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Sánchez abre otro frente con Podemos tras frenar la Ley Trans: no derogará la ‘ley mordaza’

Irene Montero, Ione Belarra y Pedro Sánchez.
Irene Montero, Ione Belarra y Pedro Sánchez.
Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

A medida que se acerca el fin de la legislatura, y con ello la convocatoria electoral, los dos partidos que conforman la coalición gubernamental tratan de marcar cada vez más distancias. Ahora es el PSOE, en boca del propio secretario general, Pedro Sanchez, quien ha comunicado a sus socios de Podemos que no va a dar cumplimiento a uno de los acuerdos del pacto de legislatura: la derogación de la ley de seguridad pública del PP, bautizada por la izquierda como ley mordaza. El uso del material antidisturbios, la reforma del delito de faltas de respeto a la autoridad o las devoluciones en caliente, son las cuestiones que impiden un consenso.

Socialistas y podemitas llevan trabajando durante toda la legislatura, en más de 30 reuniones -la última este mismo jueves-, para elaborar una ley nueva que sustituya a la que está vigente en la actualidad y que se aprobó en 2015. Pese a todos esos encuentros de trabajo, aseguran fuentes de ambas formaciones, las posiciones siguen muy alejadas. Y en Moncloa ya descartan que, pese a la presión de los morados, se pueda aprobar en lo que queda de legislatura.

El presidente del Gobierno, según fuentes de su entorno corroboradas desde Podemos, ha comunicado ya al partido que lidera Ione Belarra que no va a cumplir con el acuerdo de derogar la ley de Mariano Rajoy. Es más, esas mismas fuentes señalan que la eventual reforma que se pueda hacer extra muy lejos de los mínimos exigidos por Podemos. El PSOE se escuda en que los apoyos actuales que tienen en las Cortes no son suficientes para aprobar un nuevo marco normativo que dé seguridad jurídica a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, y a su vez pueda ser asumido por sus socios parlamentarios. Algo primordial antes de la derogación.

Con este cambio de posición por parte de Sánchez, a pocas semanas de la votación de los Presupuestos Generales del Estado, el jefe del Ejecutivo sigue tensando la cuerda con sus socios. Y no sólo con Podemos. Este tema es también importante para ERC y EH Bildu de cara a su lucha callejera, pues la nueva ley sería mucho más laxa con los violentos, dejando así en el umbral de la desprotección a los policías.

Enfado

La decisión de Sánchez de no derogar la ley mordaza y descafeinar una posible reforma, cuya mayoría para su aprobación en los términos que la plantea parece difícil de lograr en el Congreso de los Diputados, ha enfadado a Unidas Podemos. Los de Ione Belarra, tras más de 30 reuniones para negociar los términos de la norma que debería sustituir a la vigente, se vuelven a sentir ninguneados por el socio mayoritario de la coalición por rechazar todas sus propuestas. El bloqueo sigue, principalmente, en los temas más espinosos.

Unos y otros asumen que a medida que vayan avanzando las semanas, de aquí a las elecciones generales, irán cambiando sus posturas para retratar al otro. Una situación que genera una especial preocupación en Ferraz y, más en concreto, entre los barones, que argumentan haber «tragado mucho con Podemos estos años». Los candidatos autonómicos vienen reclamando desde hace meses a Sánchez que marque distancias para no verse perjudicados en las urnas. Y a un año vista parece haber aprendido la lección.

Trans

Y es que la nueva posición adoptada respecto a la ley mordaza, no es el primer cambio de postura del jefe del Ejecutivo esta semana. El apoyo del PSOE a la ampliación del plazo de enmiendas para la ley trans en el Congreso, uno de los proyectos estrella de Podemos y más concretamente de la ministra de Igualdad Irene Montero, evidencia esta nueva estrategia monclovita de no ceder a todo y de menospreciar la opinión de los morados.

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