Modric quiere hablar en el campo

“No quiere hablar antes, sólo quiere hablar en el campo”, aseguran los que mejor conocen a Luka Modric. Capitán de Croacia. Alma de un equipo que hizo historia en 2018 en Moscú, pero que se quedó a las puertas de la gloria. Sólo Francia pudo frenar al madridista y sus compañeros. Por aquel entonces el faro de una selección que se mide en Copenhague a España tenía 32 años. Ahora, con 35, sigue siendo la mayor amenaza del combinado balcánico, que tratará de acabar con el sueño de los de Luis Enrique en esta Eurocopa.

Modric llega a la cita contra España en un gran momento. Su golazo ante Escocia en el último partido de la fase de grupos permitió a Croacia clasificarse para los cuartos de final de la presente Eurocopa. Tras perder en el debut frente a Inglaterra y empatar ante la República Checa, la victoria contra los escoceses gracias al gol del jugador del Real Madrid fue clave para que continuasen adelante en el torneo.

Luka está en un grandísimo estado de forma. Su temporada en el Real Madrid ha sido de matrícula de honor. Comenzó con un papel de actor secundario. Casi de hombre especialista. En principio, Martin Ödegaard le iba a ir relevando. Pero con el paso de los meses ha estado al mejor nivel, su físico le ha respetado y fue una pieza clave en un equipo blanco muy machacado por las lesiones que peleó por la Liga hasta la última jornada y alcanzó las semifinales de la Champions. Su gran rendimiento propició que el club le presentase una oferta de renovación de un año que ha terminado aceptando, algo que no estaba previsto en un primer momento.

La bandera de Croacia

Modric es el líder de su país. Un jugador que se entrega al máximo por su principal pasión: jugar al fútbol. Cuando a esto se le suma la posibilidad de hacerlo con Croacia encuentra la felicidad plena. Es feliz defendiendo los colores del combinado croata, por ello nadie sabe cuando decidirá dar un paso al lado. Después de superar el récord croata de 134 partidos de Darijo Srna en marzo, hubo un momento emotivo al final del partido, cuando lo celebró con los amigos y la familia que había entre los aficionados.

«¿Cuándo dejarás de jugar?», le preguntó su esposa Vanja. «No lo sé, mi amor», fue la respuesta. «Sabes lo mucho que significa para mí, lo feliz que soy cuando voy a jugar con Croacia. Tendrás que tener un poco más de paciencia». Su siguiente reto es ganar a España y luego que venga lo que tenga que venir.