El parlamento alemán reconoce el genocidio armenio y provoca una crisis diplomática con Turquía

Erdogan
Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía (Foto: Reuters)
Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
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Turquía reaccionó con furor a la adopción este jueves en el Bundestag alemán de una resolución que reconoce el genocidio armenio, llamando a consultas a su embajador de Berlín y amenazando con hacer saltar por los aires el acuerdo migratorio con la UE.

Esta votación complica las relaciones, ya tensas, entre Ankara y Berlín, a raíz de la aplicación de un polémico acuerdo con la Unión Europea, impulsado por Alemania, que ha contribuido a reducir drásticamente el flujo de migrantes hacia Europa. Turquía amenaza con no aplicar el acuerdo si no consigue la exención de visados para los ciudadanos turcos que quieran viajar al espacio europeo de Schengen.

«Esta resolución afectará seriamente a las relaciones turcoalemanas», advirtió el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ante la prensa en Kenia, donde se encuentra de visita, añadiendo que a su vuelta a Turquía se adoptará una decisión sobre el «procedimiento» a llevar a cabo en respuesta al voto de los diputados alemanes.

El primer ministro turco, Binali Yildirim, anunció que había llamado «a consultas al embajador de Turquía en Alemania» y el portavoz del gobierno calificó de «error histórico» este voto del Bundestag, la cámara baja del parlamento.

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, destacó poco después de la votación que su gobierno quería favorecer «el diálogo entre Armenia y Turquía» y que los tres millones de personas de origen turco que viven en Alemania «son y seguirán siendo una parte del país». Esta resolución sin embargo no involucra al gobierno de Merkel.

Amenazas de muerte

El Bundestag adoptó el jueves la resolución titulada «Recuerdo y conmemoración del genocidio de los armenios y de otras minorías cristianas hace 101 años» casi por unanimidad de los diputados presentes (un voto en contra y una abstención).

Inmediatamente después, Armenia elogió el «aporte notable de Alemania en el reconocimiento y en la condena internacional del genocidio armenio».

En el inicio de los debates, Norbert Lammert, el presidente del Bundestag, destacó que esta asamblea no era ni «un tribunal» ni «una comisión de historiadores» pero que servía para que los diputados alemanes asumieran «sus responsabilidades» respecto a esta resolución.

Lambert lamentó las «numerosas amenazas, incluso de muerte» contra algunos diputados, sobre todo los de origen turco. Estas amenazas son «inaceptables» y «no nos dejaremos intimidar», agregó.

La mayoría de oradores destacaron que esta resolución no era contra las autoridades turcas actuales sino contra el gobierno de la época, responsable de las matanzas de 1915.

La resolución «deplora los actos cometidos por el gobierno de los Jóvenes Turcos de la época, que conllevaron al exterminio casi total de los armenios» y lamenta «el papel deplorable del Reich alemán que, como principal aliado militar del Imperio otomano (…) no actuó para poner fin a este crimen contra la Humanidad».

Angela Merkel, por su parte, no participó en el voto por razones de agenda pero apoyó la resolución el martes durante un ensayo de la votación, dentro del grupo parlamentario conservador.

El texto ha desatado preocupación incluso dentro del gobierno alemán. El ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, se mostró cauto ante la iniciativa y su portavoz dijo «esperar» que no supondrá «inconvenientes duraderos en las relaciones con Turquía».

El jefe del grupo parlamentario de la CDU, Volker Kauder, aseguró al contrario que no se trataba de «sentar [a Turquía] en el banco de los acusados» sino de favorecer la reconciliación «diciendo las cosas por su nombre», en declaraciones el jueves en la televisión pública ARD.

1,5 millones de muertos

La resolución del Bundestag es una nueva etapa en el reconocimiento oficial de Alemania del genocidio, después de que el año pasado el presidente alemán, Joachim Gauck, utilizara, por primera vez, el término «genocidio» para calificar las masacres perpetradas contra los armenios en 1915.

Los armenios consideran que 1,5 millones de los suyos fueron asesinados de manera sistemática al final del Imperio otomano. Muchos historiadores y más de 20 países, entre ellos Francia, Italia y Rusia, reconocieron el genocidio de los armenios.

Turquía afirma por su parte que se trató de una guerra civil, a la que se añadió la hambruna, en la que murieron entre 300.000 y 500.000 armenios y otros tantos turcos cuando las fuerzas otomanas y Rusia se disputaban el control de Anatolia.

 

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