El precio del poder

Sánchez aprovechó el Covid para pagar los votos del PNV con 1.800 millones extra para el Gobierno vasco

La inyección, que se sumó al pago de 1.100 millones para engordar el Cupo vasco, permitió al Ejecutivo de Urkullu triplicar sus depósitos bancarios durante los dos años de pandemia

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El PSOE aprovechó la crisis del Covid para regar sus pactos con el PNV con 1.800 millones extra transferidos al Gobierno vasco que los socialistas comparten con el nacionalista Urkullu
Roberto Pérez
  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

La crisis del Covid puso en serios apuros a las administraciones públicas de medio mundo por los gastos multiplicados y la parálisis económica que provocó un hundimiento de los ingresos públicos. Pero, paradójicamente, al Gobierno vasco el bienio de la pandemia (2020-2021) le fue especialmente rentable, al calor de las extraordinarias inyecciones de dinero del Estado que le otorgó el Ejecutivo de Pedro Sánchez y que quedan certificadas en informes de auditoría a los que ha tenido acceso OKDIARIO. El Ejecutivo PSOE-Podemos transfirió al del nacionalista Iñigo Urkullu, al Gobierno vasco de PNV y PSOE, un total de 1.795 millones de euros en subvenciones directas. Un generoso cheque a la sombra de los votos del PNV que –entre otros– le han resultado imprescindibles a Sánchez para mantenerse en La Moncloa.

Y a la par de esa generosa inyección extra camuflada en múltiples subvenciones con la etiqueta de la lucha contra el Covid, Sánchez abonó desde Moncloa al Gobierno vasco del PNV y el PSOE, entre 218 y 2021, otros 1.100 millones adiciones por supuestos excesos de Cupo pagados por la Hacienda vasca al Estado en el pasado, fruto de otro acuerdo arrancado a Rajoy por el Partido Nacionalista Vasco pocos días antes de que lo derribara sumando sus votos a Sánchez en la moción de censura.

Este otro acuerdo, el de los 1.100 millones, lo pactó el Ejecutivo del PP con el PNV en la primavera de 2018, pero ha sido el Gobierno de Pedro Sánchez el que se ha encargado de cumplirlo con entusiasta celeridad, pese a que cuando era oposición lo criticó con vehemencia.

Herencia carlista

El País Vasco, gobernado desde hace varias legislaturas por la coalición PNV-PSOE, disfruta de un régimen de financiación especial (foralidad), al igual que Navarra. Eso les permite disfrutar de unos fondos públicos por habitante mucho mayores que los de la media del resto de autonomías, sistemáticamente superiores incluso a las económicamente más prósperas, incluida Madrid.

El Cupo vasco, que hunde sus raíces en el carlismo decimonónico, hace que, a diferencia de las 15 comunidades del régimen financiero común, el País Vasco y Navarra se queden los impuestos y contribuyan sólo con una parte al Estado (Cupo), supuestamente por el precio de los servicios que el Estado presta en el País Vasco. El Cupo, eso sí, no responde a un cálculo técnico sino esencialmente político. De ahí que se manosee y varíe según lo más o menos necesarios que son los votos del PNV para sostener al inquilino de turno de La Moncloa.

En el resto de autonomías, las 15 del régimen común, los impuestos los recauda el Estado y luego decide el dinero que invierte en los distintos territorios y la porción que transfiere para financiar los gastos de cada Gobierno regional. Es decir, justo a la inversa que en el País Vasco y Navarra.

Rajoy, pacto y traición del PNV

Con Rajoy, el PP cedió una ventajosa reforma del Cupo a cambio de que el PNV le aprobara los Presupuestos de 2018, a pesar de lo cual los nacionalistas vascos traicionaron a los populares y en cuestión de días sumaron sus votos para apoyar la moción de censura de Pedro Sánchez y hacerlo presidente. Y el PSOE ha respondido con amplias ventajas añadidas para los nacionalistas vascos.

El régimen foral otorga una especial autosuficiencia financiera al País Vasco. Sin embargo, cuando estalló la crisis del Covid, Sánchez aprovechó la coyuntura para regar generosamente las arcas que el PNV controla en el Gobierno vasco en compañía del PSOE. Fueron inyecciones económicas por añadidura, porque el País Vasco fue tratado en este particular como si fuera una autonomía más del régimen común, sin escatimar fondos, más bien con notoria generosidad, según atestiguan los informes oficiales a los que ha accedido OKDIARIO.

Urkullu rentabilizó el Covid

El resultado fue un espaldarazo de tal calibre que, según la documentación obtenida por este periódico, permitió un resultado paradójico: en términos de estricto balance contable, el Gobierno vasco del PNV y el PSOE obtuvo en el bienio del Covid 2020-2021 un beneficio neto agregado de 23,8 millones de euros. Y, en términos de saldo presupuestario, un superávit de 540 millones en 2020 y de 1.043 millones en 2021.

Las cifras fueron de récord. Y justo cuando la economía transitaba agonizante, asfixiada por una pandemia que provocó una parálisis productiva durante meses en 2020 y que extendió sus efectos de desplome del empleo y la actividad durante todo 2021. Las arcas públicas del Gobierno de Urkullu, sin embargo, no sólo no sintieron mella alguna sino que salieron ganando.

Triplicó sus depósitos bancarios

Pedro Sánchez otorgó un boyante trato al Gobierno PNV-PSOE del nacionalista Urkullu, para regar sus valiosos votos con los que se ha mantenido en La Moncloa. Y otro indicador que demuestra esa privilegiada dinámica es el dinero que llegó a acumular el Ejecutivo vasco en cuentas bancarias: triplicó sus depósitos coincidiendo con los dos años de pandemia. Así, siempre según la documentación recopilada por OKDIARIO y certificada por organismos oficiales vascos, de los 1.656,3 millones de euros que sumaban los saldos de las 123 cuentas manejadas por el Gobierno vasco a 31 de diciembre de 2019, se pasó a 4.587 millones de euros a 31 de diciembre de 2021.

Además, como se ha apuntado más arriba, esos 1.800 millones inyectados al calor de ayudas por la crisis del coronavirus se hicieron a la par que el Gobierno de Sánchez cumplía con entusiasta puntualidad los compromisos arrancados por el PNV al Ejecutivo de Rajoy semanas antes de desalojarlo de La Moncloa. Así, ha sido Sánchez, y no el PP, quien se ha encargado de abonar esas ventajas añadidas al Cupo que se remontan al pacto de 2018. Gracias a eso, el Gobierno vasco de Urkullu ha ingresado otros 1.100 millones de euros extra en cuatro plazos, todos ellos abonados por el gabinete de Pedro Sánchez para regar sus alianzas con el PNV. El primero de esos plazos se lo pagó a los seis meses de instalarse en La Moncloa; el último, en 2021.

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