Aumenta la tensión en Afganistán por la supuesta presencia de milicias de Liwa Fatemiyoun y ISIS

atentado
Atentado en Qala e Naw (Afganistán).
  • Ana Rodríguez / Atalayar.com 

El futuro de Afganistán sigue en entredicho apenas dos meses después de que Estados Unidos y los insurgentes talibanes firmasen un histórico acuerdo de paz para el país. Aun así, la inestabilidad sigue siendo una constante en esta nación. Durante las últimas semanas, algunos medios de comunicación afganos han advertido sobre la amenaza que supone para el país la presencia de las milicias de Liwa Fatemiyoun y de distintas organizaciones terroristas como ISIS.

Liwa Fatemiyoun, literalmente ‘Bandera Fatimí’, es definida por el organismo Global Security como “una milicia chií afgana formada en 2014 para luchar en Siria. Este contingente afgano se convertiría con el tiempo en una división de 12.000 a 14.000 combatientes -desplegados a nivel de brigada de forma rotativa- dirigida en su totalidad por el IRGC (Guardia  Revolucionaria Islámica de Irán) y compuesta por refugiados afganos que viven en Irán y trataban de salir del Afganistán”. Esta milicia se creó bajo la supervisión directa del ex comandante de la Fuerza Quds Qassem Soleimani, con el pretexto de proteger sitios religiosos en Siria e Irak.

La tensión acumulada por estas acusaciones y por las consecuencias de la pandemia del coronavirus han llevado a este país al borde del abismo. El diario Al Ain ha explicado que, aunque la organización terrorista ISIS si que ha admitido en varias ocasiones ser responsable de una serie de ataques en los que han perdido la vida ciudadanos afganos – en particular de la minoría chií Hazara–, por el momento se desconocen informaciones que relacionen a la milicia Liwa Fatemiyoun con operaciones militares llevadas a cabo en suelo afgano. Sin embargo, varios políticos afganos y ciudadanos del país han acusado al régimen iraní durante las últimas semanas de crear “fuerzas de poder” en Afganistán o de apoyar a los talibán.

En declaraciones al diario Al Ain, un analista político afgano llamado Qadir Kamel ha señalado que la milicia Liwa Fatemiyoun representa una “gran amenaza para la seguridad de Afganistán”.  Ante esta situación ha pedido al Gobierno de Kabul que tome medidas al respecto ya que, en su opinión, los efectos y consecuencias de la presencia de estas milicias en el país podrían provocar una “catástrofe” en el futuro. Por su parte y en una entrevista con este mismo periódico, el activista civil afgano Ghulam Farooq Rasib ha advertido de que la presencia de la milicia Liwa Fatemiyoun podría llevar al país a una “nueva guerra civil”.

En los últimos años, Irán ha utilizado su ‘soft power’ en Afganistán, a través de la inversión extranjera directa y el desarrollo de la infraestructura vinculada a las comunicaciones y el transporte. Aún así, Irán no ha logrado obtener el mismo nivel de influencia política que el que ejerce en países como Líbano, Siria o Irak. Durante los últimos meses y tras la firma del acuerdo político entre Estados Unidos y Afganistán, Irán se ha esforzado por mantener y mejorar su influencia en los asuntos políticos y militares del país vecino.

Sin embargo, la tensión entre ambos países ha vuelto a surgir después de que el Ministerio de Asuntos Exteriores de Afganistán informase este fin de semana de que estaba investigando una serie de denuncias que acusan a los guardas fronterizos de Irán de arrojar al río a docenas de migrantes afganos detenidos en Irán. En la provincia occidental de Herat, 57 ciudadanos afganos que trataron de entrar en Irán para trabajar fueron detenidos por las fuerzas de seguridad fronteriza iraníes. Posteriormente fueron torturaron y arrojados a un río, en donde algunos de ellos perdieron la vida. Las fuentes han explicado que el incidente ocurrió el miércoles, ha especificado el canal afgano de televisión Tolo News.

Ante esta situación la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán (CIDH) ha pedido al Gobierno afgano que comparta exhaustivamente el incidente con el Gobierno iraní y que lleve el asunto a la Corte Internacional de Justicia y al Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura. “Este caso es una importante violación de los derechos humanos”, ha asegurado el jefe adjunto de la Comisión, Naeem Nazari. “El Gobierno de Afganistán, como protector de los derechos de los ciudadanos, debe investigar el asunto a fondo”, ha añadido, según ha recogido Tolo News.

En este contexto, el consulado iraní en Herat ha rechazado la participación de Irán en este incidente, según varios medios afganos. Sin embargo, Fawzia Kofi, ex presidenta del Comité de Derechos Humanos en el Parlamento afgano, ha indicado que no es la primera vez que los refugiados afganos se enfrentan a la violencia de las fuerzas fronterizas iraníes y paquistaníes “El pueblo afgano espera que el Ejecutivo de Afganistán evalúe el asunto a través de canales diplomáticos”, ha insistido, de acuerdo con la información a la que ha tenido acceso el medio afgano Tolo News.

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