‘GH DÚO’: Carolina Sobe y la maravillosa reacción al escuchar la voz de su hija

El pasado 20 de marzo fue la gala especial de familiares en la casa de ‘GH Dúo’, y la mayoría de los concursantes se mostraron muy satisfechos con la idea (aunque a Sofía Suescun le dio un ataque de ansiedad por ver a su madre).

La sorpresa de Carolina Sobe fue enorme cuando entró al confesionario y recibió la inesperada llamada de su hija Grace. Por supuesto, Carolina acudió en pijama: “Estoy en mi casa”, le dijo al presentador Jordi González. Entonces, un teléfono comenzó a sonar y Carolina hizo el gesto con la mano de coger un teléfono invisible. “Hola, buenas noches, soy Carolina Sobe, ¿en qué puedo ayudarte?”, bromeaba Carolina tras haberle dicho Jordi que ella fue teleoperadora.

¡Así ha reaccionado @CarolinaSobeOfi al oír la voz de su hija! 😱 ¿Cómo lo habéis visto? #GHDÚOLímite10 pic.twitter.com/fr1kMrvIr0

— Gran Hermano (@ghoficial) 20 de marzo de 2019

Cuando la que respondió fue su hija Grace, el rostro de Carolina se llenó de euforia más que nunca. Carolina Sobe, sin abandonar, curiosamente, el gracioso gesto de la mano a la oreja en toda la conversación, escuchó a su hija darle consejos: “No te vengas abajo y pórtate bien”, le decía Grace. Su hija insistió también en que la gente no odia a Carolina, a pesar de los constantes abucheos que la veterana concursante oye en cada uno de los directos. “Mañana sigues allí”, le dijo Grace, a lo que Carolina contestó: “¿En serio? Grace, que la gente me odia, ¡que me hacen ‘uuh’ y todo hija!”.

Carolina no se quita la mano de la oreja haciendo el teléfono. ¡Sí que se lo ha tomado en serio! #GHDÚOLímite10 pic.twitter.com/gaZn2Llw8M

— Gran Hermano (@ghoficial) 20 de marzo de 2019

Pero no todo fueron sentimentalismos. Carolina tuvo también tiempo, durante la corta llamada, para soltar alguno de sus puntazos de humor: «Estudia, que si no el día de mañana tendrás que ir a un reality y mamá no quiere», dijo Carolina Sobe, causando carcajadas en el plató. También le dijo a su hija Grace que su ídolo, Ylenia, le regalaría unas zapatillas de cisne. Cuando acabó la llamada, Carolina comenzó a dar saltos de alegría. “Ay mi Grace, que he hablado con mi hija. Me la como” decía Carolina con una sonrisa de oreja a oreja.