Una soltera de ‘First Dates’ se ve obligada a parar los pies a su cita: «No, aquí no»
"Aquí un beso no", aclaró


No es ningún secreto que First Dates, poco a poco y con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los programas de televisión que más éxito continúa cosechando en Cuatro. Esto no es producto de la casualidad, puesto que todo el equipo continúa haciendo un excepcional trabajo para continuar sorprendiendo a los espectadores. El pasado martes 18 de febrero pudimos disfrutar de una nueva entrega de First Dates presentado por Carlos Sobera y Laura Boado. Así pues, los espectadores han tenido la oportunidad de conocer a Juan, un operario jubilado de 86 años que venía desde Ciudad Real. Entre otras tantas cuestiones, el soltero dejó sin palabras al presentador del dating show por su aspecto físico. «Soy una persona que me muevo mucho, soy muy activo y, quieras que no, eso ayuda a estar mejor de salud y conservarte», comentó. Además, confesó que su objetivo era conocer a una mujer que fuese «normal, sencilla y activa».
Por si fuera poco, fue mucho más allá al reconocer que quería una persona «para compartir y para hacer algún viaje». Su cita para esa noche era Lucinda, una cuidadora jubilada de Vigo que, con sus 84 años, consiguió conquistar al de Ciudad Real: «Me ha gustado de arriba abajo», confesó el comensal. Ella también se quedó sorprendida al saber quién iba a ser su cita, sobre todo cuando descubrió que él le había escrito el siguiente poema: «No dejes de creer en el amor solo porque en tu camino existen personas que no supieron amarte». Un gesto que fascinó a la viguesa: «Hay pocas personas que tengan esos detalles, sobre todo con esa edad. Se ve que es una persona detallista». Poco después, se les acompañó a la mesa que tenían reservada para poder disfrutar de la velada. Desde el primer instante, dejaron claro que para ellos la distancia no era un impedimento.
«Siempre que él quiera venir a Vigo, yo me puedo quedar con él en un hotel, en mi casa de momento no porque vive un nieto encima», comentó Lucinda. Poco después, durante el encuentro en el restaurante más famoso de la televisión, el de Ciudad Real confesó que no le gustaba ni fumar ni beber: «No soy vividor, vivo solo, llevo mi casa, hago la compra, también me guiso…»
Algo que, para sorpresa de muchos, no ha gustado en absoluto a la gallega: «Que sea tan apañado no, porque para eso estoy yo. Es verdad que la necesidad… o vete tú a saber cómo era su mujer… las necesidades le obligaron», comenzó diciendo ante las cámaras de First Dates. Y añade: «Yo creo que él puede ayudarme a mí en muchas cosas, pero la mujer seré yo para la comida, si tengo salud. Un marujo en casa tampoco lo quiero».
A pesar de este pequeño bache, también había cuestiones en las que estaban de acuerdo. Un claro ejemplo era la convivencia que, a priori, no estaba en sus planes. Eso sí, Juan aclaró que él prefería vivir acompañado antes que solo: «La soledad es muy triste y necesito una compañera», comentó. Ella reconoció que era algo que tendría que valorar: «Para convivir tengo que pensarlo… Convivir unos días sí».
Poco después, los solteros pasaron al reservado de First Dates, donde tuvieron la oportunidad de jugar a un juego de azar que les propuso darse «un beso como amigos, pero sin mordisco». Aun así, Juan decidió ir un poco más allá pero la gallega le paró los pies al instante: «No, aquí no, aquí un beso no». En la decisión final, los dos estuvieron de acuerdo en tener una segunda cita fuera de las cámaras del programa presentado por Carlos Sobera y Laura Boado.
Temas:
- First Dates