Acercamientos de etarras

Recibido como un héroe un asesino de ETA que fue condenado a 351 años de cárcel pero ha cumplido 16

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Pelayo Barro

EH Bildu aplaude al Gobierno una de las últimas puestas en libertad de etarras, la de Asier Ormazabal Liceaga, que ha salido de la cárcel de Teruel después de cumplir sólo 16 años de los 351 a los que fue condenado por volar tres bombas al paso de un autobús repleto de militares en Córdoba, en 1996. Antes de esa condena ya cumplía otra condena por asesinar al policía Rafael Leiva Loro en 1995. Ormazabal ha sido recibido en las calles de Hernani, su pueblo, con vítores y aplausos.

Las calles de Hernani han vuelto a ser testigos este finde de semana de un ongi etorri que ha indignado a los colectivos de víctimas del terrorismo. Un pasillo de honor formado por simpatizantes de ETA que han aplaudido a Asier Ormazabal, alias El Niño, que cuenta entre su hoja de servicios criminal a la banda terrorista el intento de masacre contra un convoy militar en Córdoba.

Ormazabal fue condenado a 351 años por un asesinato, el del sargento del Ejército de Tierra Miguel Angel Ayllón, y por las heridas graves al capitán Antonio Duque Lozano y al alférez Antonio Granados Bermejo. Además, se le consideró autor del asesinato en grado de tentativa contra el resto de ocupantes del autobús, en mayo de 1996.

«¡Uno menos!»

El comando de Ormazabal había colocado tres explosivos en la zona donde iba a transitar el vehículo militar, a cuyo paso detonaron y provocaron una gran deflagración. Los efectos pudieron ser mucho peores aún de los conseguidos, pero el atentado no salió como esperaban.

El Niño de ETA ha quedado libre este fin de semana en la cárcel de Teruel, a donde fue a esperarle y recogerle parte de su familia y simpatizantes del colectivo proetarra Etxerat. El recién liberado se fotografió con una bandera vasca, imagen que fue difundida por esta plataforma con el mensaje «¡Uno menos!. El etarra cumplía condena en Francia por otro asesinato, fue extraditado en 2002, condenado en 2004 a 351 años más y puesto en libertad en 2020.

Bildu lo celebra

La excarcelación, que se produce en plena oleada de acercamientos y progresiones de grado a etarras y en medio de la negociación del Gobierno con EH Bildu por la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, ha sido recibida con entusiasmo entre la izquierda abertzale.

El eurodiputado Pernando Barrena,  líder de Sortu (la rama más radical de Bildu), ha festejado la puesta en libertad de Ormazábal dándole la «bienvenida» y redistribuyendo a través de sus redes sociales las imágenes de su recibimiento en Hernani.

Sortu, una de las formaciones satélite de EH Bildu que no condena explícitamente el terrorismo, aplaudió la nueva política penitenciaria del Gobierno la pasada semana y calificó de «torturadores» a la Guardia Civil.

Desde que el Gobierno socialista ha adoptado a EH Bildu como apoyo imprescindible a los Presupuestos, la llave para la legislatura, un total de 21 presos etarras han sido acercados a prisiones más próximas al País Vasco, tal y como ha revelado OKDIARIO.

Este fin de semana, además, se han producido otros seis acercamientos de presos etarras. Tres directamente al País Vasco y los restantes a cárceles muy próximas a la región. El colectivo de presos, en una nota, ha celebrado el «fin de la dispersión» y ha asegurado que aún faltan 13 etarras por acercar de a cuantos Interior le ha comunicado su traslado recientemente.

Se duplican los homenajes

En el último año, las muestras de enaltecimiento a ETA y a sus pistoleros se han multiplicado por dos, tal y como reflejan los datos del Observatorio de la Radicalización, que publica el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (COVITE).

Hasta el mes pasado se habían registrado un total de 173 actos a favor de la violencia etarra o a sus asesinos. 16 de esos actos fueron ongi etorris callejeros en las localidades de origen de los etarras. Además, se han multiplicado las pintadas en favor de la banda y sus presos, y se han celebrado con permiso de las delegaciones del Gobierno un total de 60 manifestaciones pidiendo la puesta en libertad de los asesinos etarras.

Desde el entorno proetarra se han lanzado llamamientos al Gobierno para que continúe la senda iniciada ya en 2018 e intensificada en los últimos meses. Ya superan el centenar en la cuenta particular de Sánchez. Aplauden al Gobierno por esta política y le piden que no se deje influenciar por «lobbys inmobilistas» (en clara referencia a los colectivos de víctimas), que ponen «palos en las ruedas» para que no se acerque a etarras, muchos de ellos sin una condena explicita al terrorismo, con delitos de sangre y que ni siquiera han colaborado con la Justicia.

Hace tan sólo dos semanas, por ejemplo, fue acercado el etarra Agustín Almaraz, que había servido directamente bajo las órdenes de la sanguinaria jefa de ETA Soledad Iparraguirre, alias Anboto. Este verano fue llamado como testigo a un juicio contra Anboto. Pese a que en sus interrogatorios había hablado abiertamente de las órdenes que recibía de ella y que les había visitado en su piso franco de Francia para instarles a «matar más», Alamaraz le dijo al juez que «no conocía» a ninguna Anboto.

En los últimos días, además, se han acercado a historicas figuras del terrorismo etarra: Kantauriel jefe de ETA que ordenó matar entre otros al concejal del PSOE en San Sebastián, Fernando Múgica, y al concejal del PP, Alberto Jiménez-Becerril y su esposa; A la etarra que ayudó a matar al socialista Ernest Lluch en 2000 -y del que se cumplen ahora 20 años de su asesinato-. Además, se ha sacado del módulo de aislamiento a Txapote, el ejecutor entre muchos otros del concejal del PP en Ermua, Miguel Ángel Blanco.

Los datos son demoledores: el 74% de los etarras que estaban en la cárcel en 2011, cuando ETA anunció que dejaba de matar, ya están en la calle. Y el ritmo ha aumentado considerablemente en los últimos años. Mientras, quedan más de 300 asesinatos de ETA sin resolver.

 

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