Un padre español se trae de Portugal a su hijo, sustraído por su madre, sin permiso del juez luso
Las formas quizás no sean las mejores, pero sí las más prácticas. Un padre barcelonés se había hartado de esperar y ni corto ni perezoso decidió recuperar él mismo a su hijo Bastian de cinco años tras lo que parecía ser una sustracción parental de libro. El padre denunció el 6 de mayo ante los Mossos d´Esquadra que la madre del menor se lo había llevado a Portugal sin permiso paterno, violando la custodia compartida que tenía. A mediados de agosto la madre fue detenida por orden de un Juzgado de Évora, en respuesta a la orden del Juzgado de Instrucción número 23 de Barcelona, e ingresó en una prisión portuguesa. Sin embargo, un Tribunal de Menores de Setúbal entregó la custodia a la familia de la madre, ignorando la personación del padre en el proceso y la orden española de custodia.
La detenida, Ana Patricia Trindade, madre de Bastián, fue localizada por la Policía Nacional en Portugal, que dio traslado a sus actuaciones al juzgado de Instrucción número 23 de Barcelona y éste emitió orden de detención contra la mujer. La madre, que había interpuesto ocho denuncias contra el padre del niño, había seguido el mismo «manual» de sustracción parental iniciado por la conocida activista María Sevilla hace años, pero fueron las denuncias contra el padre del niño fueron archivadas o sobreseídas por falta de fundamento y pruebas, según contó en su momento OKDIARIO.
Pero el padre, según adelantó la prensa portuguesa y corroboró el diario El Mundo, habría enviado a dos personas el fin de semana pasado, que se personaron en casa de la abuela en Setúbal y condujeron rápidamente al niño a España sin que las autoridades portuguesas pudieran hacer nada. El padre tiene a su favor una orden de un juzgado español que le otorga la custodia y la patria potestad del niño y que la madre se encuentra todavía en prisión por lo que no hay discusión alguna sobre su custodia.
La abuela materna habría entregado al niño voluntariamente, pero luego sospechó y puso una denuncia. Algunas webs portuguesas publicaron entonces que el menor había sido secuestrado de nuevo, pero al mismo tiempo la abogada del padre en Barcelona informaba al Ministerio de Justicia español de que el niño estaba bajo el cuidado paterno en España.
Portugal es firmante del Convenio de La Haya, que obliga a restituir al menor a su país de origen sin necesidad de emitir una nueva orden judicial, pero el Tribunal de Menores de Setúbal encargado del caso en ningún momento informó al padre de diligencias tras la detención de la madre. El padre pidió entonces al Juzgado de Instrucción 23 de Barcelona que investigaba la sustracción del menor que enviase un documento para reclamar el Convenio de la Haya y así lo hizo el juzgado, mandándolo al ministerio de Justicia español que se lo haría llegar a las autoridades portuguesas. Pero pasaron los meses y no había noticias de Bastian. El padre comenzó a temer que Ana Patricia fuese puesta en libertad y llevase a cabo el plan que parecía tener ya avanzado, viajar con el niño a África y quedarse allí.
Buscando desde mayo
Tras la denuncia inicial de mayo, Joaquín Amills, presidente de SOSDesaparecidos, explicaba a OKDIARIO que «el padre del menor está desesperado y tiene mucho miedo de lo que pueda hacer la madre».
Todo comenzó en 2018 cuando la pareja, que residía en Barcelona, se divorció. En 2019 un juez estableció un convenio regulador de visitas y custodia compartida. «Al cabo de un tiempo ella comenzó a incumplir regularmente el convenio, no entregando al niño en hora ni fechas convenidas, ella ponía impedimento a todo para no cumplir», explicaba Amills. Como el caso de Ana Patricia Trindade era similar al patrón de huida que protagonizó en su día María Sevilla, de Infancia Libre, se desataron todas las alarmas y el padre denunció la sustracción.
Tras varios incidentes la situación se había deteriorado tanto que el padre reclamó la custodia única en el juzgado y desde marzo de 2022 la madre ya no permitió que el padre viese al menor. «El único contacto fue por videollamada diez días antes de que el niño desapareciera, luego ya la madre no volvió a contestar al teléfono y lo apagó», explicaba Amills.
La denuncia por sustracción fue interpuesta el 6 de mayo de 2022 y el día 8 los Mossos acudieron al domicilio de la madre. Allí se encontraron a otra mujer, no a la madre del niño, haciendo fotos de los muebles de la casa para ponerlos a la venta en una conocida red social, como si no pensara en volver a la casa.
El modus operandi de María Sevilla luego se ha imitado por otras madres, como en el caso de Alena Prieto y de los mellizos Izán y Jorge Ortiz, que ahora están en Suiza, eludiendo a la Justicia española. «Este hombre tenía un montón de denuncias en contra archivadas en todos los casos y unos días antes pidió la custodia del menor porque vio comportamientos extraños en ella, incluso tiene informes favorables para la custodia», explicaba Joaquín Amills. En concreto fueron interpuestas siete denuncias contra el hombre, cuatro de ellas por supuestas agresiones a la madre, una quinta por agresión al menor, la sexta por abusos sexuales y la séptima por incumplir el convenio regulador. Todas fueron archivadas.
La madre del niño trabajaba como monitora de yoga en una ecoaldea donde fue detenida, pero no tenía un trabajo fijo más allá de la pensión alimenticia que recibe del padre del menor y trabajos esporádicos anunciando y vendiendo productos naturistas.
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