Sánchez se sube al Super Puma tras imponer que se limite el aire acondicionado a 27º para ahorrar energía

PSOE
Felipe VI con Pedro Sánchez.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pedro Sánchez ha vuelto a subirse al helicóptero oficial Super Puma para desplazarse este martes a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz y coger desde allí un Falcon hasta Palma, donde ha mantenido su tradicional encuentro con el Rey. El desplazamiento es habitual cada vez que el presidente del Gobierno utiliza el avión presidencial, a pesar de la corta distancia que separa La Moncloa de esta base aérea madrileña, apenas 25 kilómetros.

El presidente socialista hace uso frecuente de este medio aunque, si cabe, esta vez resulta aún más polémico, pues este martes se publica en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el plan de «ahorro energético» aprobado ayer por el Consejo de Ministros.

El real decreto recoge la obligatoriedad en edificios públicos, espacios comerciales y grandes almacenes, infraestructuras de transporte (aeropuertos y estaciones de tren y autobús), espacios culturales y hoteles de limitar a 27 grados el uso del aire acondicionado en verano y a 19 grados la calefacción en invierno.

Este paquete de medidas también obligará a apagar las luces de escaparates y edificios públicos que estén desocupados a partir de las 22.00 horas, una medida para la que tendrán siete días para su cumplimiento.

En el caso de todas estas iniciativas, los establecimientos tendrán apenas de una semana -hasta el próximo martes- para su implantación y tendrán una vigencia hasta el 1 de noviembre de 2023. También que se apagará la iluminación decorativa de fachadas a partir de las 22.00 horas.

Asimismo, se obligará a que antes del 30 de septiembre tanto edificios como locales dispongan de cierres automáticos en las puertas de acceso para impedir que se queden abiertas permanentemente, con el consiguiente despilfarro por pérdidas de energía al exterior.

El plan ha recibido ya las críticas de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien ha anunciado que su Gobierno no apagará la luz de los edificios públicos ni de los escaparates del comercio exterior para ahorrar porque, a su juicio, esto generará «inseguridad» y espantará «el turismo y el consumo».

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