El PSOE tendrá que decidir entre dar el Gobierno vasco a Bildu o salvar al PNV con el apoyo de Sumar
Los batasunos de Otegi ganarían las elecciones del 21A en escaños y los nacionalistas lo harían en votos
El PP podría tener la llave del nuevo inquilino de Ajuria Enea y evitar un Ejecutivo de los proetarras
El PSOE de Pedro Sánchez y Eneko Andueza tendría que decidir entre dar el Gobierno vasco a los proetarras de Bildu o salvar al PNV con el apoyo de Sumar si se celebraran hoy las elecciones a la Lehendakaritza previstas para el próximo 21 de abril, según una encuesta para OKDIARIO elaborada por Demoscopia y Servicios SL (Data 10).
En concreto, el PNV ganaría las elecciones en número de votos (con un 33,7% de respaldo y más de 360.000 papeletas), pero perdería cuatro escaños con respecto a 2020, quedando con 27 diputados, uno menos que los herederos del brazo político de ETA, que subirían 7 parlamentarios, hasta los 28, obteniendo la mayor representación en la Cámara autonómica. Los batasunos de Arnaldo Otegi lograrían un 33,6% de los votos, situándose prácticamente en un empate técnico con los peneuvistas (con apenas 1.000 votos menos).
De esta manera, el PSOE, tercera fuerza en las urnas, donde obtendría los mismos 10 parlamentarios que ahora (un 13,2% de los votos y casi 20.000 papeletas más), habría de inclinarse por reeditar su alianza con el PNV en el Gobierno vasco, con el apoyo del escaño de Sumar para llegar a la mayoría absoluta (38 diputados de un total de 75), o hacer lehendakari al candidato proetarra, Pello Otxandiano. Un escenario nada descabellado teniendo en cuenta que los socialistas ya hicieron alcalde recientemente al portavoz de Bildu en el Ayuntamiento de Pamplona, Joseba Asirón. Asimismo, el PSOE y los proetarras son socios en el Gobierno de Navarra que preside la socialista María Chivite, como evidencia su último acuerdo para los Presupuestos forales de 2024.
Con los resultados que arroja esta encuesta, realizada en el País Vasco entre los días 5 y 6 de abril a partir de 1.500 entrevistas, existe otra combinación que alcanzaría la mayoría absoluta, pero que se presenta menos viable. Se trata de la suma de PNV y Bildu, que llegarían hasta los 55 diputados de los 75 en liza. Y es que los nacionalistas de Imanol Pradales y Andoni Ortuzar siempre abrazarían una alianza con el PSOE, si dan los números, antes que negociar con la izquierda proetarra. Y eso que el partido de Otegi, que se ve ganador de estas elecciones, ha ofrecido ya a los peneuvistas un pacto para consensuar un «gobierno entre abertzales», al estilo de ERC-Junts en Cataluña.
Por su parte, el PP de Javier de Andrés sería la cuarta fuerza, con un 8,7% de respaldo (dos puntos más que hace cuatro años) y una mejora de casi 33.000 votos con respecto a los comicios de 2020, donde los populares concurrieron de la mano de Ciudadanos. Ahora, este PP renovado superaría los 93.000 votos, ganaría un escaño y se situaría con 7 representantes, según la encuesta de Data 10, si bien las expectativas de los populares son más altas.
El PP puede ser decisivo
El partido de Alberto Núñez Feijóo se marcó en precampaña el objetivo de crecer hasta los 9 escaños para ser decisivos, esto es, subir un escaño por cada una de las tres circunscripciones. Pero ahora los datos que maneja el PP a nivel interno le sitúan prácticamente en un empate técnico con el PSOE en torno a los 10 diputados, con posibilidad incluso de sorpasso a los socialistas. El PP podría así tener la llave del nuevo inquilino de Ajuria Enea y evitar un gobierno de los proetarras de Bildu dando sus votos a PNV (y por extensión al PSOE si fuera necesario), como ya hizo en la Diputación de Guipúzcoa o el Ayuntamiento de Durango (Vizcaya). Es más, el PP permitió a la socialista Maider Etxebarria -en alianza con el PNV- lograr la alcaldía de Vitoria antes que Bildu asumiera el bastón de mando tras el 28M.
La pasada semana, en un encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum en Bilbao, Javier de Andrés fue preguntado por la posición que adoptaría su partido en el supuesto de que sus escaños fuesen determinantes para la elección del próximo lehendakari, teniendo en cuenta el escenario tan ajustado que coloca a PNV y Bildu disputándose el primer puesto por un puñado de votos.
«Mucho más exigentes»
Ante ello, el candidato del PP y ex diputado general de Álava aseguró que los suyos serán «mucho más exigentes» que tras las últimas elecciones municipales y forales, cuando entregaron al PSOE el Ayuntamiento de Vitoria y al PNV la Diputación de Guipúzcoa, entre otras instituciones, para que no gobernara Bildu. De Andrés lamentó que el «resultado» de este apoyo del PP no es el que les hubiera gustado, denunciando que los socialistas, que consiguieron la Alcaldía de Vitoria con el voto favorable de los populares, pactaran después los Presupuestos municipales de 2024 con la formación de Arnaldo Otegi.
La quinta fuerza sería Sumar, socio del PSOE en el Gobierno de la Nación, y podría ser también determinante en la formación del Ejecutivo vasco si obtiene el escaño por Vizcaya, al superar en esta circunscripción el límite del 3%, según este estudio de Data 10. Su cabeza de lista por esta provincia es Alba García, ex empleada de Podemos. Ahora, esta representación de la formación de Yolanda Díaz, con más de 34.000 votos en todo el País Vasco, permitiría a los actuales socios PNV-PSOE renovar su mandato en esta comunidad sin la ayuda del PP.
Por detrás se situaría Podemos, con algo menos de 30.000 votos y un 2,7% de los apoyos. No obstante, la formación morada rebasaría el mínimo del 3% también en la circunscripción de Vizcaya y conservaría un escaño, el único de los seis que obtuvo en el Parlamento vasco en los comicios de 2020. Los populistas de la ex ministra Ione Belarra y la actual parlamentaria Miren Gorrotxategi, que se presenta por esta provincia, perderían más de 43.000 votos en toda la región con respecto a las anteriores elecciones.
En cuanto a Vox, también conservaría el acta de Amaia Martínez, que repite como cabeza de lista por Álava. La formación de Santiago Abascal quedaría en séptimo lugar con un 2,2% de los votos y alrededor de 6.000 votos más que hace cuatro años.