La interrupción del suministro de agua en Siria afecta a más de 460.000 personas en plena pandemia de coronavirus

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La ciudad de Maaret al-Naasan, bastión de los rebeldes en la provincia siria de Idlib, destruida por los bombardeos del ejército de Bashar al-Asad.

UNICEF ha denunciado la interrupción del suministro de agua de la estación de Allouk, en la provincia de Al Hasaka, en el noroeste de Siria. Esta planta es la principal fuente de abastecimiento de agua para las más de 460.000 personas que viven en las ciudades de Hasaka, Tal Tamer y los campamentos de Al Hol y Areesha. “En los últimos días se ha vuelto a interrumpir el suministro de agua de la estación de Allouk, en el noreste de Siria. Esta es la última de una serie de interrupciones en el bombeo durante las últimas semanas”, ha lamentado el representante de UNICEF en Siria, Fran Equiza.

“La interrupción del suministro de agua en una situación donde este servicio es básico para frenar la propagación del coronavirus pone a los niños y a las familias en un riesgo inaceptable”, ha denunciado Equiza, al mismo tiempo que ha recordado que “lavarse las manos con jabón es fundamental en la lucha contra el COVID-19”.“Esta estación es la principal fuente de agua para unas 460.000 personas en la ciudad de al-Hasskeh, Tal Tamer y los campos de al-Hol y Areesha. El acceso ininterrumpido y fiable al agua potable es esencial para garantizar que los niños y las familias de la zona no tengan que recurrir a fuentes de agua inseguras”, ha añadido.

Por su parte, el Gobierno de Siria ha culpado de estos cortes de suministro al Ejército turco y sus aliados. “El Ejército de Turquía y sus aliados han continuado realizando prácticas inhumanas contra la población de la provincia nororiental siria de Hasakah”, han asegurado a través de la agencia siria oficial de noticias SANA.  Según estas declaraciones, es el tercer día consecutivo en el que Turquía está cortando el agua potable en esta ciudad. “Esta acción criminal obstaculiza los esfuerzos de lucha contra la pandemia del coronavirus”, han indicado.

Asimismo, el gerente de la Empresa de Agua de Hasakeh, Mahmoud al-Ulka, ha señalado que cortar el suministro de agua pone en riesgo la vida de más de 600.000 personas que dependen de la planta de Allouk, considerada la principal fuente de agua potable de la región. Mahmoud al-Ulka ha asegurado que el Ejército turco ha hecho todo lo posible para que los equipos de esta compañía no puedan volver a trabajar para poner en funcionamiento esta planta.

Ante esta situación, UNICEF y sus aliados han decidido apoyar a las familias de la ciudad de al-Hassakeh y los campamentos para familias desplazadas con el transporte de agua en camiones cisterna. Sin embargo, el representante de UNICEF en Siria, Fran Equiza, ha indicado que, si se interrumpe de nuevo el suministro, estos camiones no serán suficientes para cubrir las necesidades mínimas. “Ningún niño debería tener que vivir ni siquiera un día sin agua potable. El agua limpia y el lavado de manos salvan vidas. El agua y las instalaciones de agua no deben utilizarse para obtener beneficios militares o políticos – cuando lo hacen, los niños son los primeros y los que más sufren”, ha concluido.

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