento llamado Demosisto, a favor de la autodeterminación del territorio.

Demosisto ha emitido este viernes un duro comunicado de condena contra las detenciones de sus líderes. «La Policía ha creado un efecto estremecedor, de ‘terror blanco’», asegura el grupo, en referencia al brutal periodo de represión llevada a cabo en 1947 por el entonces Partido Nacionalista Chino contra disidentes políticos en Taiwán.

«No tienen ni idea de lo furiosos que estamos», ha añadido la formación en un comunicado recogido por el ‘South China Morning Post’, y con cuyo contenido coincide plenamente el también activista Kong Tsung Gan.

«Esto es un esfuerzo coordinado entre el Partido Comunista Chino y el Gobierno y la Policía de Hong Kong para intimidar a la gente antes de que comiencen unos días cruciales para el territorio», ha aseverado a DPA.

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