ZP, Rubalcaba y otros susanistas se resisten a ir al Congreso del PSOE por temor a un ‘escrache’
Históricos, notables y barones del PSOE temen que el 39 Congreso Federal que organiza el secretario general, Pedro Sánchez, junto a su equipo termine en un «escrache» por parte de la militancia hacia aquellos que respaldaron a Susana Díaz. Algunos, como el ex portavoz Antonio Hernando, se han dado de baja, mientras que otros, como José Luis Rodríguez Zapatero, se piensan su asistencia al cónclave socialista.
Ni Zapatero ni Alfredo Pérez Rubalcaba han confirmado por el momento su asistencia. Desde el equipo de Sánchez insisten en que sí se les han mandado la invitación: «Si no han dicho nada de momento es que asistirán», aseguran.
Lo cierto es que hay malestar por cómo se está organizando este Congreso, que ha roto el protocolo y finalizará con un mitin del secretario general a la militancia. El 39 Congreso Federal tendrá lugar en el Palacio Municipal de Congresos, lugar que alquiló hace meses la gestora socialista para su celebración, y terminará con un mitin del secretario general en Ifema con toda la militancia, algo inédito en la historia socialista. «Se está desvirtuando en favor de un baño de masas que deja mal al líder del PSOE y también a los dirigentes», señalan algunos.
El ex presidente Felipe González ha sido el último en comunicarle esta semana a Sánchez su ausencia debido a un viaje «urgente» a Colombia. El dirigente encabeza junto al ex mandatario uruguayo José Múgica la supervisión del órgano internacional de control de los acuerdos de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC. El propio jefe de prensa de González había confirmado semanas antes su asistencia «si ningún viaje de última hora se lo impide».
A Sánchez se le acumulan los problemas con tanta ausencia o no participación de los dirigentes socialistas. Primero fueron el diputado Eduardo Madina y el economista José Carlos Díez, encargados de las ponencias del Congreso, los que se dieron de baja anunciando que no participarían por la «enmienda a la totalidad» que planteó Sánchez y su equipo al proyecto de la gestora.
Después, el presidente de la gestora Javier Fernández y su ‘mano derecha’, Mario Jiménez, anunciaron que tampoco intervendrían para presentar un balance de su gestión como dirección interina. Una intervención que suele ser habitual para rendir cuentas al frente de este órgano. Ambos lamentan que se pusiera en entredicho su gestión con críticas por parte del equipo de Sánchez que terminaron hasta con una huelga por parte de los trabajadores de Ferraz ante numerosas tensiones durante el recuento de los avales que, finalmente, le dieron el triunfo.
A esto se suma el malestar de algunos barones tras ser ‘purgados’ en la nueva Ejecutiva a la vez que el ‘sanchismo’ prometía «unidad» e «integración». El secretario general anunció dos días después de ganar las primarias que los barones no tenían cabida en su nueva Ejecutiva: «Para eso está el Consejo de Política Federal», aseguró. órgano que precisamente preside Susana Díaz.
Sánchez dijo desde el primer minuto que buscaría integrar en el partido tanto a la corriente de Patxi López como a la de Díaz. Pero lo cierto es que tal y como publica OKDIARIO, este mismo miércoles por la noche el partido prescindió de su gerente en el Congreso de los Diputados, Ignacio del Olmo.
A esto se suma también la preocupación de ‘podemizarse’ con algunas medidas paralelas a la formación morada que pueden costar caras al PSOE en las urnas. Los socialistas se abstendrán en las dos mociones propuestas por Podemos contra el PP. La propuesta inicial de la gestora interina fue la de votar en contra, mientras que la nueva postura plantea un acercamiento a los de Iglesias que a días rechazan con desprecios a sus dirigentes y a ratos se acercan planteando un partido «más horizontal».
El secretario general planteó a los suyos organizar una Conferencia de Organización y Estatutos tras el Congreso Federal con el fin de adaptar los estatutos y reglamentos socialistas a su «modelo de partido», como ya publicó OKDIARIO. El PSOE de Sánchez avanza hacia el camino de un partido «más comunicativo, horizontal en el que cuente igual el voto de todos», señalan fuentes de su entorno. Sin embargo, ello lleva a establecer comparaciones con Podemos, donde las consultas ciudadanas son la expresión, según Pablo Iglesias, de máxima democracia y transparencia.
El gran miedo de los socialistas en estos momentos es que vean los estatutos de su partido reflejados a imagen y semejanza de la formación morada y que Sánchez caiga en la trampa perfecta de Iglesias para su ‘pasokización’. «Los cambios están bien pero no todo corriendo, ni de golpe», explican los críticos.