Impactante hallazgo en España: científicos descubren que este árbol filtra el aire como ningún otro


En las últimas décadas, la calidad del aire se ha deteriorado de manera considerable debido a la intensificación de actividades industriales, el crecimiento urbano y el uso masivo de vehículos contaminantes. Este fenómeno ha traído consigo graves consecuencias para la salud pública, el clima global y la sostenibilidad ambiental, razón por la cual la búsqueda de soluciones eficaces y sostenibles se ha vuelto una prioridad mundial. En este contexto, una empresa biotecnológica del País Vasco ha logrado desarrollar una propuesta tan ambiciosa como prometedora: un árbol artificial basado en microalgas, capaz de absorber gases contaminantes.
Este dispositivo, bautizado como GarbiAir, no sólo replica los procesos naturales de fotosíntesis, sino que los multiplica hasta por 1.000, ofreciendo una alternativa pionera para purificar el aire de manera controlada, eficiente y sostenible. El proyecto ha sido desarrollado por Bromalgae, una compañía vizcaína con sede en el Centro de Empresas e Innovación de Ezkerraldea, en la localidad de Baracaldo, cuya investigación se centra en el uso de microalgas como recurso natural con grandes capacidades descontaminantes. A partir de esta base, el equipo multidisciplinario ha diseñado un sistema que imita la función purificadora de los árboles, pero con una eficacia muy superior.
Biotecnología ambiental: el nacimiento del árbol artificial español
El GarbiAir presenta una carcasa de acero Corten, un material conocido por su durabilidad y resistencia al desgaste ambiental. En su interior se encuentra un sistema que permite la circulación de aire contaminado a través de una solución acuosa donde habitan las microalgas. Este líquido cuenta con nutrientes especialmente diseñados para mantener activa la actividad fotosintética de los organismos.
El aire, una vez introducido en el sistema mediante un mecanismo de recirculación, se trata en una cámara cónica. Allí, las microalgas actúan absorbiendo el CO2 y transformándolo en oxígeno, al igual que haría cualquier planta. Sin embargo, lo que distingue a GarbiAir es su capacidad: un solo módulo puede hacer el trabajo de hasta 1.000 árboles jóvenes, según los cálculos realizados por los desarrolladores.
Otro de los aspectos innovadores de este árbol artificial es su integración con herramientas digitales. El sistema está equipado con sensores de alta precisión y controladores lógicos programables (PLC), que permiten el seguimiento constante del rendimiento del árbol artificial. Los datos recogidos se envían a la nube, donde pueden ser analizados por técnicos a través de plataformas online.
Esto facilita la gestión del dispositivo, ya que se pueden detectar en tiempo real los niveles de gases absorbidos, ajustar parámetros de funcionamiento, y realizar mantenimientos preventivos. A través de esta infraestructura digital, se busca garantizar un funcionamiento óptimo y una trazabilidad completa del impacto medioambiental del sistema.
Por otro lado, destaca su bajo consumo energético. Según los datos ofrecidos por la empresa, el dispositivo requiere menos de 0,11 kWh para su funcionamiento continuo, lo que lo convierte en una solución muy eficiente desde el punto de vista energético.
En términos de rendimiento, GarbiAir es capaz de tratar más de 105.000 metros cúbicos normales de aire al año, lo que se traduce en la eliminación de 2,7 toneladas de CO2 y casi 8 kilogramos de NOx anualmente. Estas cifras resultan especialmente significativas si se consideran en el marco de políticas de reducción de emisiones, contribuyendo activamente al cumplimiento de objetivos climáticos tanto locales como globales.
GarbiAir se encuentra disponible en dos versiones: una más compacta, con un volumen de sólo 0,3 metros cúbicos, y una de mayor capacidad pensada para entornos urbanos o industriales. El modelo pequeño tiene un rendimiento equivalente al de 50 árboles, mientras que el más grande alcanza el equivalente a 236 árboles maduros o 1.000 ejemplares jóvenes, convirtiéndolo en una herramienta ideal para zonas muy contaminadas o con poco espacio verde disponible.
Microalgas: una solución versátil
La elección de las microalgas como base de esta tecnología no es casual. Estos organismos microscópicos se caracterizan por su rápido crecimiento, su alta tasa de conversión de CO2 y su versatilidad. Bromalgae no sólo los aplica en el ámbito ambiental, sino también en áreas como la alimentación funcional y la biomedicina, lo que demuestra su enorme potencial biotecnológico.
La ventaja de trabajar con microalgas radica en que se pueden cultivar en condiciones controladas, no requieren grandes superficies terrestres y su eficiencia fotosintética es muy superior a la de la mayoría de las plantas. Esta característica permite escalar soluciones sin tener que recurrir a procesos invasivos para el entorno.
La creación del árbol artificial GarbiAir demuestra que la tecnología puede ser una gran aliada en la lucha contra el cambio climático. Con su capacidad para absorber gases contaminantes de forma eficiente, su bajo consumo energético y su versatilidad de uso, esta invención representa una esperanza concreta para reducir el impacto de la actividad humana sobre la atmósfera. Aunque todavía queda camino por recorrer para su implementación, este avance señala una dirección clara: apostar por soluciones basadas en la biotecnología aplicada al medioambiente.
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