Covite envía una carta a Juncker para desmontar las mentiras de los proetarras sobre Alsasua

Covite
Carta de Covite a Jean Claude Juncker.

El colectivo de víctimas Covite ha enviado una carta al presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, en la que «desmonta» la «campaña de la izquierda abertzale» sobre la agresión contra guardias civiles en Alsaua y pide que el mandatario europeo trasmita «cercanía y apoyo» a los agentes atacados.

Covite señala en una carta dirigida a Junker que, «además de las secuelas», las víctimas de los ataques «siguen padeciendo señalamiento y acoso» y «continúan desatendidas por autoridades e instituciones nacionalistas, volcadas en dar voz a los agresores y a su entorno».

En la misiva, de la que Covite ha dado cuenta hoy en un comunicado, el colectivo de víctimas del terrorismo «desmonta una a una todas las falsedades» que a su juicio la izquierda abertzale ha vertido desde que «radicales pertenecientes a la organización Ospa Mugimendua agredieran» el 15 de octubre de 2016 a dos guardias civiles y sus parejas en Alsasua.

Firmada por la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, la iniciativa está motivada por un escrito del vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, en respuesta a eurodiputados del PNV, EH Bildu, IU y Podemos, en el que aseguraba que la Comisión Europea seguía el caso «con interés» y que actuaría como «guardiana de los tratados».

Para «frenar la manipulación de la izquierda abertzale»

Covite, que interpuso ante la Audiencia Nacional la denuncia por delitos de terrorismo y de odio contra los agresores de Alsasua, pretende que la versión de las víctimas «llegue a las más altas instancias de la UE» con el objeto de «frenar la manipulación que la izquierda abertzale, amparada en otras fuerzas políticas, están haciendo del caso».

Recuerda que la organización Ospa Mugimedua «fue creada al amparo de la campaña de ETA Alde Hemendik! (Fuera de aquí), que persigue la expulsión de las Fuerzas de Seguridad de Navarra y el País Vasco».

En este sentido, detalla las «estrategias de hostigamiento y presión» que padecen, como «atentados contra sus hogares» y su «caracterización como agentes torturadores».

Sobre las acusaciones que ha hecho la izquierda abertzale de que el caso ha sido un «montaje policial-judicial» asegura que la propia Ospa afirmó en un comunicado que los guardias civiles fueron «increpados» y alude a las manifestaciones convocadas en apoyo a los agresores.

Recoge también los insultos que recibieron cuatro miembros de Covite que acudieron a Alsasua con pancartas pidiendo que se desterrara el odio del pueblo a quienes espetaron gritos como «¡Fascistas!», «¡Aquí no pintáis nada!», «¡Asquerosos!», «¡Fuera de aquí!».

En ese contexto, menciona las «campañas de odio» contra las Fuerzas de Seguridad, el señalamiento de los lugares donde se practican controles de tráfico, la «difusión de mensajes incitando al odio» y la «utilización de niños en la celebración del Ospa Eguna» en Alasua.

Perros con tricornio

La carta adjunta imágenes de atracciones donde cuelgan carteles de perros ataviados con un tricornio de la Guardia Civil así como las declaraciones de los padres de una de las chicas agredidas que asegura que «los problemas empezaron» cuando su hija empezó a relacionarse con un guardia civil y reconocían que «temían por su integridad física».

Alsasua
Fachada de la taberna Koxka, donde se produjo la agresión a los dos guardias civiles en Alsasua (Navarra).

Respecto a las acusaciones de «desproporcionalidad» en la petición fiscal, que solicita cincuenta años de prisión para siete de los ocho arrestados al considerar la agresión como un delito de terrorismo, Covite afirma que el Código Penal español es «uno de los más benignos y garantistas de Europa».

Considera que, incluso en el caso de que los agresores no fueran acusados de terrorismo, sino de delitos de odio, atentado contra la autoridad, lesiones y amenazas, la petición de penas «sería similar».

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