Fue una estrella de los 90 y ahora vive en una furgoneta: su historia emociona a todos en redes
Hay una estrella internacional que ha cambiado radicalmente de vida
Dawn Robinson dejó todo atrás cuando le apartaron de la televisión
Dawn ha acabado en un coche, no tiene nada y quiere salir adelante
Fue la estrella de televisión más famosa de España y su vida ha dado un giro radical: esto es lo que hace ahora
Este programa de los 90 marcó a toda una generación: así viven ahora sus protagonistas

En el mercado de los años 90, pocas agrupaciones femeninas lograron dejar una huella tan profunda como En Vogue. Sus potentes armonías vocales y su impecable presencia escénica las posicionaron como referentes indiscutibles del R&B, con millones de discos vendidos y una legión de admiradores alrededor del mundo.
Sin embargo, mientras muchas de sus compañeras siguieron caminos más convencionales tras el auge del grupo, Dawn Robinson, una de las fundadoras, ha optado por una existencia radicalmente distinta. Hoy, lejos del glamour de los escenarios, vive sobre ruedas. Y no en una gira musical, sino en su propio automóvil, un estilo de vida que ha decidido abrazar con entereza, lucidez y sin una pizca de arrepentimiento.
Dawn Robinson fue una pieza clave en la formación de En Vogue en 1989, junto a Cindy Herron, Maxine Jones y Terry Ellis. El grupo rápidamente ascendió al estrellato con canciones como Free Your Mind y Don’t Let Go, himnos que mezclaban empoderamiento con sofisticación musical. Durante la primera mitad de los noventa, su imagen se convirtió en sinónimo de éxito, feminidad y talento. Pero como suele ocurrir en la industria, las tensiones internas y los conflictos contractuales acabaron separando caminos. Robinson abandonó la formación en 1997, y aunque regresó esporádicamente entre 2005 y 2011, su vínculo con En Vogue nunca recuperó la estabilidad de sus inicios.
El momento que lo cambió todo
La pandemia supuso para muchos un punto de inflexión, y en el caso de Dawn Robinson, ese cambio fue profundo. En 2020, decidió trasladarse a Las Vegas para convivir con sus padres, pero pronto se enfrentó a una situación insostenible. «Amo a mi madre, pero ella se enojaba mucho y dirigía su ira hacia mí. No lo entendía, aún no lo entiendo, y me dolió», relató la artista con serenidad. Esta tensión familiar la llevó a abandonar el hogar, sin un lugar claro al que dirigirse. Durante aproximadamente un mes, su automóvil se convirtió en su único refugio.
Aunque su entonces mánager intentó auxiliarla ofreciéndole alojamiento en su piso de Los Ángeles, al llegar descubrió que no había espacio suficiente para ella. Como alternativa, este representante costeó su estancia en un hotel durante ocho meses, con un coste mensual de 3.000 dólares. La incertidumbre sobre si aquel apoyo podría mantenerse a largo plazo provocó un profundo desgaste emocional. Fue entonces cuando Dawn comenzó a informarse sobre una tendencia creciente en Estados Unidos: la de personas que optaban por vivir en sus vehículos.
Lo que en un inicio fue una solución de emergencia acabó convirtiéndose en una forma de vida escogida. «Le dije a mi asistente un día: He estado investigando sobre la vida en autos. Hay una comunidad completa de personas que viven en sus coches, en sus casas rodantes, en sus furgonetas. Y pensé: Podría hacer eso». Así comenzó un proceso de transformación personal que culminó en 2022 con la elección firme de adoptar el llamado car life.
La vida de Dawn Robinson en un coche
La primera noche que pasó en su coche fue en Malibú. Aquel momento estuvo marcado por el miedo y la incertidumbre, pero también por una curiosa sensación de libertad. Con el tiempo, fue aprendiendo trucos para mantenerse a salvo: cómo cubrir las ventanas, qué zonas evitar, y con quién hablar o guardar silencio. «Como mujer y como figura pública, hay que ser muy cuidadosa con lo que se dice y a quién», explicó. Su relato, lejos de estar teñido de nostalgia, transmite una poderosa lección sobre autonomía y capacidad de adaptación.
A pesar de las obvias complicaciones, Robinson insiste en que no se considera una víctima ni busca compasión. «No se trata de decir pobre Dawn. Estoy aprendiendo quién soy como persona y como mujer», expresó, dejando claro que su enfoque es introspectivo y constructivo. En su vida móvil ha encontrado un ritmo propio, sin los condicionantes que en otro tiempo definieron su existencia artística.
La artista ha contado en todo momento con pequeñas redes de apoyo, entre las que menciona a su hermano, su asistente personal y una figura a la que se refiere como su eterna suegra. Son vínculos que la han acompañado en momentos difíciles y le han ofrecido ayuda puntual. En cuanto a su rutina diaria, ha hallado fórmulas prácticas para mantener su calidad de vida: gracias a la membresía de un gimnasio, mantiene su higiene al día. «Soy una Funky Diva, pero no soy una diva sucia», comentó con humor, dejando entrever que su esencia artística y su sentido del humor permanecen intactos.
El testimonio de Dawn Robinson ha conmovido profundamente a sus seguidores en redes sociales, donde ha compartido su proceso con honestidad y sin filtros. Además de documentar su día a día, ha anunciado que planea transformar esta experiencia en un documental, con la intención de mostrar las múltiples realidades que se esconden tras las vidas aparentemente exitosas de las celebridades del pasado.
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