Toldo hogar

Más fácil de lo que crees: cómo hacer un toldo corredizo

Más fácil de lo que crees: cómo hacer un toldo corredizo
Más fácil de lo que crees: cómo hacer un toldo corredizo

Escapar de los rayos de sol en verano es clave para poder disfrutar de los espacios al aire libre que tengamos en jardines o terrazas. Saber cómo hacer un toldo corredizo te ayudará a mantenerte a ti y a tus invitados a salvo del calor agobiante de esta temporada.

Se trata de una solución muy interesante, porque gracias a su versatilidad, vas a poder desplegarla o no según la ocasión. Asimismo, son un añadido que queda muy bien en términos de decoración, y que sube el nivel de tu vivienda sin una inversión muy elevada.

Cómo hacer un toldo corredizo

Los toldos palilleros, como también se les conoce, son aquellos que llevan unas guías correderas que se abren y cierran fácilmente. Así, en cuestión de segundos y dependiendo de la climatología, la zona donde se los coloca queda cubierta o despejada.

En general, los toldos corredizos son duraderos y resisten muy bien el paso del tiempo y las tormentas fuertes. En todo caso, la tela puede reemplazarse si está desgastada. Hay quienes las sustituyen considerando la estación del año y los tonos predominantes.

Por lo demás, cabe la posibilidad de comprar un kit de toldo corredizo o bien de animarte a hacerlo tú mismo para ahorrar.

Paso a paso

Si te atreves, lo primero que debes hacer es medir el sitio donde vas a instalarlo y seleccionar el tipo de tela que creas conveniente. La tela adquirida debe ser más grande que el lugar que vaya a cubrir para obtener las ondas clásicas de este tipo de coberturas.

Tras eso, tienes que colocar bies de un largo suficiente y dejar aperturas a cada lado en las que posteriormente van a ir las barras. Tampoco olvides las aberturas, en este caso con una mayor distancia entre cada una. Agrega las barras a lo largo para conseguir ese efecto de ondas, una por cada hueco entre la tela y el bies. Deberían quedar completamente perpendiculares para moverse.

A continuación, hay que ajustar las arandelas en las barras. Una en cada extremo y dos en la parte central, enganchadas todas ellas a los mosquetones que se introducen en la estructura. Sin éstas, el desplazamiento de la estructura sería sencillamente imposible.

Una vez concluida esa tarea, distribuye unos listones a ambos lados del jardín o terraza con unas cuerdas de nylon y sus tensores. Las arandelas y los mosquetones tienen que estar unidos. Para rematar, faltaría adaptar el sistema de poleas.

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