La ONU admite que nueve de sus trabajadores en Gaza intervinieron en la matanza de judíos de octubre

Naciones Unidas declara secreto el informe de esta investigación

ONU Hamas
Soldados ante unas instalaciones de la UNRWA en Gaza.
Roberto Pérez
  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

La ONU ha admitido oficialmente que al menos nueve de sus trabajadores en Gaza estuvieron implicados en la matanza de judíos cometida por los terroristas de Hamás el 7 de octubre del año pasado. Con más de 300 muertos, 1.500 heridos y más de 200 secuestrados, fue la mayor masacre de civiles hebreos de los últimos 75 años y desató la guerra de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza, donde los terroristas tienen sus guaridas y donde imponen su particular régimen al margen del gobierno de la Autoridad Nacional Palestina.

Fruto de las investigaciones realizadas por las fuerzas de seguridad, el Ejército y los servicios de Inteligencia de Israel, el Gobierno de Netanyahu denunció que en la planificación y ejecución de esa matanza del 7 de octubre había participado un nutrido grupo de trabajadores de la UNRWA, la principal agencia de ayuda humanitaria de la ONU en Gaza.

La denuncia de Israel fue tomada en serio por doce países, que suspendieron preventivamente sus ayudas económicas a esta agencia de Naciones Unidas, entre ellos el Reino Unido y EEUU. La Casa Blanca mantiene suspendida su financiación a este organismo. Sin embargo, el Gobierno de Pedro Sánchez no ha interrumpido en ningún momento sus transferencias monetarias a la UNRWA. De hecho, aprobó la entrega de 3,5 millones de euros pocas semanas después de que se apuntara directamente a la participación de varios trabajadores de esa agencia en la matanza de octubre. El Gobierno de Sánchez elogió en todo momento la labor de la UNRWA, a la que este escándalo puso bajo sospecha –ahora confirmada como certeza por la propia ONU–.

La investigación interna ha detectado sólidas pruebas de que al menos 9 trabajadores de UNRWA estuvieron relacionados con esa masacre. Es decir, que colaboraron activamente con los terroristas de Hamás para que se llevara a cabo.

Investigación interna

La investigación se ha centrado en 19 empleados de UNRWA. Diez han sido exculpados por la ONU, nueve de ellos por considerar que, pese a la existencia de indicios, no se han recopilado pruebas suficientemente concluyentes contra ellos. Los nueve que sí han sido considerados culpables  han sido despedidos. De los 19 que en total han sido objeto de investigación, sólo uno ha sido exculpado sin matices por la ONU.

La investigación ha sido realizada por personal de la Oficina de Servicios de Supervisión Interna de la ONU. El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha declarado confidencial ese informe, aunque los Estados miembros de la ONU pueden acceder a él si lo solicitan.

El dictamen final de Naciones Unidas es un duro golpe para la credibilidad de la UNRWA y para la imagen de la propia ONU. Admite que Israel tenía razón cuando denunció que personal de esa agencia estaba vinculada a los terroristas de Hamás.

Pese a las conclusiones de este informe oficial de la ONU, el Gobierno hebreo no se da por satisfecho. Considera que la investigación interna no ha sido lo suficientemente amplia y exhaustiva, que la gravedad de los hechos obligaban a una depuración de responsabilidades más extensa. El Ejecutivo de Netanyahu insiste en que las vinculaciones entre el personal de la UNRWA y Hamás son mucho mayores que las admitidas por Naciones Unidas.

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