Sánchez bloquea sus propias leyes para sobrevivir: Armengol hurta al Congreso el debate de 19 decretos
Pese a la «extraordinaria y urgente necesidad» que establece la Constitución, llevan más de un año de bloqueo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, evita a toda costa las derrotas parlamentarias. Para ello, Sánchez se ha abonado a una estrategia legislativa que pasa por bloquear sus propias leyes, las que elabora, a través de un Real Decreto Ley (RDL) en el Consejo de ministros. El texto legal entra en vigor desde su publicación en el BOE y se convalida, con la promesa a sus socios de que se tramitará como Proyecto de Ley, para que ellos intervengan y añadan sus enmiendas, en el Parlamento. Pero el decreto se guarda en un cajón y nunca se tramita. Por ahora, llevan 19 RDL, iniciativas propias y supuestamente urgentes, en lo que va de legislatura. Todas han sido aprobadas y bloqueadas, utilizando esta triquiñuela.
Pedro Sánchez dijo en su día que se podía gobernar «con o sin el concurso del Poder legislativo» o, dicho de otro modo, de espaldas al Parlamento y, a juzgar por sus movimientos, ha dado con la tecla para lograrlo, a base de retorcer la Constitución y el propio reglamento de la Cámara, con la inestimable colaboración de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y su mayoría en la Mesa del Congreso.
A través de la convalidación de los RDL y el compromiso de tramitarlos posteriormente para que todos los grupos puedan intervenir y mejorar el texto legal, el Gobierno logra sacar adelante el texto inicial, que salió del Consejo de ministros, pero su tramitación, la negociación de enmiendas con incorporaciones de todos los Grupos y la nueva votación no llega a producirse nunca, con lo que sigue vigente el texto aprobado por el Gobierno, sin enmienda alguna y -lo que resulta todo un alivio para el Ejecutivo- sin que haya que negociar con los socios sus exigencias a cambio de sus votos.
Fuentes del Grupo Socialista se lamentan de que «cada negociación, grupo a grupo, es una carta a los Reyes Magos de cada uno de ellos». Aseguran que una negociación a tantas bandas con socios tan variopintos y con exigencias tan elevadas en cada votación hacen «casi imposible» negociar nada. Tal vez por eso, Pedro Sánchez, Francina Armengol y la mayoría de la Mesa del Congreso (3 representantes del PSOE y dos de Sumar, frente a 4 del PP) allanan el camino semana tras semana al Ejecutivo a través de esta suerte de filibusterismo parlamentario.
Aunque el artículo 86 de la Constitución deja claro que los RDL son disposiciones legislativas que puede usar el Ejecutivo en caso de «extraordinaria y urgente necesidad» y el 82.3 establece que «se pueden tramitar como Proyectos de Ley por el procedimiento de urgencia», en el Congreso hay paralizados con ampliaciones y olvidos 18 de estos decretos y el último en entrar, el Real Decreto para las medidas urgentes contra el genocidio en Gaza, más conocido como el «embargo a Israel», está a punto de correr la misma suerte.
Entre los «decretazos» que duermen el sueño de los justos a golpe de prórrogas infinitas están, por ejemplo, los tres referidos a medidas urgentes de respuesta a los daños causados por la DANA, que parten de RDL aprobados respectivamente el 5, 11 y 28 de noviembre de 2024. Su trámite de enmiendas finalizaba entre el 10 de diciembre del año pasado y febrero de este año. Sin embargo, la Mesa ha aprobado ampliar el plazo de enmiendas, en 31, 29 y 21 ocasiones, por lo que un año después, siguen sin tramitarse, a pesar de la urgencia que requieren. Y nada indica que la próxima semana no vuelva a ampliarse el plazo.
Retrasos y bloqueos sangrantes
El caso más sangrante es, quizás, el del Real Decreto Ley del 14 de mayo de 2024, sobre medidas para prorrogar los lanzamientos sobre la vivienda habitual para la protección de los colectivos vulnerables, cuyo plazo de enmiendas debió finalizar el 2 de septiembre de 2024 y, tras 45 ampliaciones del trámite de enmiendas, sigue durmiendo en la Cámara Baja casi año y medio después de haberse aprobado y votado por unanimidad su tramitación por urgencia en el Congreso.
Otra artimaña al uso para evitar la tramitación parlamentaria es poner fin a las ampliaciones del trámite de urgencia, pero dejar dormir de nuevo al texto a la espera del preceptivo informe de la Ponencia que debe verse en la respectiva Comisión Parlamentaria. Así, la Ley por la que se aprueban medidas urgentes para la ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en materia de servicio público, régimen local y mecenazgo, que se aprobó en un Real Decreto en diciembre de 2023 y sufrió 5 ampliaciones de los plazos de enmiendas en su articulado, sigue pendiente del informe de la Comisión de Justicia desde el 7 de marzo del año pasado.
Igualmente, del Real Decreto Ley de 2023 referido a las medidas urgentes para afrontar los efectos económicos de los conflictos de Ucrania y Oriente Próximo, está «durmiendo», una vez superados otras cinco ampliaciones del plazo de enmiendas, desde el pasado 7 de marzo de 2024, desde hace más de año y medio, a la espera de que la Comisión, donde también tienen mayoría PSOE y sus socios, realice un informe que no llega.