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ESCÁNDALO EN SUMAR

Errejón deja la política: «He llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona»

Íñigo Errejón anuncia que deja la política. «El ritmo y el modo de vida en la primera línea política, durante una década, ha desgastado mi salud física, mi salud mental y mi estructura afectiva y emocional. Creo que esto es algo que en mayor o menor medida experimenta toda y todo el que esté en esta posición durante un tiempo prolongado», afirma en un comunicado difundido en las redes sociales. La renuncia se produce después de que varios mensajes anónimos en las redes sociales le vincularan, sin citarle expresamente, con comportamientos de violencia machista. «He llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona», concluye Errejón en su mensaje de despedida.

El hasta ahora portavoz de Sumar en el Congreso y presidente de Más País comenzó su trayectoria política en 2014, cuando fundó Podemos junto a Carolina Bescansa, Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero. Tras casi una década, abandona su escaño y deja la política nacional. El politólogo de profesión, de 40 años, defiende que necesita apartarse de las «exigencias» y «ritmos» de la primera línea política. «Llevo tiempo trabajando en un proceso personal y de acompañamiento psicológico, pero lo cierto es que necesito cuidarme», sostiene en su comunicado.

«En los últimos meses, y de forma más insistente en las últimas semanas, he ido pensando en que tenía que tomar algunas decisiones importantes. Hoy ha llegado el día de hacerlo», señala Íñigo Errejón para anunciar que deja la política. «Llevo prácticamente desde que tengo uso de razón comprometido y militando políticamente. Esa es mi forma de estar en el mundo. Pero desde hace diez años ocupo posiciones de representación pública en la política institucional y de altísima visibilidad y exposición mediática. He tenido el privilegio de defender las ideas que considero más hermosas y justas, y de hacerlo durante una de las décadas más intensas, pero también más duras, de la política española. Eso conlleva muchas experiencias, aprendizajes y motivos de orgullo», añade.

Íñigo Errejón sostiene que una década en la política nacional, como es el caso de su trayectoria, «genera un tipo de vida, una cotidianidad, una subjetividad, un tipo de vínculos con el ámbito público, con la fama y con los demás que pasan factura». «El ritmo y el modo de vida en la primera línea política, durante una década, ha desgastado mi salud física, a mi salud mental y a mi estructura afectiva y emocional. Creo que esto es algo que en mayor o menor medida experimenta toda y todo el que esté en esta posición durante un tiempo prolongado», prosigue en su comunicado.

«Espero reparar mis errores»

El hasta ahora portavoz de Sumar en el Congreso asegura que en la primera línea de la política nacional «se subsiste y se es más eficaz» si uno se comporta emancipándose «de los cuidados, de la empatía y de las necesidades de los otros». «Esto genera una subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica, con compañeros y compañeras de trabajo, con compañeros y compañeras de organización, con relaciones afectivas e incluso con uno mismo», esgrime.

«Yo, tras un ciclo político intenso y acelerado, he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano. La lucha ideológica es también una lucha por construir formas de vida y relaciones mejores, más cuidadosas, más solidarias y, por tanto, más libres. No se le puede pedir a la gente que vote distinto de cómo se comporta en su vida cotidiana», destaca Íñigo Errejón en su comunicado.

El cofundador de Podemos justifica que deja la política nacional alegando que debe trabajar «en un proceso personal y de acompañamiento psicológico». «Llevo tiempo trabajando en un proceso personal y de acompañamiento psicológico, pero lo cierto es que para avanzar en él y para cuidarme, necesito abandonar la política institucional, sus exigencias y sus ritmos», argumenta.