«¡Llamad a un médico!»: el equipo de ‘Fiesta’, en shock ante un incidente de lo más inesperado
Preocupación máxima en el plató


Parecía una tarde normal de sábado en Fiesta, pero todo cambió de un momento a otro cuando Emma García y todos los colaboradores entraron en pánico de forma repentina. Al grito de «¡llamad a un médico!», los espectadores no entendían nada desde sus casas mientras en el plató pasaba algo realmente grave sin que se pudiera ver en pantalla.
Todo ocurrió en el momento de emitir un vídeo sobre lo que estaba pasando en la casa de GH VIP 8, pero al volver al plató y comentarlo con Belén Rodríguez -que estaba en Guadalix de la Sierra- todo se volvió una locura. La presentadora no pudo hace mucho ante el desconcierto de todos, ya que desde las gradas del público se escuchaban gritos pidiendo una ambulancia o diciendo que no le tocasen, por lo que se podía entender que algo le había pasado a alguno de los espectadores presentes allí.
Amor Romeira, con una evidente cara de susto, decía «vámoso a publi, ¿qué ha pasado?». Era en ese momento cuando el programa se marchó de forma atropella y dejando a todos con la duda de lo que podría estar pasando, unos minutos en los que pudieron arreglar lo sucedido. Las caras de Ana María Aldón o Luis Rollán eran de absoluto susto y no podían evitar que se notase.
Tras una pausa, Emma García quiso aclarar todo después de los minutos de incentidumbre que habían ocurrido: «Hemos tenido un pequeño gran susto durante el bloque anterior, por eso habrán visto que estábamos preocupados».
La conductora dio algunos detalles del momento tan coomplicado que se vivió, para tranquilizar a todos los televidentes y no asustar a los familiares de la persona que había sufrido el accidente. «Afortunadamente, un señor que se ha caído ya está bien, así que respiramos todos: el público, nosotros… Le mandamos un abrazo muy fuerte a esta persona, que seguro que puede estar con nosotros dentro de poquito», puntualizó.
En ese momento, ya con calma, Fiesta regresó a sus contenidos y ritmo habituales que estaban previstos y sin más sobresaltos.
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