Moncloa teme que ERC no acepte la amnistía que exige Puigdemont para los 150 imputados en la era Sánchez
Sánchez decidió seguir negociando la amnistía ampliada con Junts al margen de la opinión de ERC y la advertencia de Bolaños
La petición de Junts de incluir en la amnistía que Félix Bolaños pactó con ERC a más de 150 investigados con Pedro Sánchez ya en el Gobierno, divide al PSOE. La cúpula socialista discutió «acaloradamente» este domingo, no se sabe si, de forma presencial o telemáticamente, sobre la posibilidad de aceptar esta exigencia de Carles Puigdemont para facilitar el apoyo de Junts a la investidura.
Bolaños, que conoce bien los planes de ERC con la amnistía, trató de frenar a un Sánchez dispuesto a seguir negociando con Puigdemont este extremo alertando de que podía poner en riesgo el apoyo de ERC. No tuvo éxito. El presidente en funciones mandó ese mismo día a Bruselas al número 3 del partido, Santos Cerdán, a trasladar su propuesta.
Esos 150 nombres, altos cargos principalmente de Junts y colaboradores muy cercanos a Puigdemont, que han sido encausados con los socialistas ya en el Gobierno, son el principal fleco que este lunes por la noche impedía cerrar el acuerdo entre las dos formaciones políticas. Aunque en la dirección juntera, mayoritariamente, hay voluntad de investir a Sánchez, con excepción de los más radicales, como Laura Borràs o Aurora Madaula, que lo rechazan. JxCat sigue poniendo como línea roja el olvido de causas como la que afecta a la propia Borràs, el abogado de Puigdemont Gonzalo Boye o la malversación del Tsunami Democràtic. ERC, como advirtió Bolaños el domingo y ha advertido este lunes la portavoz Raquel Sans, se niega a ello. Y amenaza con «revisar el acuerdo» que alcancen el PSOE y Junts.
Con gran parte del secretariado permanente de JxCat ya de vuelta en Barcelona, en Bruselas continúan las negociaciones y el intercambio de papeles entre los servicios jurídicos de ambas partes, que han evitado verse cara a cara pese a estar a menos de 300 metros. Los junteros en el Club Internacional de Prensa, el mismo lugar en el que compareció Puigdemont tras su fuga a la capital belga, y Cerdán en lujoso Sofitel de 5 estrellas en el que se aloja Sánchez cada vez que viaja a la capital comunitaria.
Fuentes de ambos partidos reconocen que iban a tratar, «incluso de madrugada, de ver si se dan avances suficientes que acerquen el cierre de un acuerdo». En el PSOE siguen empeñados en que el debate de investidura se celebre esta semana, pese a que una eventual concesión de Sánchez a Junts en este punto pueda suponer el rechazo de ERC.
Tanto en el PSOE como ERC atribuyen la «lentitud» en el proceso de cerrar el acuerdo a la densidad del texto, que requiere la revisión de asesores legales de uno y otro partido y han añadido que la negociación avanzaría «más rápido» si se tratase sólo de una cuestión política. Nadie quiere dejar cualquier cabo suelto que pueda impedir pasar el filtro ya pactado de Sánchez con el presidente del Tribunal Constitucional. Explican que faltan por pulir cuestiones «técnicas» sobre algunos aspectos de la redacción, en especial en la exposición de motivos porque es donde está en juego el alcance y la constitucionalidad de la norma.
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