Mesa bilateral con la Generalitat

La mesa de Sánchez con el Govern cuenta con una mayoría a favor del referéndum

Aragonés Sánchez
Pedro Sánchez y Pere Aragonés, en La Moncloa. (Foto: Efe)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pedro Sánchez presidirá este miércoles la mesa de negociación entre el Gobierno y la Generalitat, que se celebrará en Barcelona. El foro tendrá una clara mayoría favorable al referéndum, también por parte del Ejecutivo. Los ministros que acudirán a la cita son Félix Bolaños (ministro de la Presidencia); Isabel Rodríguez (Política Territorial), Raquel Sánchez (Transportes), Miquel Iceta (Cultura), así como, por parte de Podemos, la vicepresidenta Yolanda Díaz (Trabajo) y Manuel Castells (Universidades).

Cuatro de estos seis ministros apoyaron un referéndum sobre la llamada «autodeterminación» y, de una u otra forma, se aliaron con los objetivos de los independentistas. Aunque el Govern aún no ha concretado a sus representantes, la mesa en principio debe ser paritaria, por lo que, si se suman otros siete miembros por parte del separatismo, el resultado será que 11 de los 14 interlocutores apuestan o habrán apostado por un referéndum. Por el momento, sólo ERC ha confirmado que asistirán el presidente catalán, Pere Aragonès, además de los consellers Laura Vilagrà y Roger Torrent. JxCat no ha dado todavía sus nombres.

Díaz: «Es la única salida»

Hace unos meses, Yolanda Díaz anunció que iría a la mesa entre el Gobierno y la Generalitat con una «propuesta propia» en la que abogará por «recolocar el conflicto en la política». La vicepresidenta segunda se abrió entonces a tratar en la negociación el futuro del prófugo Carles Puigdemont que, consideró, «no debe ser un problema» y abogó por reconocer a los dirigentes separatistas como «interlocutores». Díaz ha mantenido un contacto frecuente con el presidente catalán, Pere Aragonès, y también con ERC. Aunque ahora más comedida, en 2017 manifestó claramente que «la demanda del referéndum es la única salida». «Será hoy, en un año, en cinco años, pero habrá referéndum», proclamó durante una intervención en el Congreso de los Diputados en la que atacó al PP por «fulminar el Estatut». Además, siendo coordinadora de Izquierda Unida, abogó por la «autodeterminación» como «absolutamente democrática», una cuestión que extendió a Galicia. «Tiene derecho a decidir y cuando quiera dar el paso obviamente nosotros lo respetaremos», sentenció en 2012, en una entrevista concedida a la Radio Galega. 

Por su parte, el ministro de Universidades, Manuel Castells, es un habitual defensor de los objetivos del independentismo. Abierto partidario del «derecho a decidir», ha apostado por un referéndum de independencia, si bien en su día aseguró que votaría en contra. En múltiples artículos, ha arremetido duramente contra la actuación de la Justicia española frente al procés y ha hablado de la «represión» del Gobierno español contra los «presos políticos». Incluso criticó la «inquina» de los jueces del Tribunal Supremo que condenaron a la cúpula independentista por los delitos de sedición y malversación. En uno de sus artículos, defendía que «la única violencia el 1 de octubre, y en otros momentos, provino de las fuerzas policiales».

Iceta: «Se tienen que poder hacer»

En julio, Miquel Iceta expuso su plan para Cataluña: votar en un referéndum un «gran acuerdo sobre autogobierno, financiación y participación de las comunidades autónomas en el diseño de las políticas del Estado».

Sin embargo, su propuesta no siempre ha sido tan descafeinada. En 2012, defendió que «los refrendos sobre la independencia se tienen que poder hacer». «En las democracias avanzadas se pueden hacer. ¿Cómo? Por la vía del acuerdo. Es el caso que hemos visto en Québec, que ya lo ha hecho dos veces, y el caso que probablemente veremos en 2014 en Escocia», prosiguió el entonces líder de los socialistas catalanes. Según Iceta, «la pregunta ha de ser clara y no ha de llevar a equívocos» y «el quórum ha de ser determinado, es decir, no es lo mismo que voten pocos o muchos. Y el resultado favorable o contrario también ha de tener una diferencia clara».

El socialista señaló además en otra ocasión que si el 65% de los catalanes apoyasen la independencia, la democracia tendría que «encontrar un mecanismo para hacerlo posible».

En una entrevista en La Razón, a la pregunta de «¿Cuántas naciones hay en España?», respondió: «Las he contado. Según los estatutos de autonomía, ocho, y si sumamos el preámbulo de Navarra, nueve. Los Estatutos de Galicia, Aragón, Valencia, Baleares, Canarias, Andalucía, País Vasco y Cataluña dicen que son nacionalidades, o nacionalidades históricas. Nación y nacionalidad son sinónimos».

Cabe recordar, además, que Iceta fue el primero en defender los indultos para los condenados por el referéndum ilegal del 1 de octubre. Una idea que entonces provocó un revuelo en Ferraz y que el propio Sánchez rechazó. «Sin ningún tipo de duda yo pediría el indulto de los encarcelados si hay sentencia condenatoria. La democracia tiene mecanismos para coser heridas que tienen un origen político», decía el ahora ministro en 2017.

Por su parte, Raquel Sánchez, aunque no ha defendido abiertamente el referéndum, sí se vio envuelta en la polémica a raíz de la abstención de su partido a una moción de ERC en el Ayuntamiento de Gavá, siendo alcaldesa. En la iniciativa, que se votó en 2017, los separatistas reclamaban al Gobierno reconocer el derecho de «autodeterminación» en Cataluña. El texto defendía que el «Estado español incumple el artículo 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos con la continua negativa y prohibición de que el pueblo catalán pueda realizar un referéndum de autodeterminación». La moción sólo contó con los votos en contra del PP.

Podemos ya avanzó que no renunciará a la celebración del referéndum, si bien considera que esa votación debe llegar en una «segunda fase» de la negociación. Antes, la agenda de los podemitas incluye cinco puntos: desjudicialización de la política catalana, reconocimiento de la «singularidad nacional» de Cataluña y reforma del sistema de financiación, blindaje del autogobierno. Esos cuatro puntos, han avanzado, serán votados y, una vez realizada esa consulta, se plantearía un referéndum sobre la independencia.

Pedro Sánchez confirmó anoche en TVE que acudirá al encuentro. La delegación catalana estará encabezada por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, junto a consellers de ERC como Laura Vilagrà y Roger Torrent. Por parte de JxCat, es previsible que esté el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, pero su formación se resiste a confirmar sus nombres a la espera de saber si Sánchez acudirá o no. La intención del Govern es dar la máxima solemnidad al encuentro. En las últimas semanas se ha descartado también la presencia de Oriol Junqueras, si bien el líder de ERC no renuncia a hacerse la foto una vez alcanzado el acuerdo. 

Este foro de negociación llega además precedido por el abierto enfrentamiento entre los socios separatistas, JxCat y ERC. Los primeros, más duros en sus reclamaciones, consideran que harán falta menos de dos años para sondear la intención del Gobierno de celebrar un referéndum. Consideran que, en caso contrario, debe hacerse efectivo «el mandato del 1-O».

Por su parte, desde el Gobierno, Miquel Iceta ha señalado que se planteará de entrada una «aproximación muy pragmática, muy de pies en el suelo», con «propuestas concretas para solucionar problemas concretos», lo que implica nuevas inversiones y cesiones a la Generalitat separatista.

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