El PP cree que el acuerdo de Presupuestos desinflará el debate sobre la corrupción

El líder del PP, Mariano Rajoy, junto al logo de la gaviota. (Foto: AFP)
El líder del PP, Mariano Rajoy.
Luz Sela

El Partido Popular respira «tranquilo» esta semana. Superados los días ‘horribilis’ del estallido de la ‘operación Lezo’, la detención de Ignacio González y la dimisión de Esperanza Aguirre, los ‘populares’ se centran ahora en reivindicar el acuerdo de Presupuestos como necesario para la estabilidad de la labor de Gobierno.

Al partido le ha dado alas que las formaciones que le apoyan-Ciudadanos, PNV o Coalición Canaria-hayan preservado su respaldo presupuestario frente al último escándalo de corrupción. Todos ellos han coincidido en la responsabilidad de apoyar al Ejecutivo en que las cuentas salgan adelante. Entre tanto, PSOE y Podemos han optado por el camino opuesto: aprovechar la primera sesión del debate presupuestario para reprochar al Gobierno los casos de corrupción. El ministro Cristóbal Montoro ha admitido que esa lacra «avergüenza», «duele» y «preocupa» al Ejecutivo, pero ha echado en cara-a los socialistas-que no contribuyan a acabar con ella y opten en su lugar por ponerse del lado de los «populistas», en referencia a Podemos.

El Gobierno aguardaba una dura intervención de los grupos. En fuentes gubernamentales se sostenía ya la víspera que Montoro se había preparado una réplica contundente sobre corrupción, a sabiendas de que, para la oposición, los Presupuestos serían lo de menos.

Los ‘populares’ aguardaban ya en las horas previas un interesante «ring» parlamentario, ante una intervención inicial de Montoro que resultó un tanto descafeinada. En su primer turno, en solitario, el ministro se centró sobre todo en defender las cifras macroeconómicas, y en situar a España como un país próspero, «el que más crece de Europa», gracias a las reformas del Gobierno. Montoro aprovechó para apelar a la responsabilidad de los grupos para aprobar unas cuentas fundamentales para la creación de empleo.

En el PP consideran que, en definitiva, son el crecimiento económico y la creación de empleo los dos factores que más influyen en el voto de los ciudadanos. A dos años vista de la celebración natural de elecciones, los ‘populares’ creen que hay tiempo para revertir los efectos de la crisis que han provocado los recientes escándalos. Admiten, sí, que les preocupa el «cabreo» de la calle, que habían dejado de percibir en los últimos tiempos. Pero hay margen, insisten.

El presidente del Gobierno quiere centrarse así en visibilizar la labor del Ejecutivo, y, sobre todo, su aplicación práctica en los ciudadanos. No es casual que Montoro insistiese este mismo miércoles en la revalorización de las pensiones y en el compromiso del Ejecutivo para con los mayores, un colectivo clave, dijo el ministro, para sostener al país en los años más duros de la crisis económica.

También la moción de censura fallida de Podemos ha dado un inesperado aire a los ‘populares’, al suscitar el portazo unánime de todas las formaciones. Los partidos admitieron que no existía una «mayoría alternativa» al PP.

El Gobierno se agarra así al argumento de la estabilidad para desinflar el eco de la corrupción. No es nuevo, y es, de hecho, el argumento preferido de Rajoy, que ha vivido los días más aciagos de la última crisis en viaje internacional. Primero en Brasil, luego en Uruguay, Rajoy quiere intensificar su agenda exterior centrada fundamentalmente en promover la inversión extranjera y dar facilidades a los empresarios españoles que busquen establecerse más allá de nuestras fronteras.

Ni siquiera parecen preocupar los últimos sondeos, realizados en los últimos días, y que recogen un retroceso del PP en sus opciones electorales. Los ‘populares’ argumentan que no es momento para pensar a tan largo plazo y que «los resultados cambian cuando se pregunta en clima electoral».

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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