Sanidad da consejos a los hombres para prostituirse: «Nadie dice de un albañil que vende su cuerpo»

El Ministerio de Sanidad difunde un documento -Salud sexual y consumo de sustancias desde y para personas  LGTBI+ que ejercen el trabajo sexual- en el que se ofrecen consejos para «reducir los riesgos y gestionar el placer» en el «trabajo sexual» entre hombres.

«Les trabajadores sexuales [sic] ofrecemos un servicio que tiene que ver con la sexualidad, el erotismo y el placer, no vendemos nuestro cuerpo y tenemos derecho a que se respete nuestras decisiones, así como nosotros respetamos las decisiones de les clientes. Nadie dice de un albañil, de un deportista de élite o de un oficinista que están vendiendo su cuerpo. Aún así, lo utilizan para desarrollar su trabajo. Lo que diferencia nuestro trabajo de estos otros es la parte del cuerpo que usamos», se sostiene en el documento, accesible a través de la página web del ministerio. «El estigma que se nos atribuye va ligado a la moral que envuelve el sexo y el placer», se añade.

La guía aborda distintas situaciones que se pueden plantear en el «trabajo sexual» masculino, entre ellas, el consumo de drogas, la práctica que se conoce como chemsex.

Así, se recomienda «establecer los límites con nosotres mismes, saber qué queremos hacer y qué prácticas estamos dispuestes a realizar. Esta negociación nos ayudará a pactar las prácticas y/o el consumo. Puedes llevar a cabo esa negociación desde el momento en el que te publicitas, como en la negociación hablada». Entre esos «límites» está por ejemplo el «aguante del cuerpo y la duración de la sesión», las «prácticas y sustancias que se van a consumir», el «número de participantes» o los «recursos», como «ayudas para la erección» o empleo de lubricantes.

Igualmente, se recomienda «definir bien la línea que diferencia el campo personal del laboral, y que nuestra sexualidad personal no se vea consumida por las prácticas que realizamos en el trabajo», puesto que «algo que puede suponer un conflicto es la pérdida de interés sexual y del placer fuera del ámbito laboral». «A veces, el trabajo sexual acaba prevaleciendo sobre nuestra vida sexual personal porque es nuestra fuente de ingresos».

En otro apartado se aborda la «creación de roles en el trabajo sexual» para «reinventar la manera de ofrecer» los servicios y  «satisfacer las fantasías de los clientes». «Es necesario entender que el desarrollo de estos roles es puntual y no tiene porqué ir ligado a nuestra identidad», se sostiene en la guía.

Abolicionismo

El PSOE siempre ha mantenido una posición problemática sobre la prostitución, en este caso, siempre referida a la mujer. El año pasado, los socialistas llevaron al Congreso una proposición de ley para «prohibir el proxenetismo en todas sus formas», que incluía sanciones para los clientes de prostitución, de hasta tres años de prisión.

Los socialistas se declararon formalmente abolicionistas de la prostitución en octubre de 2021 en el marco de su 40º Congreso Federal. «Anhelamos una sociedad donde las mujeres y las niñas no sean prostituidas, queremos construir una sociedad donde los cuerpos de las mujeres y niñas no sean objetos de consumo», rezaban las resoluciones de dicho cónclave, aplaudidas por el diputado, que renunció al acta el pasado 14 de febrero, tras conocerse su implicación en la trama.

El partido de Pedro Sánchez se declaró formalmente abolicionista de la prostitución en octubre de 2021 en el marco de su 40º Congreso Federal. «Anhelamos una sociedad donde las mujeres y las niñas no sean prostituidas, queremos construir una sociedad donde los cuerpos de las mujeres y niñas no sean objetos de consumo», rezan las resoluciones de dicho cónclave, aplaudidas por el diputado, que renunció al acta el pasado 14 de febrero, tras conocerse su implicación en la trama.

No es la primera vez que Sanidad distribuye una guía de estas características. El documento forma parte de un amplio catálogo en el que se dan distintas recomendaciones sobre el chemsex, una práctica consistente en el consumo de drogas «vinculado a la cultura sexual gay» y que permite «largas sesiones de sexo que pueden prolongarse durante horas o incluso varios días», según describe el propio ministerio.