Puigdemont acusa a los que critican las reuniones PSOE-Junts de preferir «la testosterona» a «la política»

El dirigente de Junts achaca la ola de indignación al "atavismo arraigado en la cultura española"

Puigdemont PSOE
Carles Puigdemont, ex presidente de la Generalitat y dirigente de Junts.

El prófugo dirigente de Junts y ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha salido públicamente en defensa de las reuniones secretas celebradas en el extranjero entre el PSOE y su partido, que condicionan la gobernabilidad de España bajo la supervisión de un diplomático salvadoreño que ejerce de mediador. A quienes les critican, Puigdemont les acusa de anteponer «la testosterona» a «la política». Y achaca la ola de rechazo social que ha generado la amnistía al «atavismo arraigado en la cultura española».

Puigdemont se ha pronunciado al respecto a través de su cuenta en la red social X (antigua Twitter), a través de un mensaje que ha difundido este domingo. En él, carga contra quienes critican esas negociaciones entre el PSOE y Junts, y las cesiones acordadas por Pedro Sánchez con el ex presidente catalán, que incluye la Ley de Amnistía para los cabecillas del procés independentista. Dice que quienes rechazan estos arreglos entre el PSOE y Junts «asocian pactar con el adversario –o el enemigo– a un acto de debilidad, o de cobardía o de traición».

«Cualquiera diría que en lugar de hacer política estamos en un duelo por una cuestión de honor. Desde este atavismo, muy arraigado en la cultura española, orgullo y humillación se convierten en las dos únicas alternativas posibles», ha afirmado Puigdemont.

También ha asegurado que «en la burbuja en la que viven –y escriben, hablan, opinan– los hidalgos contemporáneos, el pacto no tiene el prestigio social que lamentablemente tiene la testosterona de los que prometen derramar la sangre por salvar a la patria», motivo por el que, según el ex presidente catalán, asocian pactar con debilidad.

También ha dicho que nunca les vio «demasiado preocupados por el honor de España cada vez que su anterior jefe de Estado iba a Suiza, y mira que tuvieron oportunidades para decir algo, de perseguirlo a ver con quien se reunía, de qué hablaban y de exigir transparencia, o de preguntar a los ministros de jornada si sabían algo…».

«En lugar de este orgullo que el añorado Miquel Pairolí blasmaba –Deixeu l’orgull, agafeu la dignitat– (Dejad el orgullo, coged la dignidad), a mí me conmueve más la épica desinflamada de la Paz y la Tregua de Dios que el maestro Pau Casals evocó en su memorable discurso en las Naciones Unidas o la más prosaica del Sindicat Remença que recogió el Memory of the World de la Unesco», ha añadido Puigdemont.

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