Vicente Gil: «José Pablo López es el correveidile de Sánchez en RTVE»

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Sánchez asalta RTVE. El sanchismo se devora a sí mismo. Cojan palomitas y disfruten.

Por situarles. A Elena Sánchez (del PSOE, como su marido) la colocó Pedro Sánchez para manipular la televisión pública, pero le salió medio rana. Moncloa le metió como número dos a José Pablo López, un trepa profesional al servicio de la izquierda. Desde ese momento, Elena Sánchez estaba muerta, pero ella no lo sabía. El personaje se las trae.

José Pablo López venía de hacer méritos en Telemadrid. Lo nombró Cifuentes (en el PP son muy tontos con estos temas) y, con la ayuda de Ciudadanos, José Pablo López se dedicó a hacerle la vida imposible a Cifuentes y, después, a Ayuso y a hacerle la pelota a Podemos y al PSOE.

José Pablo López es un hombre de obsesiones. De muchas obsesiones. Le tiene un aire a Anthony Perkins en Psicosis. Malagueño, de La Axarquía, un día me confesó, recién llegado a Telemadrid, que él iba para cura, en un seminario, pero que lo dejó. Mientras me contaba aquello intentaba enseñarme, insistentemente, mensajes privados de WhatsApp que le enviaban Jesús Cintora y Juan Carlos Monedero, entre otros. ¿Se fiarían ustedes de alguien así? Un día, si sus protagonistas quieren, contaremos qué pasó en el primer concurso público que José Pablo López convocó en Telemadrid para nombrar a su equipo directivo.

José Pablo López no fue cura, finalmente, pero trabajó para los obispos en Trece TV donde no pasó del 2% de audiencia. Llegaba de La Sexta con la bendición de Ferreras, Contreras y Ruiz de Gauna. Aparte de servir a sus colegas del lobby LGTBI (en su caso Orgullo cristiano), José Pablo López siempre tuvo claro, al llegar a Telemadrid, que usaría el puesto para ser presidente de RTVE.

Desde que José Pablo López (JP, como le gusta que le llamen) llegó a Prado del Rey, apadrinado por José Miguel Contreras, el consejero televisivo más cercano a Sánchez, se dedicó a lo que mejor sabe hacer: liar a unos y a otros, incluso a gente que no se conoce entre sí, para hacerle la cama a su jefa, Elena Sánchez, y optar a su puesto.

José Pablo López fue el padrino de Silvia Intxaurrondo ante Moncloa para que la vasca hiciera de ariete de la manipulación informativa. José Pablo López ya había usado a Intxaurrondo contra Ayuso en Telemadrid, donde la vasca estuvo como falsa autónoma (como ahora en RTVE). Se trataba de hacerse los independientes contra Ayuso para ganar puntos ante Sánchez y terminar en RTVE.

En estos dos años que lleva en RTVE, José Pablo López fue aislando, en la dirección, a Elena Sánchez, en algo muy parecido -según un directivo- «a un acoso laboral de libro» y se rindió a las productoras televisivas del sanchismo para que José Miguel Contreras y otros se forren, como están haciendo.

La misión de José Pablo López era darles negocio y, de ser posible, conseguir audiencia en TVE a base de hacer de la televisión pública un sucedáneo de Tele 5 y poder competir con otras cadenas en cuyos informativos y programas de entretenimiento hay críticas a Sánchez. Por eso, la obsesión de Moncloa y de su correveidile José Pablo López por fichar a Broncano para ponerlo en el horario de El Hormiguero de Pablo Motos.

El programa de Broncano lo hace El Terrat, productora de Mediapro, y José Pablo López acordó pagarle, con nuestros impuestos, 43 millones de euros por tres temporadas. ¡43 millones mientras usted no llega a fin de mes! Dinero público para estrellas televisivas, periodistas, tertulianos y productores del sanchismo. Esto roza la malversación.

RTVE tiene 6.500 empleados a los que pagamos 500 millones de euros anuales en sueldos. Según su propia página web, los gastos de explotación de RTVE en 2023 fueron de 1.193 millones de euros en parte financiados (¡cómo no!) con fondos europeos Next Generation.

¿No les suena a estafa política del dinero público para programas que no superan una audiencia del 5, el 6 ó el 7%? Con este balance, José Pablo López hubiera sido despedido de cualquier empresa privada. Pero en RTVE sus méritos eran otros.

Repasemos algunos de los sueldos que José Pablo López ha puesto a sus fichajes. Silvia Intxaurrondo tiene firmados 537.000 euros, máximo, por dos años, como desveló OKDIARIO.

Jordi González, llegado de Tele 5, gana más de 150.000 euros al año. 15.000 euros al mes por hacer 8 programas. Éste es el presentador que el otro día especulaba en su programa Corazón con que Kate Middelton estaba desaparecida porque -dijo literalmente- «se estaba poniendo tetas». Tal cual. ¿Imaginan ustedes a un presentador de la BBC hablando de las «tetas» de la Reina de España o de la Princesa de Asturias?

Éste es el nivel que quiere Sánchez y su lacayo, José Pablo López, en TVE con José Miguel Contreras y su productora personal (La CoProductora) haciendo cajas millonarias por programas fracasados.

Más sueldos. Ines Hernand, la que le gritó: «¡Icono!», a Pedro Sánchez en los Goya. Lleva ganados en RTVE más de 345.000 euros desde el año 2020. ¡345.000 euros desde 2020!

A mí, sinceramente, todo esto me parece corrupción. Es dinero público, salido de nuestros impuestos, del presupuesto del estado y de los fondos europeos, cómo no, para que unos cuantos se forren a base de exaltar a Sánchez y al sanchismo. Y, a base, ahora, de salvar al soldado Sánchez que está en apuros por la corrupción.

El fichaje de Pablo Iglesias y sus colaboradores más descerebrados de Canal Red trata de crear crispación y violencia televisiva para tapar con una cortina de humo la corrupción del Gobierno de Sánchez y ocultar la relación de Begoña Gómez con la trama Koldo, que es lo que más preocupa ahora al presidente del Des-Gobierno.

No hay más que esto. Están malversando políticamente el dinero público para que los apolo-getas del sanchismo se forren.

¿Dónde están los Xavier Fortes y el resto de periodistas que se vestían de negro con el PP? Pues trincando, también, del sanchismo. ¡Qué tiempos aquellos en los que Vicente Vallés y Sergio Martín dignificaron La Noche en 24 Horas del Canal 24 Horas que ayudé a fundar en 1997. El «lechero» Fortes, como le llaman sus compañeros de la casa, ha llevado el programa al nivel de las cloacas.

Por todo esto, Sánchez quería y quiere a José Pablo López en TVE. Elena Sánchez sabía que estaba finiquitada, pero ha conseguido echarlo cinco minutos antes de que la echaran a ella desde Moncloa con Bolaños pegado al teléfono.

Ahora, Moncloa tiene un dilema para evitar que, por turno, presida RTVE algún consejero del PP. Por eso, no es descartable que nombre, por Real Decreto, un administrador provisional. Si lo hace, podría rescatar a José Pablo López o a cualquier otro sirviente similar de los enormes intereses políticos y económicos que mueve esa casa.

El sanchismo se devora a sí mismo y es implacable si te ven dudando de la lealtad al jefe. Al capo de la banda. Porque el sanchismo actúa como una mafia.

Miren. Hace un tiempo me contó un alto directivo de RTVE las presiones que recibía para contratar a determinada productora audiovisual afín a Moncloa. Como se resistió (incluso a las putas que le ofrecían… sí, putas… que esto es muy del PSOE) la presión fue a más y no se lo pierdan. Un día se encontró dentro de su coche, cerrado con llave a cal y canto, en el garaje VIP del edificio inteligente de Prado del Rey, un gato muerto y ensangrentado en el asiento de atrás. Tal cual.

Este es el nivel. Esta es la mafia que nos gobierna. Esto es lo que hay en RTVE y lo que esta gente hace con su dinero, querido lector, y con el mío.

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