Sánchez traga saliva al ser preguntado si autorizó la entrada de Ghali: «No debo pronunciarme»
Pedro Sánchez tragó saliva y cambió el rictus al ser preguntado por enésima vez si autorizó la entrada en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali: «No debo pronunciarme», ha dicho el presidente del Gobierno escudándose en el que tema está «pendiente de una resolución judicial».
El Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza investiga la entrada del líder polisario con documentación falsa en España. La ex ministra de Asuntos Exteriores Arancha González Laya y su ex jefe de gabinete Camilo Villarino, figuran como imputados y ya han prestado declaración. Villarino aseguró que fue Laya la que validó la entrada de Ghali en España aunque sostuvo que la orden debió llegar desde Presidencia, mientras que la ex ministra no quiso desvelar al juez si Pedro Sánchez fue la ‘X’ en el caso Ghali y aseguró que no comprobaron si Ghali podía entrar en el espacio Schengen «por buena fe».
Este jueves, el presidente del Gobierno ha concedido una entrevista a La Sexta en la que, una vez más, ha esquivado dar respuesta a una pregunta clave en un caso que provocó una de las mayores crisis diplomáticas con Marruecos. Pedro Sánchez, con rictus serio, se escudó en que el caso estaba pendiente de resolución judicial: «No debo pronunciarme». Y añadió, tirando de argumentario, que la entrada de Ghali en España se produjo «por razones humanitarias porque estaba a punto de fallecer». Y, de nuevo, con una respuesta del manual monclovita, aseguró que el Gobierno «cumplió a rajatabla con el Estado de Derecho».
Enfado del juez
La causa que investiga el juez Rafael Lasala acorrala a Pedro Sánchez, a Laya y a toda la cadena de mando que el día 18 de abril permitió la entrada de forma ilegal de Ghali en España. El magistrado del Juzgado número 7 de Zaragoza acorraló a la ex ministra de Exteriores al tomarle declaración como imputada. Laya llegó a negarse hasta seis veces a revelar quién autorizó la entrada de Ghali en España porque sería “desnudar la política exterior” pese a la insistencia del juez.
Lasala fue muy claro al explicarle que a él le vincula el tema del control, no la cuestión política. “Quién dijo que no se le controle?”, le preguntó el juez a una nerviosa Laya. Las excusas de la ex ministra, acompañadas de clamorosos y prolongados silencios, colmaron la paciencia del juez. “Yo me rijo por los principios de legalidad en los procesos penales. Usted me está hablando no ya de la Ley de Secretos Oficiales de 1968 sino de una especie de adaptación en virtud de un acuerdo de ministros de 2010 que según dijo el señor Villarino [ex jefe de Gabinete de la ministra] no está ni publicado ni comunicado. Si estas son las reglas de juego, ¿yo cómo actúo?”.
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