Vicente Gil: «Koldo, Marruecos… Sánchez y su Gobierno de Torrentes apesta a corrupción»

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha estado en Marruecos y ha vuelto sin nada. Al menos, públicamente. Es verdad que Sánchez es más de conversaciones secretas y ocultas en el extranjero.

La pregunta es: ¿qué ha ido a hacer Sánchez a Marruecos y por qué justo después del asesinato de los guardias civiles en Barbate? ¿Por qué esas prisas? ¿De qué han hablado, realmente, si no ha conseguido que Mohamed abra las fronteras de Ceuta y Melilla? ¿De la final del Mundial 2030?

Sánchez sí anunció en Rabat una inversión de 45.000 millones de euros en Marruecos hasta el año 2050 mientras Marlaska aporreaba en Madrid a los agricultores que suplicaban ayuda. ¿Imaginan lo que haría nuestro campo con 45.000 millones hasta 2050?

Es indudable, como venimos contando, que las cabezas visibles del tráfico de drogas y de personas en el Estrecho están en Marruecos y que ese negocio se dirige desde allí. Marruecos es un país donde la producción de cannabis forma parte esencial del PIB y en donde nada se mueve sin el control de la Casa Real.

Marruecos es el líder mundial en la producción y exportación de cannabis. Más del 70% del hachís que se consume en Europa se produce en Marruecos. La economía de Ketama o del Rif no se entienden sin el cannabis, de cuyo tráfico ilegal se benefician las mafias conectadas con altos funcionarios civiles y militares del régimen marroquí.

La legalización hace dos años del cultivo del cannabis medicinal no ha frenado el comercio ilegal de esta droga. ¿Saben con quién se asoció Marruecos para explotar este enorme negocio mundial en alza del cannabis terapéutico? Con Israel, que es pionero en este campo. Israel, la propietaria del sistema Pegasus con el que se espió el teléfono de Sánchez y que se negó a colaborar con la Audiencia Nacional hasta obligar al archivo de la causa.

Así pues, volvemos a hacernos las mismas preguntas. ¿A qué ha ido Sánchez a toda prisa a Marruecos tras lo de Barbate? ¿Por qué entregó el Sáhara, comprometiendo a España, justo cuando se descubrieron los pinchazos a su móvil y a los de Marlaska y Robles con Pegasus?

Repasemos de nuevo la cronología. Aquel giro unipersonal e inexplicado de Sánchez fue en marzo de 2022. En abril de 2022, Sánchez visita al Rey Mohamed y le ponen la bandera española boca abajo en la cena oficial. Un símbolo de rendición.

En mayo de 2022, el Gobierno nos cuenta el hackeo de los móviles de Sánchez y Marlaska con Pegasus. Nos dicen que se enteraron en noviembre del 21. El espionaje llevaba dos años produciéndose: 2020 y 2021.

En junio de 2022, al mes siguiente de conocer los hackeos, Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, deja la dirección del África Center del Instituto de Empresa sin explicación convincente alguna. ¿A qué se dedicaba allí la mujer del presidente del Gobierno? ¿Qué contactos hizo o tenía y dónde? A la mujer del presidente del Gobierno la habían fichado justo al ganar Sánchez la moción de censura en 2018.

En junio y julio de 2022, Marlaska y el ministro del Interior de Marruecos intercambian visitas y en agosto conversaciones telefónicas.

Y en septiembre de 2022, Marlaska desmantela por sorpresa y sin explicación alguna OCON Sur, la unidad de élite de la Guardia Civil que, al mando del teniente coronel Oliva, tenía a los narcos marroquíes a raya. Alguien desde el ministerio le montó una investigación del Servicio de Asuntos Internos, que fue cayendo por su falacia hasta terminar en un juzgado de Parla donde el SAI está radicado. Oliva era y es uno de los oficiales más respetados de la Guardia Civil y absolutamente venerado por los 150 agentes del OCON Sur.

La noche que Kiko El Cabra mató a los guardias civiles en Barbate, agentes del OCON Sur se presentaron voluntarios para cazar a los asesinos de sus compañeros. Y fueron ellos, con su experiencia e información, los que señalaron Sotogrande como el lugar donde se refugiarían. Gracias a agentes del OCON Sur pudo detenerse al Cabra y sus compinches.

Por tanto. ¿A quién benefició la decisión incomprensible de Marlaska, o sea de Sánchez, de disolver OCON Sur? Es evidente. A los narcos marroquíes que operan con la connivencia del régimen.

En medio de todo esto ha saltado el Caso Koldo que se produjo, justo, por cierto, mientras tenían hackeados los teléfonos de Sánchez y Marlaska con Pegasus. Hoy ha dicho Santos Cerdán que está consternado y súper sorprendido.

Cerdán fue quien introdujo a Koldo en el PSOE desde Navarra cuando Sánchez lo piropeaba en Twitter como «el último aizkolari socialista». Santos Cerdán dice que no sabe nada. El juez del caso Koldo ha interrogado al número dos de Marlaska en el Ministerio del Interior, a su secretario de Estado.

El aizkolari Koldo fue quien guardó los avales de Sánchez para presentarse a las primarias de 2017. Temían que alguien los destruyera. Sánchez se molestó mucho en Rabat porque un periodista le preguntó dos veces si sabía algo del tema Koldo cuando cesó a Ábalos. Y repitió aquello de Bildu en la TV de Navarra diciendo: «Que no… Si quiere se lo repite de nuevo…». Los ojos, la mandíbula… se le salían otra vez al presidente. La misma cara que cuando nos mintió con Bildu.

El Caso Koldo tiene acentos diversos (que le pregunten al mediador del Tito Berni) y va a poner en muchos apuros no sólo a unos cuantos en torno a Koldo García, sino, pasando por Moncloa, al propio Sánchez, enfangado entre la amnistía de Puigdemont, la chulería de Otegi, los compromisos con ETA y los narcos de Marruecos.

Sánchez empieza a sufrir. Su gobierno de Torrentes, a lo Santiago Segura, huele a podrido. Apesta a corrupción. Pero aguantará. Sánchez sabe que, en estos asuntos, el envite no es sólo político. El envite es también muy personal.

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