Interior compra un súper dron para luchar contra el narcotráfico un mes después de la tragedia de Barbate

El Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska ha comprado un súper dron para luchar contra el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar y su zona de influencia, donde se encuentra Barbate, localidad en la que fueron asesinados dos agentes de la Guardia Civil el pasado 9 de febrero cuando perseguían varias narcolanchas.

En concreto, la Secretaría de Estado de Seguridad, con Rafael Pérez al frente, adjudicó el 21 de marzo -según fecha de la firma del número dos de Marlaska- a la empresa alemana QuantumSystems GmbH por 210.000 euros el citado contrato de suministro, que contempla la adquisición de un sistema de observación aéreo de alta autonomía para las unidades del Instituto Armado que combaten el narcotráfico en este lugar del país.

De este modo, si bien el expediente se inició en julio del año pasado y la licitación del contrato se hizo pública en noviembre de 2023, no fue hasta el 21 de marzo de 2024 -un mes después del asesinato de los dos guardias civiles en Barbate- cuando se efectuó la adjudicación del contrato a la citada empresa alemana, que tiene tres meses para hacer entrega del súper dron de última generación a la Guardia Civil. Al procedimiento se presentaron dos candidatas.

La memoria justificativa de la necesidad de este contrato recoge la gran funcionalidad de este dispositivo, por lo que de haber contado ya con él el Instituto Armando habría asumido menos riesgos de seguridad. Este documento explica que «uno de los principales problemas existentes en la actualidad en la zona del Estrecho de Gibraltar y su área de influencia es la delincuencia organizada y el narcotráfico, así como la vinculación de éstos con el terrorismo yihadista». Por lo que, «combatir estas formas de criminalidad es una prioridad y un objetivo estratégico de todas las Unidades implicadas en el Plan de Seguridad del Campo de Gibraltar», señala el Ejecutivo.

Estos fenómenos -prosigue el informe- hacen que «dichas unidades necesiten disponer de equipamientos especiales para luchar contra los miembros de estos grupos delictivos. Mediante el empleo de los mismos se pueden llevar a cabo, coordinar y/o complementar muchas de las misiones realizadas actualmente con otros medios aéreos (fotografía, vigilancia, observación y patrulla, etc,…), a la vez, que se pueden complementar las capacidades de vigilancia de sistemas no tripulados actualmente utilizados por algunas unidades operativas», sostiene la Secretaría de Estado de Seguridad.

«Para cumplir con los objetivos encomendados, se hace necesario dotar a dichas Unidades del material técnico específico para conseguir la debida operatividad y eficacia en las labores de lucha contra el narcotráfico y crimen organizado», dice la memoria de Interior.

Y añade: «Es frecuente, que quienes pretenden delinquir, extremen las precauciones para evitar ser descubiertos en la realización de sus actividades ilegales, lo que se hace muy difícil efectuar vigilancias si no se dispone de los medios adecuados que puedan ser operados de manera remota, que sean fácilmente desplegables en todos los escenarios de uso posibles y que sean difícilmente detectables tanto de día como de noche».

El asesinato de los dos agentes de la Guardia Civil -otros dos resultaron heridos graves- se produjo de noche cuando realizaban precisamente labores de vigilancia en una pequeña zódiac en el puerto de Barbate (Cádiz). Fue entonces cuando una narcolancha de 14 metros los embistió y los pasó por encima. Uno de los fallecidos pertenecía al Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS), mientras que el otro estaba integrado en ese equipo, pero formaba parte del Grupo de Acción Rápida (GAR).

«En el momento de acercarse a las embarcaciones, una de ellas ha embestido bruscamente contra la patrullera del GEAS de la Guardia Civil, ocupada por seis agentes», detalló el Instituto Armado.

Falta de medios

Tras esta tragedia, las asociaciones profesionales de guardias civiles volvieron a denunciar la «falta de medios y de recursos» que tiene la Benemérita en su lucha aquí contra el narcotráfico.

Cabe recordar que prácticamente todas las patrulleras y embarcaciones de Cádiz y Algeciras no pudieron acudir aquel día a la zona al encontrarse averiadas o no disponibles, por lo que finalmente se optó por enviar al GEAS en una zódiac de apenas 3 metros y 80 caballos para enfrentarse a narcolanchas de 15 metros y motores fueraborda de cerca de 400 caballos. Una desigualdad que terminó con dos agentes fallecidos.

Las asociaciones profesionales de guardias civiles, que exigieron la dimisión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras el asesinato de los dos compañeros a manos del narcotráfico, han venido insistiendo en la necesidad de declarar el Campo de Gibraltar como Zona Especial de Seguridad «para, entre otras medidas, aumentar los efectivos y los medios con los que los agentes han de perseguir a los narcotraficantes».