«Hemos tenido que meterle fuego para que en Madrid se fijen en nosotros, y eso es una lástima», ha afirmado el alcalde de Cádiz, José María González ‘Kichi’, con un megáfono a los manifestantes del sector del metal, en huelga indefinida, ante la puerta de la Subdelegación del Gobierno. Se olvida que los que gobiernan en Madrid son los suyos, son comunistas como él y su mujer Teresa Rodríguez, líder de Adelante Andalucía. Pocos creen que esta justificación de la violencia en las calles atraiga más inversiones al sector naval.
El alcalde ha cogido el megáfono con oportunismo para arengar la lucha de los trabajadores del metal afirmando ante ellos que «llevar décadas y décadas de enganchar un contrato precario con otro, eso es violencia sistemática. Y desde Cádiz no lo vamos a consentir», ha aseverado antes de manifestar a los trabajadores que «su» Ayuntamiento «estuvo, está y estará con vosotros».
«En Cádiz somos obreros y no delincuentes. Lo que hacemos es defender el plato de comida encima de la mesa y nada más y que no venga nadie a insinuar siquiera que en Cádiz se montan barricadas y que son cuatro exaltados los que están quemado coches», ha afirmado González.