Las reacciones más imbéciles y pusilánimes tras la muerte del sanguinario dictador Fidel Castro

diego-maradona-fidel-castro
Maradona y Fidel Castro, juntos en La Habana en 2005. (AFP)

Los mismos dirigentes de Podemos que se negaron a guardar un minuto de silencio como muestra de respeto por la muerte de la senadora Rita Barberá, han derramado lágrimas en las redes sociales por la muerte del dictador Fidel Castro.

Pero lo más sorprendente es que los principales líderes de la Unión Europea se han sumado al coro de voces que presentan como un idealista y un luchado por la justicia social al tirano que durante casi 60 años ordenó el asesinato de miles de cubanos y encarceló a sus disidentes.

Entre ellos, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, quien ha calificado a Castro como «un hombre que fue un héroe para muchos. Cambió el rumbo de su país y su influencia llegó mucho más allá. Fidel Castro sigue siendo una de las figuras revolucionarias del siglo XX».

A través de un comunicado emitido por el Ministerio de Asuntos Exteriores, también el Gobierno de Mariano Rajoy ha evitado mencionar la sistemática violación de los derechos humanos en Cuba y ha definido a Castro como «una figura de gran calado histórico, que marcó un punto de inflexión en el devenir del país y que tuvo gran influencia en toda la región».

Por su parte, el ex ministro José Manuel García-Margallo ha señalado que Fidel Castro fue «un personaje extraordinariamente importante en la historia del mundo en general y en Iberoamérica en particular», que deja «una huella muy importante». Durante su etapa como ministro de Asuntos Exteriores, el Gobierno llegó a un acuerdo para condonar 1.800 de los 2.444 millones de euros de deuda que Cuba tenía contraída con España.

También se ha cubierto de gloria el primer ministro de Eslovaquia y presidente de turno de la Unión Europea, Robert Fico, quien ha señalado que Castro «fue portador de un ideal de valentía que supo transmitir a su pueblo. Cuba no amenazó a nadie, sólo quería vivir su propia vida y muchos la envidian por eso».

Durante los últimos años, el presidente ruso Vladimir Putin ha tenido como principales aliados internacionales a tiranos como Bashar al Asad en Siria, Fidel Castro en Cuba y Nicolás Maduro en Venezuela. Tras la muerte del dictador, Putin ha señalado que Castro fue «un amigo sincero en el que Rusia podía confiar. La Cuba libre e independiente que construyeron él y sus compañeros se convirtió en un miembro influyente de la comunidad internacional y ha servido de ejemplo inspirador para muchos países y pueblos».

Maradona, desconsolado

No sólo fue el principal inspirador, sino que Fidel Castro financió desde los años 80 la actividad de grupos terroristas y guerrillas en buena parte de los países de Latinoamérica para desestabilizar sus democracias: desde los sandinistas en Nicaragua y los montoneros en Argentina, al Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en Chile, los tupamaros en Uruguay y las FARC en Colombia.

Al menos el presidente de la República francesa, François Hollande, ha intentado mostrarse ecuánime al señalar que Castro «encarnó la Revolución cubana, tanto en las esperanzas que suscitó como después en las desilusiones que provocó».

Convertido en el nuevo referente de Pablo Iglesias, el líder de los laboristas británicos, Jeremy Corbyn, ha destacado el «heroísmo» del dictador cubano: «Creo que la historia mostrará que fue una figura clave, parece que ha estado siempre con nosotros».

Desconsolado, el futbolista Diego Armando Maradona ha hablado de Castro como de un padre y ha recordado el afectuoso trato que le dio cuando acudió a Cuba a tratarse de su adicción a la cocaína: «Él me explicó las cosas malas que hacía la droga, las cosas malas que estaba haciendo yo. Y yo le hice mucho caso y me fue muy bien».

Noruega, capital La Habana

Mucho más cruel con el pueblo cubano es el juicio que le merece a Maradona el legado político de Castro: «Murió el más grande. Le daba al pueblo lo que el pueblo se merecía».

La respuesta de los principales líderes de Unidos Podemos ha sido previsible, aunque se han mostrado más comedidos de lo esperado: resulta poco estético que un partido que dice inspirarse en la «socialdemocracia» noruega se deshaga en elogios por un dictador sanguinario que ha condenado al hambre y la miseria a su pueblo.

Así que Pablo Iglesias ha optado por hablar de «luces y sombras» para eludir cualquier mención a la violación de los derechos humanos en Cuba: «Con sus luces y sombras, se va un referente de la dignidad lationamericana y de la residencia soberana. Adiós Fidel».

En similares términos se han referido otros compañeros de su partido, como Juan Carlos Monedero, Alberto Garzón o el eurodiputado de Izquierda Unida Javier Couso:

 

 

 

Una vez más, los principales dirigentes de Unidos Podemos han vuelto a coincidir con el líder de Bildu, el etarra Arnaldo Otegi, quien también ha mostrado su admiración por el dictador:

Entre los principales dignatarios latinoamericanos, como Evo Morales y Nicolás Maduro, las mismas apelaciones a la «dignidad» que están en boca de Pablo Iglesias y Arnaldo Otegi al referirse a Castro.

En medio de este coro de voces de admiración, apenas algunos dirigentes políticos se han atrevido aludir a los crímenes cometidos durante casi 60 años por el régimen de Castro. Lo ha hecho el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha manifestado: “Ha muerto un brutal dictador que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas. El legado de Fidel Castro está marcado por los pelotones de fusilamiento, el sufrimiento inimaginable, la pobreza y la negación de los derechos fundamentales».

También se ha mostrado especialmente contundente la ex presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, quien ha hecho el siguiente balance sobre la sanguinaria dictadura cubana:

Por su parte, los líderes del PSOE y Ciudadanos, Albert Rivera y Pedro Sánchez, han apelado a las esperanzas de libertad y democracia que se abren ahora para el pueblo cubano tras la muerte del tirano:

Lo último en Internacional

Últimas noticias